Brackets para niños: Todo lo que necesitas saber
Cuándo se recomienda el uso de brackets, cuánto dura el tratamiento, precio…
Referencias científicas
Este artículo tiene referencias científicas citadas más abajo
La maloclusión es uno de los problemas de salud bucodental más frecuentes en la infancia. En un estudio realizado en la Comunidad de Madrid se encontró que el 58,21% de los niños sufren maloclusiones, de los cuales el 13,93% precisa tratamiento dental. En la mayoría de los casos, el tratamiento de elección son los brackets.
Los brackets son el método de ortodoncia fija más común para el tratamiento de problemas dentales. Básicamente, se trata de un soporte que se adhiere a los dientes y que está interconectado mediante un sistema de alambres o arcos que unen las diferentes piezas. ¿Su objetivo? Ejercer suficiente presión sobre los dientes para corregir su posición a largo plazo.
Indice
¿Cuándo se recomiendan los brackets?
Los brackets son el tratamiento más habitual en los casos de maloclusión infantil, que no es más que la incorrecta alineación de los dientes debido a un problema del crecimiento óseo del maxilar o la mandíbula y/o de la posición de los dientes. El objetivo del uso de los brackets es corregir la alteración esquelética y/o la posición de los dientes respecto al hueso para mejorar la estética dental y facilitar una masticación adecuada.
Por lo general, los brackets se recomiendan para corregir el apiñamiento de los dientes, pero también es un recurso útil para tratar los dientes excesivamente separados, los problemas de mordida abierta o invertida y la rotación de piezas dentales. También son un tratamiento excelente para corregir la protrusión dental, una alteración en la que los dientes están demasiado adelantados y sobresalen.
Los principales tipos de brackets
Cuando se habla de brackets, a la mayoría de los padres les viene a la mente los brackets metálicos tradicionales. Sin embargo, aunque en la actualidad se sigue utilizando este sistema para corregir algunas malformaciones dentales, también existen otros tipos de ortodoncia. Estos son los principales tipos de brackets que se utilizan en los tratamientos bucodentales.
Brackets metálicos o convencionales
Se trata de la versión más antigua y económica de brackets. Básicamente, funcionan mediante unas gomas que se fijan al arco que alinea los dientes. Una de sus mayores ventajas es que permiten personalizarse con multitud de diseños y colores, lo cual los convierte en una opción especialmente atractiva para los más pequeños de casa. Su uso es muy efectivo pero lento.
Brackets transparentes o estéticos
Los brackets estéticos han ganado mucho terreno en los últimos años gracias a que son prácticamente imperceptibles. Su sistema es muy similar al de los brackets metálicos, pero están confeccionados con materiales de colores claros que incluso, pueden imitar el color de los dientes. Ya sea que estén fabricados en cerámica, zafiro o policarbonato, son muy efectivos al solucionar problemas de la mordida y el alineamiento de los dientes. Además, como están fabricados con materiales biocompatibles son seguros para los niños que padecen alergia a los metales.
Brackets autoligables
A diferencia de los brackets convencionales, estos no necesitan ligaduras para fijarse al arco del aparato dental ya que lo consiguen mediante un mecanismo de compuerta o pestañas integradas. Esto hace que sean menos visibles, a la vez que facilita el cepillado y previene la acumulación de restos de comida. Al tener un mecanismo de autoajuste, no es necesario ir al dentista cada cierto tiempo para ajustar los brackets. Además, son mucho más precisos al corregir la posición de los dientes, a la vez que acortan el tiempo de tratamiento gracias a que optimizan el uso de las fuerzas.
Brackets linguales
Se trata de un sistema de aparatos metálicos que funciona básicamente igual a los brackets convencionales, pero en lugar de adherirse a la cara visible de los dientes, se colocan en la parte interna. De esta manera, son completamente invisibles desde el exterior, por lo que son mucho más estéticos. Como en el caso de los autoligables, no necesitan gomas para unir el mecanismo, pero en cambio son más incómodos, más difícil de limpiar y a menudo, causan problemas para hablar.
Una alternativa muy popular a los brackets es Invisalign. Se trata de un tratamiento de ortodoncia removible a base de un sistema de férula o alineadores transparentes que se encaja sobre los dientes para ejercer presión en puntos específicos. Al ser transparentes es un sistema más estético y como puede quitarse y ponerse, es mucho más cómodo de llevar, a la vez que facilita la higiene bucal. Sin embargo, más allá de sus ventajas, la elección de un tipo y otro de ortodoncia puede variar de un caso a otro ya que depende de varios factores como la edad del pequeño, la alteración a corregir, la gravedad de la maloclusión o la presencia de otros problemas de salud.
¿Cuál es la mejor edad para colocar los brackets?
La Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial recomienda que los niños acudan a su primera consulta de ortodoncia a los 6 años. Esto se debe a que a partir de esta edad empiezan a salir los primeros molares permanentes que servirán de guía al resto de dientes y formarán la estructura básica de la mordida, con lo que si existen maloclusiones, es mucho más fácil corregirlas desde una edad temprana.
Sin embargo, al inicio se aconseja comenzar con aparatos de ortodoncia removibles para corregir problemas como la mordida cruzada, las alteraciones óseas de la mandíbula o el maxilar o el avance mandibular. No será hasta que haya salido la dentición definitiva, alrededor de los 11 o 12 años, que se recomienda el uso de brackets en los niños para solucionar las maloclusiones.
¿Cuánto dura el tratamiento con brackets?
La duración del tratamiento con brackets varía mucho de un caso a otro, dependiendo de la severidad de la maloclusión, entre otros factores. En los casos más leves, el tratamiento puede durar de 3 a 12 meses. Sin embargo, en los casos más complicados puede ser necesario el uso de brackets durante 2 o 3 años. Eso sí, una vez finalizado el tratamiento y corregida la malformación, el resultado durará toda la vida.
¿Cuánto cuesta el tratamiento con brackets?
El precio del tratamiento con brackets suele variar dependiendo del tipo de aparato y la severidad de la maloclusión. Por lo general, los brackets metálicos suelen ser los más económicos ya que su precio oscila entre los 2500 y 3000 euros. El tratamiento con otros tipos de brackets suele tener un precio más elevado que puede ascender a entre 3000 y 4000 euros, o en el caso de los brackets de zafiro incluso a 5000 euros. Vale destacar que estos precios pueden variar de una clínica y comunidad autónoma a otra.
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