Salud

Causas de la hiperactividad infantil

[mashshare icons=»1″]

Causas hiperactividad
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

A pesar de que la hiperactividad infantil es un trastorno muy frecuente, los especialistas aún no han llegado a un consenso sobre los factores que la originan. No obstante, la mayoría coincide en el hecho de que se trata de una compleja alteración neurobiológica que no se puede explicar a partir de un único factor sino por la combinación de una serie de causas. Además, el curso de la hiperactividad también depende de diferentes factores, desde el entorno familiar hasta los hábitos nutricionales.

5 causas de la hiperactividad en niños

1. Factores genéticos

Uno de los factores más importantes que inciden en el desarrollo de la hiperactividad infantil es la genética, o sea, los antecedentes familiares. De hecho, se estima que alrededor del 76% de los casos de hiperactividad infantil se relaciona con factores genéticos. Se conoce que los niños que tienen familiares con hiperactividad tienen 5 veces más probabilidades de presentar el trastorno que aquellos niños que no tienen antecedentes.

Además, los estudios han encontrado una relación directa entre algunos genes y la hiperactividad. Se han llegado a identificar hasta 7 cromosomas vinculados de forma significativa con la aparición de este trastorno. Uno de estos se encuentra estrechamente relacionado con la producción de dopamina a nivel cerebral, un neurotransmisor que interviene en la regulación del nivel de atención y cuyas concentraciones son anormalmente bajas en los niños hiperactivos.

2. Alteraciones cerebrales

Una investigación realizada recientemente en el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha encontrado que el cerebro de los niños hiperactivos madura más lentamente, sobre todo en el momento de establecer las conexiones neurales. En otras palabras, las conexiones que se establecen en la red cerebral que controla el pensamiento y la red que le permite al pequeño concentrarse en las actividades externas, funcionan de manera más lenta que en el resto de sus coetáneos. Esto explica por qué les resulta tan fácil distraerse y tan difícil mantener la concentración durante largos períodos de tiempo.

Asimismo, se ha confirmado la existencia de pequeñas lesiones cerebrales en el lóbulo frontal (el principal encargado de modular el comportamiento), como consecuencia de la exposición a algunas toxinas o como resultado de un daño físico.

Causas hiperactividad infantil

3. Factores ambientales

En los últimos años los casos de hiperactividad infantil se han incrementado notablemente por lo que los investigadores han comenzado a escrutar los factores ambientales en busca de una explicación. Muchos expertos opinan que fumar durante el embarazo es un factor de riesgo para la aparición de la hiperactividad infantil pues la nicotina puede causar hipoxia (falta de oxígeno) en el útero materno y afectar el desarrollo cerebral del niño.

Además, se conoce que el consumo de cocaína y heroína durante el embarazo, así como la exposición durante la etapa intrauterina a metales como el plomo y el zinc, el bajo peso al nacer y el nacimiento prematuro son otros factores que pueden provocar hiperactividad infantil.

4. El medio social

Por lo general, los factores sociales no se consideran determinantes para la aparición de la hiperactividad en niños pero desempeñan un papel fundamental en la agudización del trastorno. Hoy se conoce que algunas situaciones, como un divorcio mal manejado, el estrés familiar o la violencia doméstica pueden incidir negativamente en el niño y acentuar los síntomas propios de la hiperactividad.

5. La dieta

Varias investigaciones han intentado desvelar el papel que desempeña la alimentación en la aparición de la hiperactividad infantil. Hoy se conoce que la comida basura (los alimentos ricos en grasas y azucares que aportan pocos nutrientes) ejerce una influencia negativa sobre la conducta y puede exacerbar la hiperactividad. Asimismo, se ha encontrado que una dieta baja en ácidos grasos omega 3, implicados en el desarrollo y el funcionamiento cerebral, puede contribuir al desarrollo del trastorno.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *