Familia

El amor de madre es el más puro y profundo que existe

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Amor de madre
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Existen muchos tipos de amor en la vida, y de todos ellos, quizá el amor de una madre es el más profundo que existe puesto que es el que más fuerza desarrolla a lo largo de la existencia de ésta. El amor de una madre es ese tipo de amor que se siente desde lo más profundo de las entrañas, que se forma desde que el bebé comienza a formarse en el interior y se tiene una conexión entre los dos corazones que nada ni nadie podrá romper jamás.

La naturaleza sabe lo que hace

La naturaleza sabe lo que hace desde el momento en que una mujer se queda embarazada y después, desde el momento en que la mujer sostiene a su bebé por primera vez. Aparece el instinto de protección desde que la mujer sabe que el resultado de su embarazo es positivo. Comienza a cuidar su salud de forma extraordinaria únicamente para que la salud de su bebé se fortalezca… Porque el ser que está creciendo dentro de su interior es para ella, su mayor tesoro.

Comienza a aparecer un instinto de madre antes desconocido para la mujer, empieza a sentir que su amor es incondicional y que cada día que pasa se hace más y más fuerte. Son 9 meses de amor que se consolida en el interior de la mujer y que en cuanto sostenga a su bebé por primera vez sabe que ese amor es indestructible. La oxitocina tiene un papel importante en todo este proceso de consolidación en el amor de una madre, ¡y es que la naturaleza se quiere asegurar de que el vínculo entre madre e hijo no se estropee por nada del mundo!

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Una madre feliz hará que su hijo lo sea también

La conexión entre madre e hijo es tan fuerte, que si una madre está feliz, sus hijos automáticamente también lo estarán. Verán en su madre un ejemplo de resiliencia, de afrontamiento de problemas, de lucha y perseverancia que le harán convertirse en un adulto responsable y feliz. Un niño necesita que su madre y su padre le muestren su amor cada día de su vida, que ambos progenitores sean un ejemplo a seguir en cada ámbito de la vida. Porque esos pequeños ojos tan bonitos, te observan todo lo que dices, pero sobre todo, todo lo que haces.

La relación con la figura materna es además especialmente importante porque es la que más influye en cuanto a la forma de relacionarnos con otras personas durante la vida. Las madres tienen un amor incondicional para ofrecer a los hijos sin importar las circunstancias que se vivan. El amor de una madre se tendrá siempre sin importar lo que pase porque un hijo no tiene que ganarse el amor de una madre, simplemente lo tiene y lo tendrá para siempre. Esto enseña a los hijos a aceptarse tal y cómo son… y no por lo que puedan hacer o dejar de hacer.

Tu hijo forma parte de tu ser

Es increíble cómo se puede querer tantísimo a un hijo incluso antes de que haya nacido. Forma parte del cuerpo de una madre durante 9 meses y después siempre formará parte en tu corazón. Tus hijos te vuelven vulnerable y frágil a la par que fuerte e indestructible. Porque eso es ser madre, tener la fuerza y el coraje suficiente para luchar por y para los hijos, pero al mismo tiempo tu estabilidad emocional y vital depende directamente de ellos, de su salud, de su actuar… de que estén bien.

Una madre es capaz de dejar todo de lado para cuidar a su bebé o sus hijos porque su corazón así lo dicta. Si sus hijos la necesitan ella siempre estará a su lado, tengan la edad que tengan, hasta saber que son capaces de valerse por sí mismos… E incluso cuando sean independientes, una madre estará a su lado para escucharles y aconsejarles siempre que lo necesiten. Esta seguridad emocional es lo que ayudará a las personas a crecer y desarrollarse, porque siempre tendrán detrás el amor incondicional de una madre.

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