Familia

Carta de una mamá al padre de su hijo que las abandonó

Ser madre soltera y fuerte emocionalmente

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carta madre soltera
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Cuando estás embarazada es un momento de felicidad y alegría, pero cuando el padre decide no hacerse cargo de su responsabilidad como padre, es posible que el embarazo se convierta en una preocupación constante, ¿serás capaz de hacerlo sola todo? Ese hombre decidió estar fuera de tu vida y de tu hijo, por lo que en el mismo instante en que tomó esa decisión dejó de ser el padre de tu bebé…

Una carga emocional

Ser madre soltera puede ser difícil a nivel económico, pero además de eso hay una carga emocional que deberás lidiar cada día mientras educas lo mejor que sabes a tu hijo. Es posible que algunos sentimientos negativos como la rabia no te dejen ver que lo que tienes a tu lado es lo mejor de tu vida y aquel que se fue no se merece estar cerca de vosotros.

Es necesario que te des la oportunidad de ser feliz porque esa persona que ha salido de tus entrañas es quien realmente merece tu calor, es quien realmente te necesita ante cualquier cosa. Por eso, debes ser consciente de que eres capaz de poder disfrutar de tu maternidad sin un padre que decidió marcharse. ¿Qué debes tener en cuenta?

  • No mires hacia otra parte si te sientes mal. Tu dolor emocional es importante y debes identificar lo que te preocupa o te pone triste.
  • Acepta el dolor para detenerlo. Cuando identifiques las emociones negativas podrás sentir lo que te ocurre; miedo, desconfianza o miedo. Trabaja en tu interior para poder mejorar tu estado de ánimo y superar estas emociones negativas.
  • Cuida tu autoestima. Mantén un pensamiento positivo y no te hagas la víctima de la situación. Piensa en todo lo bueno que tienes y lo que has conseguido hasta ahora.
  • Escribe un diario. En el diario escribe todas tus preocupaciones, aquello que quieres mejorar o cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Escribir un diario te ayudará a estar mejor emocionalmente y a ver las cosas desde otro punto de vista.
  • Busca un grupo de apoyo. Aunque haya ocasiones en las que pienses que el mundo está siendo injusto contigo, no eres la única que pasa por esto. Busca un grupo de apoyo presencial u online de madres solteras y además de darte cuenta de que hay más mujeres como tú, también encontrarás un grupo de personas que te podrán apoyar cuando lo necesites. Ellas te entenderán mejor que nadie.
  • Deja a un lado los pensamientos negativos. Cuando te venga a la mente un pensamiento negativo, acéptalo y deja que se marche. No le des importancia y permite que por cada pensamiento negativo que entra en tu mente, potencies uno positivo. Recuerda que escribir el diario te ayuda mucho en esto.

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Carta de una madre soltera al padre que decidió marcharse

Esta carta la escribió una madre soltera cuando el padre decidió dejarle mientras estaba embarazada. Ella sintió miedo, culpa y mucha tristeza… Pero con el tiempo se dio cuenta de que la decisión de tener a su bebé fue la mejor que había tomado en su vida.

“Aún recuerdo cuando te dije que estaba embarazada; fue un proceso muy largo, y aunque al principio me hiciste creer que te emocionaba la idea de ser padre, tu abandono y tu falta de apoyo durante esa etapa me demostraron lo contrario. En el fondo siempre supe que nunca sacrificarías tu libertad y tu estilo de vida para ser mi esposo, mucho menos para ser padre.

Mi embarazo fue un momento agridulce, pues al principio pensé que estaba sola. Nunca me acompañaste a ninguna cita, no me preguntabas cómo me sentía y mucho menos te importó involucrarte en las compras o los preparativos para armar el cuarto donde dormiría nuestro hijo. Pero ese dolor ya pasó, se fue pronto y hoy tengo una manera distinta de ver las cosas. Y cuando sentí sus pataditas en mi vientre por primera vez, me di cuenta de que jamás estaría sola de nuevo.

Cuando te fuiste lloré como nunca antes, porque de un momento a otro me di cuenta de que tendría que sacar adelante a mi hijo sola y tuve mucho miedo. No me sentía capaz de lograrlo, sentía que la vida se me iba y que yo no sería suficiente para que mi bebé, esa criatura tan pequeñita y frágil, estuviera bien. Pero afortunadamente me equivoqué.

Ver a mi niño crecer me da fuerza para seguir adelante. Cada vez más inquieto, más despierto y más inteligente. Me recuerda mucho a ti en algunas cosas. Y no te preocupes, jamás le hablaré mal de su padre porque, aunque no afrontaste la responsabilidad, sé que al igual que yo, tomaste una decisión muy difícil y no te juzgo por eso. Pero la diferencia entre nosotros es que yo sí asumí mi papel y me siento orgullosa de ello.

Fue difícil. Me costó muchas noches de desvelo y llanto en silencio para no despertarlo, pero ahora sé que quizá todo hubiera salido mal si te hubieras quedado, porque parte de ser padre es cambiar los malos hábitos y convertirse en un ejemplo a seguir, algo que tú nunca has querido hacer. Hoy sé que fue mejor así, porque con tus noches alocadas, las resacas y el aliento a tabaco, ¿qué ejemplo le hubieras dado a nuestro hijo?

Como dije antes, no voy a juzgarte y tampoco le voy a negar a mi niño el derecho de saber que tiene un padre, aunque nunca hayas estado ahí cuando se enfermó, ni en sus festivales escolares, ni esas noches cuando el monstruo del armario lo aterrorizaba. Pero eso no importa, ¿sabes por qué?, porque siempre fui suficiente para él. No le negaré la verdad, pero tampoco voy a formarle una imagen de ti. No te niego verlo, simplemente tú no quisiste acercarte nunca, y de ahí él formará su propia imagen de ti.

Sólo me queda darte las gracias; de no ser por ti nunca hubiera conocido el verdadero amor, uno que llegó a este mundo pesando 3 kilos con 200 gramos y midiendo 51 centímetros. Ese amor que me dice «buenos días, mami» y me da un abrazo cuando llego a recogerlo a la escuela. Gracias por no ser lo suficientemente valiente para afrontar los cambios que llegaron junto con ese pedacito de felicidad. Erróneamente te veía como el amor de mi vida, pero hoy sé que el que tengo ahora durará para siempre.

Espero que no te arrepientas de haber hecho a un lado a este ser maravilloso que se preocupa por los demás, que ha encontrado en su abuelo una figura paterna que le ha dado fuerza, le ha enseñado valores y le ha demostrado lo que significa ser un hombre. Porque tú nunca estuviste a la altura, y no lo digo para ofenderte, sino para desearte la mejor de las suertes.

Gracias de nuevo, y espero que pronto encuentres la felicidad que yo siento hoy al ser madre, esa felicidad que tú mismo te has negado”.

-Anónimo-

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