Salud

Cólicos del lactante: ¿Qué son y cómo lidiar con ellos?

Remedios para aliviar los síntomas de los cólicos del lactante

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Cólicos del lactante remedios
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Los cólicos son uno de los problemas más comunes en los lactantes. Se estima que alrededor del 40% de los bebés empiezan a padecerlos entre la tercera y la sexta semana de vida. Básicamente, se trata de una alteración del sistema intestinal que, al ser todavía inmaduro, produce una gran cantidad de gases como resultado de un proceso digestivo incompleto. Sin embargo, entre el 5% y el 10% de los casos está relacionado con la alimentación ya que se ha demostrado que la lactancia artificial incrementa el riesgo de padecer cólicos. Estos gases suelen ser muy difíciles de expulsar y son los responsables del malestar e incomodidad que experimenta el bebé.

¿Qué síntomas presenta un bebé con cólicos?

El síntoma principal de los cólicos del lactante es un llanto intenso y prolongado sin causa aparente que suele aparecer de forma repentina sobre todo al final del día o después de que se alimenta al bebé. En muchos casos el pequeño también adopta una posición característica: flexiona los muslos sobre el abdomen, presiona fuertemente sus puños y tensa el abdomen y los músculos de todo el cuerpo. De hecho, si tocas su abdomen es probable que lo sientas duro. En otros casos los cólicos pueden ser asintomáticos, es decir, el bebé no muestra síntomas.

¿Cuánto pueden durar los cólicos en el bebé?

Por lo general, los cólicos del lactante se extienden durante los primeros tres meses de vida. En estos meses es usual que el bebé presente los síntomas característicos entre 2 y 3 veces a la semana, unas tres horas al día, aunque la duración y frecuencia de los cólicos pueden variar de un pequeño a otro. En la mayoría de los casos los cólicos suelen aparecer a la misma hora cada día.

Cuánto duran los cólicos del bebé

¿Cómo ayudar a tu bebé a lidiar con los cólicos?

Mantén la calma

La mayoría de los padres sufren mucho y se sienten impotentes cuando ven a su bebé llorando y no logran tranquilizarle. De hecho, en muchos casos los cólicos en los bebés suelen generar una gran ansiedad en los padres, que a su vez se la transmiten a los pequeños creando un círculo vicioso que lejos de aliviar el problema, lo agudiza. Por tanto, si te percatas de que tu bebé está sufriendo un cólico, es fundamental que mantengas la calma.

Tómalo en brazos

Uno de los mejores remedios para aliviar los cólicos es cargar al bebé en brazos, en posición vertical, y pasearlo lentamente por la habitación. Esta simple acción ayudará a que su sistema digestivo se active, con lo cual empezará a expulsar los gases haciendo que se sienta más aliviado. Si además le acaricias la espalda mientras lo abrazas, se sentirá más seguro y se empezará a tranquilizar.

Ponle sonidos rítmicos

Se ha demostrado que los sonidos rítmicos como la música o el ruido de una aspiradora son muy reconfortantes para los bebés que tienen cólicos. Todo parece indicar que este tipo de sonidos les ayuda a calmarse y les hace sentir seguros ya que les recuerda los ruidos que escuchaban dentro del vientre materno. No obstante, es importante que tengas en cuenta que todos los bebés no reaccionan igual al sonido, algunos prefieren el silencio.

Utiliza el calor para calmarlo

A muchos padres les resulta muy útil colocar al bebé con cólicos sobre una bolsa de agua templada o cubrirle con una manta previamente calentada. Al igual que el sonido, el calor le genera una gran sensación de seguridad ya que le hace evocar su vida en el útero. Además, el calor también puede ayudarle a expulsar los molestos gases.

Dale un masaje suave

Otra estrategia muy efectiva para reducir los cólicos del bebé es darle un ligero masaje en el abdomen. Lo ideal es que lo hagas de forma muy suave, sin presionar demasiado ya que de lo contrario podría resultarle muy incómodo y hasta doloroso. En la mayoría de los casos los masajes circulares suelen ser muy efectivos para ayudar al bebé a expulsar los gases, aunque debes estar muy atenta ya que algunas veces pueden provocar el efecto contrario y sobre-estimular al pequeño.

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