Viajar con niños por el sur de Francia
Lugares maravillosos para visitar en el Sur de Francia en familia
[mashshare icons=»1″]
Recorrer el sur de Francia es uno de esos viajes que hay que hacer al menos una vez en la vida. El Mediodía francés, como también se le conoce a esta zona, derrocha encanto y tiene rincones que enamoran a grandes y pequeños por igual. Hay propuestas para todas las edades, por lo que si estás planificando un viaje en familia, te indicamos algunos destinos que no debes pasar por alto.
7 lugares que ameritan una visita con los niños
1. Le Palais Longchamp, en Marsella
Se trata de un imponente palacio que data del siglo XIX donde podréis pasar una jornada estupenda. De hecho, alberga dos museos, uno en cada ala: el Museo de Historia Natural y el Museo de Bellas Artes. Quizá los niños prefieran el Museo de Historia Natural, compuesto por más de 40.000 fósiles procedentes de los cinco continentes, aunque uno de los más impresionantes es un esqueleto de mamut procedente de la estepa siberiana. Y si no habéis tenido suficiente, detrás del palacio se extiende un parque precioso que alberga el Funny Zoo, donde encontraréis muchos animales, desde cocodrilos hasta elefantes, pero se trata de unos animales muy especiales ya que son esculturas en colores.
2. MuCEM, en Marsella
El Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo es una parada obligatoria para los pequeños amantes de la antropología ya que recoge colecciones de la zona europea y mediterránea. No obstante, lo primero que os impresionará es la forma cúbica del edificio, con un llamativo velo de encaje que deja pasar la luz a su interior. El arquitecto Rudy Ricciotti ha creado una instalación que se disfruta desde dentro y fuera, por lo que encontraréis sorpresas visuales muy agradables y sorprendentes al caminar por sus pasillos. En algunos lugares os parecerá que el mar se ha metido dentro del museo.
3. Parque Natural Regional de la Camarga
Si sois amantes de la naturaleza, este parque es una visita imprescindible ya que atesora un paisaje único en Europa. La Camarga es un auténtico regalo para los sentidos que se disfruta sin prisas. Con miles y miles de hectáreas, es el humedal más grande de Europa, bañado por el delta del Ródano. Arrozales, pantanos, estanques y salinas se suceden para acoger a flamencos rosas, caballos blancos y rebaños de toros de Camarga. Sus tonos azules y verdosos, en contraste con los colores de las diferentes aves que habitan en este entorno, regalan fotos que parecen tarjetas postales.
4. El Parque del Castillo de Niza
Se trata de uno de los lugares favoritos de los habitantes de Niza, cuando lleguéis comprenderéis el motivo. Os aguarda un parque de poco más de 19 hectáreas donde se puede disfrutar de la tranquilidad y los niños pueden jugar sin peligro. De hecho, también cuenta con un parque infantil con juegos para los más grandes y pequeños. Desde el parque podréis admirar unas vistas que quitan el aliento sobre la costa y los pueblos cercanos. Además, podréis subir a la torre Bellanda, que ofrece una vista panorámica sobre el Paseo de los Ingleses y el casco antiguo.
5. El Museo de Historia Natural de Toulouse
Es un espacio perfecto para comprender la relación entre el hombre y la naturaleza. La colección atesora nada más y nada menos que 2 millones y medio de piezas, distribuidas en unos 3.000 metros cuadrados. De hecho, ¿sabías que fue el primer museo del mundo en abrir una exposición de prehistoria? Sin duda, a los niños les asombrará el quetzalcoatlus, el mayor reptil volador conocido y el enorme elefante de Asia, que os darán la bienvenida nada más entrar al museo. Además, las colecciones cuentan con vídeos, para que los peques puedan entender mejor lo que están viendo.
6. Laberinto de Merville, en Toulouse
Si estáis de paso por la ciudad, no os perdáis este sitio. Situado a unos 20 kilómetros de Toulouse, abarca un total de 25 hectáreas, de las cuales hay unos 6 kilómetros de laberinto. Por tanto, todos os encontraréis con callejones sin salida y pistas falsas que os hagan cambiar de rumbo. Los niños se sentirán como auténticos exploradores; de hecho, al terminar el recorrido podrán obtener el diploma de explorador junior. Y también hay un segundo recorrido para los mayores. Por supuesto, mientras os divertís e intentáis encontrar el camino, no faltan los rincones donde tomar un respiro y relajaros.
7. El Jardín botánico de la Abadía de Limoges
Se trata de un jardín que abarca 5 hectáreas, donde podréis pasar una jornada muy relajante. La parte más antigua, el jardín histórico, atesora unas 1.500 especies de plantas distribuidas en parterres y rocallas. También hay jardines temáticos, alineados en hileras de plantas según sus usos, como las plantas medicinales, las aromáticas, las alimentarias… Y no olvidéis visitar el jardín ecológico, una zona muy especial porque se ha llevado a cabo una reconstitución de entornos naturales como el hayal o el encinar. Además, a los niños les encantará porque a este jardín se accede a través de los subterráneos de la Abadía.
Publicado:
Actualizado:
Comentarios
