Alimentación

Alergia a la proteína de la leche de vaca: ¿cómo detectarla y qué dieta deben seguir los niños?

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Alergia a la proteína de la leche de vaca
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La leche de vaca es uno de los alimentos más consumidos a todas las edades. De hecho, las proteínas de la leche de vaca son el primer antígeno no homólogo que los niños pequeños ingieren en cantidades importantes. Por esa razón, la alergia a la proteína de la leche de vaca suele manifestarse durante el primer año de vida y es la alergia alimentaria más frecuente en los lactantes y niños pequeños. La Asociación Española de Pediatría estima que aproximadamente el 2 % de los niños de 4 años padece esta alergia.

¿Qué es exactamente la alergia a la proteína de la leche de vaca?

La alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) es una reacción de hipersensibilidad a las proteínas lácteas, mediada por un mecanismo inmunológico que provoca una respuesta anormal del organismo y desencadena reacciones adversas.

De hecho, la leche de vaca contiene más de 40 proteínas. Todas esas proteínas son alérgenos potenciales, aunque la sensibilización más frecuente es a la caseína. La beta-lactoglobulina también puede causar alergia porque es más termolábil, de manera que un calentamiento intenso en poco tiempo puede dar pie a que se formen nuevas estructuras inmunológicamente más activas, lo cual aumenta su poder alérgeno.

¿Cuándo aparecen los primeros síntomas?

Los primeros síntomas de la alergia a la proteína de la leche de vaca suelen presentarse durante el primer año de la vida ya que es el momento en que la mayoría de los niños comienzan la lactancia artificial. En ocasiones, la primera señal de que el bebé sufre alergia a la proteína de la leche de vaca es el rechazo intenso a las tomas de biberón.

La APLV se manifiesta con reacciones de hipersensibilidad, generalmente de manera inmediata tras la ingesta o hasta dos horas después. En el 60% de los casos, los síntomas aparecen tras la primera toma. En algunos niños también pueden aparecer tras haber estado en contacto directo con una persona que ha manipulado leche de vaca y en otros a través de la leche materna cuando la madre lleva una dieta rica en este alimento, aunque es menos usual.

APLV síntomas

Los principales síntomas de la alergia a la proteína de la leche de vaca

Los síntomas de la alergia a la proteína de leche de vaca varían de un niño a otro: pueden ser leves, como prurito oral, o graves, como choque anafiláctico. De hecho, es importante que los padres sepan que la leche de vaca es uno de los alimentos que causan con más frecuencia reacciones anafilácticas mortales.

En la anafilaxia suelen aparecer síntomas cutáneos como la urticaria y angioedema, problemas digestivos como dolor abdominal, vómitos o diarrea y dificultades respiratorias como disnea, broncoespasmo y hipoxemia. El niño también tendrá síntomas cardiovasculares como hipotensión, y neurológicos como temblores, confusión, convulsiones y síncope.

No obstante, los síntomas cutáneos son los más comunes. En ese caso, los bebés presentarán eritema, a veces con urticaria aguda o angioedema. En otros casos la alergia a la proteína de la leche de vaca cursa con reacciones gastrointestinales, como edema en los labios y la lengua, prurito oral, molestias para deglutir, náuseas, vómitos, dolor abdominal de tipo cólico, diarrea y, ocasionalmente, heces con sangre.

Aunque son menos frecuentes, los niños también pueden desarrollar asma y rinitis secundaria, que se manifiesta como prurito nasal, congestión, rinorrea y estornudos.

¿La APLV es para toda la vida?

La evolución de la alergia a la proteína de la leche de vaca suele ser favorable. Los estudios revelan que el 50 % de los pacientes logran tolerar leche de vaca a los 2 años del diagnóstico y el 80 % a los 3 o 5 años. Sin embargo, aproximadamente el 15 % de los niños con APLV mediada por IgE siguen siendo alérgicos después de los 8 años.

Existen algunos detalles que pueden predecir la cronicidad de la APLV, como el hecho de que comience antes del mes y cause síntomas graves inmediatos con dosis pequeñas. Las reacciones cutáneas muy intensas, la presencia de otras alergias alimentarias, el asma o la rinitis alérgica también son factores que empeoran el pronóstico.

APLV alimentos prohibidos

¿Qué se puede comer y qué alimentos están prohibidos?

Una vez realizado el diagnóstico de APLV, se recomienda que los bebés sigan con la lactancia materna durante todo el tiempo que sea posible. También se puede sustituir la leche materna o iniciar la lactancia mixta recurriendo a una fórmula. En ese caso, la Asociación Nacional de Fabricantes de Productos de Dietética Infantil (ANDI), que desde 1977 apoya y mantiene una nutrición infantil de calidad gracias a la participación de los 13 fabricantes más importantes de nuestro país, los cuales invierten de manera continua en la elaboración de productos con unos altos estándares de seguridad, innovación y calidad, explica que existen diferentes opciones:

  • Fórmulas extensamente hidrolizadas de leche de vaca. Son la primera opción ya que contienen proteínas por debajo de 5000 kDa y suelen ser bien toleradas por el 95% de lactantes que sufren APLV.
  • Fórmulas de soja. La soja pertenece a la familia de las leguminosas, por lo que sus proteínas no tienen reactividad cruzada con las proteínas de leche de vaca. Sin embargo, este tipo de fórmulas no se recomiendan para lactantes menores de seis meses ni en casos de enteropatía y malabsorción o nefropatía.
  • Fórmulas de arroz. Estas fórmulas hidrolizadas parciales de arroz son una buena alternativa para los bebés menores de 6 meses y las familias veganas, aunque se debe tener en cuenta que sus proteínas tienen menos valor biológico.
  • Fórmulas elementales. Estas fórmulas siguen el perfil de la leche humana, pero están preparadas a base de aminoácidos sintéticos, por lo que no existe riesgo de que desencadenen una reacción alérgica.

Por último, cabe aclarar que la tolerancia a la proteína de la leche cruda o procesada que se encuentra como ingrediente en otros alimentos es distinta, por lo que algunos niños pueden tolerarla a determinadas dosis. Por eso es importante evaluar el nivel de tolerancia individual a través de una prueba de provocación.

Si el niño no puede tolerar las proteínas de la leche de vaca, debe seguir una dieta estricta. De hecho, “la correcta alimentación juega un papel fundamental en la salud de las personas, y es esencial durante la infancia para adquirir buenos hábitos a lo largo de su vida”, como señaló Alberto Vega, presidente de ANDI.

Por esa razón, apuntó que “desde ANDI trabajamos en la creación de productos dietéticos innovadores y de calidad, al mismo tiempo que abogamos por la difusión de información veraz e imprescindible sobre asuntos concernientes a la alimentación del infante”.

“La prevención de los síntomas de la APLV es fundamental y, para ello, es muy importante que los padres que tengan niños alérgicos a la leche revisen correctamente los etiquetados nutricionales de los productos infantiles”, explicó la Dra. Leyre Baptista, especialista en alergología por la Fundación Jiménez Díaz. Esto se debe a que las proteínas de la leche de vaca pueden estar ocultas en muchos de los alimentos de consumo frecuente, desde pan, fiambres y embutidos hasta pescados congelados, golosinas, conservas e incluso en productos cosméticos y algunos fármacos.

No es necesario eliminar la carne de vacuno cocinada, pero los niños deben evitar la leche de otros bóvidos como cabra u oveja, porque sus proteínas son muy similares a las de la leche de vaca. Los padres también deben asegurarse de que la comida que vayan a ingerir los niños no esté contaminada con leche o sus derivados.

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