Alimentación

Qué hacer cuando el niño no quiere comer

Cuando mi hijo no quiere comer: estrategias para despertar su apetito y disfrutar la comida

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Niño no quiere comer
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Una de las preocupaciones más habituales de los padres, y también uno de los motivos por el que acuden con mayor frecuencia a la consulta de pediatría, es la inapetencia de sus hijos. Se trata de un problema bastante usual, sobre todo durante los primeros años de vida, aunque suele repetirse varias veces a lo largo de la infancia.

En la mayoría de los casos la inapetencia no se debe a una enfermedad en particular, sino simplemente al estado emocional del niño. Sin embargo, independientemente de su causa, el principal problema es que a veces la inapetencia puede dar pie a problemas más severos, como una deficiencia vitamínica o incluso una desnutrición. Afortunadamente, estas dificultades se pueden evitar.

5 estrategias para estimular el apetito en el niño

1. Establece un horario fijo para las comidas

Los hábitos le confieren estabilidad a la vida del niño y le hacen sentir seguro. De hecho, si sigues un horario regular para las comidas, el niño no solo podrá prepararse mentalmente para el momento de la cena sino que también tendrá más apetito. Cuando el pequeño se adapta a un horario determinado, su estómago comienza a segregar los jugos gástricos con anticipación y, por tanto, la sensación de hambre aumenta. Por eso, es conveniente que establezcas un horario fijo para las cinco comidas del día, y que evites que el niño coma a deshoras.

2. Convierte la cena en un momento divertido

A menudo, reducimos el placer de comer al simple acto de alimentarnos por obligación, y los niños se percatan, por lo que no es extraño que desarrollen una asociación negativa con la comida. Al contrario, si pensamos que la cena es un momento para pasarlo bien y compartir en familia, los niños también lo percibirán así y se sentirán más motivados a comer. Para lograrlo, puedes darle participación en la preparación de la cena o pedirle que te ayude a poner la mesa. Se trata de que el niño se sienta atraído por el ritual que implica la comida, y que lo perciba como un momento agradable.

mi hijo no quiere comer

3. Apuesta por una dieta variada desde los primeros años de vida

A partir de los 6 meses, el bebé está preparado para comenzar con una alimentación variada. Sin embargo, uno de los errores más frecuentes que cometen los padres consiste en ofrecerle siempre los alimentos que el niño prefiere, para que coma sin problemas. Sin embargo, es durante los primeros años cuando se forman los gustos en materia gastronómica, por lo que se recomienda introducir paulatinamente todo tipo de alimentos, de forma que su paladar se acostumbre a diferentes texturas y sabores.

4. Preséntale platos atractivos

Para muchos niños, comer una fruta o un plato de ensalada puede convertirse en una verdadera tortura. Sin embargo, si echas a volar tu imaginación y preparas la comida de forma creativa, estarán más dispuestos a probar nuevos sabores. En muchas ocasiones se trata tan sólo de encontrar la combinación de sabores adecuada, o de mezclar diferentes colores de una forma original. En caso de que el niño se resista a comer, no insistas demasiado, espera unos días y vuelve a presentarle el alimento, preparado de una forma diferente. Recuerda que aunque el sabor es importante, una presentación atractiva puede obrar milagros.

5. Sírvele una cantidad de comida adecuada a su edad

Algunos padres llenan innecesariamente el plato de los niños, pensando que así se animarán a comer más. Sin embargo, en realidad se trata de una estrategia contraproducente porque cuando el niño no tiene mucho apetito, ver un plato colmado de comida le provocará una mayor sensación de saciedad y, por ende, comerá menos. Por eso, para estimular el apetito de los niños, es mejor servirles una cantidad razonable y adecuada a su edad. Si tienes preparados varios platos, será mejor que reduzcas las porciones de los primeros, para asegurarte de que el pequeño no se sacie enseguida.

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