Salud

Qué es la distimia infantil

Cuando la tristeza se convierte en un habitual

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Distimia infantil
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

En muchas ocasiones los adultos asociamos a la tristeza o la depresión en personas adultas, y creemos que los niños que son seres inocentes y que deben explorar la vida es imposible que puedan pasar por un período de depresión, pero no es así. Desgraciadamente la distimia infantil puede estar presente en la vida de muchos niños pequeños, haciendo que la tristeza sea demasiado protagonista en su día a día.

La distimia en niños

El trastorno distímico puede diagnosticarse en niños o adolescentes cuando presentan un estado de ánimo deprimido o irritable durante por lo menos un años. Además, deberá presentar durante gran parte de este tiempo dos síntomas adicionales de depresión durante la mayor parte del día, al menos, la mitad del tiempo durante el año para poder realizar un diagnóstico. Los síntomas depresivos típicos del trastorno distímico incluyen:

  • Disminución o aumento de las ganas de comer
  • Insomnio o hipersomnia
  • Falta de autoestima
  • Pensamientos negativos
  • Dificultades en la concentración o en la toma de decisión
  • Sentimientos de desesperanza
  • Poca energía o fatiga habitual
  • Apatía

Cabe destacar que todo el mundo experimenta sentimientos de infelicidad o tristeza de vez en cuando y esto no tiene que ser nada malo y mucho menos distimia. Pero cuando estos sentimientos de tristeza o depresión empiezan a dominar la vida cotidiana y a causar un deterioro físico y mental, entonces sí podemos estar hablando de un trastorno depresivo. Un trastorno depresivo se pueden categorizar como un trastorno depresivo mayor o un trastorno distímico.

Las causas

Las causas de la depresión son complejas y en muchas ocasiones no se pueden entender. Las alteraciones del sueño, las hormonas, los neurotransmisores, la educación, la herencia genética, los factores estresantes de la vida… todos estos motivos pueden implicar las causas para que un niño presente distimia.

Alteraciones de sueño

El trastorno distímico se produce en casi la mitad de las personas (y niños) que tienen problemas del sueño, ya que dormir bien es imprescindible para sentirse bien emocionalmente.

Desequilibrios hormonales

También existe cierta evidencia que sugiere la correlación con los desequilibrios hormonales de cortisol o la hormona de la tiroides. En los niños y adolescentes hay evidencias de que la hipersecreción de cortisol se asocia a síntomas depresivos más severos y con una mayor probabilidad de depresión. A falta de la hormona tiroidea también pueden haber desequilibrios emocionales y causar distimia en los pequeños.

Causas distimia niños

Los neurotransmisores

Cuando un niño o adolescente (y también un adulto) tienen depresión, parece que hay un exceso anormal o una inhibición de las señales que controlan el estado de ánimo, los pensamientos, el dolor y otras sensaciones. Algunos estudios hablan sobre el neurotransmisor llamado serotonina. Se supone que la razón de los antidepresivos son eficaces porque corrige estos desequilibrios de forma química.

La educación

La crianza de un niño también puede ser clave en el desarrollo del trastorno distímico. Unos padres que no tienen en cuenta las emociones de sus hijos, que los maltratan o que los abandonan (física o emocionalmente) durante la infancia y la adolescencia… hará que los niños y adolescentes sientan baja autoestima y pensamientos negativos, algo que les puede ocasionar depresión.

La herencia genética

La herencia también puede ser importante en el desarrollo de los trastornos depresivos o de distimia. Las personas con depresión suelen ser más propensos a padecerla si alguien de su familia inmediata también lo han sufrido. Parece que los factores biológicos y genéticos pueden hacer que los individuos sean más propensos a tener depresión, pero las circunstancias ambientales pueden desencadenarla y convertirla en una enfermedad.

Pero la buena noticia es que la distimia es tratable y con un buen apoyo profesional se pueden conseguir muy buenos resultados y que los niños y adolescentes puedan volver al bienestar emocional que les corresponde.

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