10 alimentos que quedan prohibidos en bebés antes de los 24 meses

El sistema digestivo de los niños pequeños es muy delicado. De hecho, a los 2 años aún es muy inmaduro y ni siquiera produce la cantidad de jugos gástricos suficientes como para digerir los alimentos. Sin embargo, a partir de los 6 meses la leche de la madre es insuficiente para suplir las necesidades del organismo en crecimiento, por lo que es necesario recurrir a la alimentación complementaria.

Por eso, los pediatras recomiendan incluir los alimentos sólidos a partir de los 6 meses, pero siempre paulatinamente y dejando pasar tres días entre un alimento y otro, para detectar cualquier posible reacción alérgica. No obstante, eso no significa que los niños pequeños puedan comer de todo, hay algunos alimentos que debes considerar como “prohibidos”.

¿Qué alimentos no deben formar parte de la dieta infantil?

Azúcar

Los niños pequeños no necesitan consumir azúcar. Si deseas endulzar su comida, puedes combinarla con bananas o leche. El azúcar no solo hace que el niño sea más propenso a desarrollar caries y otras enfermedades dentales sino que también aumenta el riesgo de sufrir sobrepeso u obesidad. Por tanto, se recomienda no añadir azúcar a los alimentos de los niños de menos de 2 años.

Miel

Algunos padres tienen la costumbre de endulzar el chupete del bebé con miel para que se calme. También recurren a este alimento por sus “propiedades medicinales”. Sin embargo, lo cierto es que la miel puede tener bacterias que podrían generar botulismo en los bebés. De hecho, el método de procesado actual no puede garantizar la ausencia de esporas de C. botulinum en la miel, por lo que es mejor que los niños de menos de 1 año no la consuman.

Frutos secos enteros

Los frutos secos son una excelente fuente de proteínas y vitaminas, pero pueden ser mortales para los niños pequeños, sobre todo si los consumen enteros, ya que pueden causar ahogamiento. Por otra parte, muchos de los frutos secos tienen un gran poder alergénico, por lo que es mejor no incluirlos en la dieta infantil al menos hasta los tres años.

Pescados y mariscos

Debido a la contaminación marítima, los pescados y mariscos acumulan a lo largo de su vida mercurio, un metal pesado que puede afectar el desarrollo del sistema nervioso de los niños pequeños. El riesgo es aún mayor en los peces de gran tamaño, como el pez espada, el marlín, el tiburón, el atún rojo y el lucio. También se desaconseja darles a los niños de menos de 2 años cangrejo y las cabezas de las gambas, langostinos o cigalas ya que estas normalmente contienen niveles elevados de cadmio, el cual se acumula en el hígado o el riñón y puede provocar una disfunción renal o afectar el desarrollo óseo.

Alimentos desnatados

Aunque en los últimos años se ha realizado una campaña de demonización de las grasas, lo cierto es que nuestro organismo las necesita, y los niños pequeños aún más. De hecho, durante los primeros años de vida la grasa es una buena fuente de calorías, que el organismo de los niños necesita para crecer. Además, las grasas contienen vitaminas liposolubles, como la vitamina D, que es muy importante para el desarrollo. Por eso, se recomienda que los niños tomen leche, yogur y queso, en pequeñas cantidades y nunca bajos en grasas.

Algas

Normalmente las algas contienen cantidades elevadas de yodo, por lo que pueden ser dañinas para los niños pequeños. De hecho, el yodo afecta el funcionamiento de su sistema endocrino. Algunos estudios han encontrado que cuando los bebés tienen una alimentación con demasiado yodo pueden experimentar una dilatación de la glándula tiroides, lo cual termina afectando su crecimiento normal y altera el funcionamiento de su organismo.

Conservas

Se conoce que los bebés de menos de un año ingieren un 33% más de sal de la recomendada. Sin embargo, los niños de 2 años no deben consumir más de 2 gramos de sal al día ya que sus riñones no están preparados para eliminar una cantidad mayor. Por eso, se recomienda no incluir las conservas en su dieta cotidiana, ya que normalmente estas contienen una gran cantidad de sal, la cual se añade para alargar la vida del producto.

Bebidas de arroz

El arroz es uno de los alimentos más comunes en la dieta complementaria de los niños pequeños. Sin embargo, muchos padres no saben que el arroz contiene niveles elevados de arsénico, un químico que puede irritar el estómago e intestino y reducir la producción de glóbulos en la sangre, a la vez que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, alteraciones cerebrales y problemas cardiacos. Por eso, no se recomienda incluir además bebidas de arroz en la alimentación cotidiana de los niños menos de 2 años.

Espinacas y acelgas

Aunque son una excelente fuente de vitaminas y minerales, es mejor que los padres tengan cuidado con el consumo de las hortalizas de hoja verde ya que normalmente estas contienen una gran cantidad de nitritos, que no solo sobrecargan el riñón de los niños sino que además pueden causar metahemoglobinemia, un problema que implica la falta de oxígeno en la sangre.

Sodas

Los niños pequeños no necesitan beber sodas (refrescos) ya que estas se han relacionado con un riesgo mayor de padecer obesidad y diabetes a temprana edad. Además, algunos estudios han vinculado el consumo de gaseosas con la hiperactividad y la agresividad. De hecho, estas bebidas solo aportan calorías vacías, no contienen ningún nutriente, y hacen que el niño pierda el apetito.