¿Puedo dar de comer a mi bebé si ha vomitado?
Referencias científicas
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La alimentación es fundamental para todas las personas pues es nuestra fuente de energía primaria, contribuyendo a la salud física, mental, emocional y el crecimiento, en el caso de los niños y jóvenes. Por eso se hace tanto hincapié en una alimentación a base de lactancia natural como comida principal de los bebés, para lograr un desarrollo adecuado y una nutrición saludable que beneficie a su organismo.
Sin embargo, pueden darse situaciones en las que los bebés vomitan o regurgitan su alimento, lo cual se debe a diversas causas como el desarrollo de su sistema digestivo e intestinal, así como la presencia de una intolerancia. Ante esta situación muchas madres se preguntan si es correcto dar alimentos a su bebé después de vomitar, pues queda la sensación de no estar satisfecho.
En este artículo
¿Se puede alimentar de nuevo al bebé si ha vomitado?
Si tu bebé acaba de tomar pecho y ocurre que la regurgita o ha vomitado, lo mejor que puedes hacer es no darle más comida de inmediato, de preferencia, espera a que pase un tiempo tranquilo para que se recupere. Los vómitos son muy comunes durante los primeros meses de vida debido a la inmadurez del sistema digestivo de los infantes, su musculatura traqueal, por alguna alergia a un alimento o porque están muy llenos y necesitan liberar su estómago.
Es por esa razón que puedes esperar hasta su próxima toma o comida para alimentar de nuevo a tu bebé. No te preocupes, tu pequeño no pasará hambre en ese lapso de tiempo, ya que estará saciado con la cantidad adecuada que ha comido y haber liberado el exceso de la misma. Pero sí debes permanecer en alerta si presenta otros síntomas.
¿Los vómitos en bebés son preocupantes?
Es necesario hacer una diferencia entre vomitar y regurgitar. En los bebés, el regurgitar es común porque su sistema aún está en desarrollo o porque no es capaz de controlar la cantidad de comida necesaria para él. Mientras que los vómitos pueden ser más delicados, ya que representan una complicación en el sistema digestivo o intestinal, fuertes alergias o alguna otra complicación médica.
Las regurgitaciones son frecuentes durante los primeros 3 meses de vida y por ello son esperadas en el proceso de alimentación de los bebés, ya que son respuestas espontáneas de reflujo infantil. Son en pequeña cantidad y de color blanquecino o transparente, se detienen cuando el niño cumnple los 12 meses de edad o antes.
Los vómitos, en especial si son con mucha frecuencia y que muestran de colores verdosos, oscuros o con muy mal olor, son indicativos de alguna enfermedad o trastorno gastrointestinal. Casos como gastritis, obstrucción intestinal o infecciones, y por ende, debes acudir con tu pediatra lo más pronto posible.
La alimentación materna influye en la regurgitación del bebé
Como las madres deben alimentar a sus bebés mediante la lactancia, todo lo que ellas consuman, también lo harán sus bebés mediante el pecho. Por eso es necesario que las mujeres cuiden su alimentación no solo durante el proceso de lactancia, sino durante todo el embarazo.
Por otro lado, si tu bebé se alimenta a través de leche de fórmula, el uso de biberones también puede causar rechazo en ellos y hacer que regurgiten o vomiten. Lo mejor en este caso es probar con diferentes tipos de biberones hasta encontrar el que mejor se adapte a tu bebé.
¿Cuándo es importante consultar al médico?
Aunque las regurgitaciones son normales en los bebés, los vómitos no lo son tanto. Así que debes estar muy atento antes estas señales para saber el momento en que debes llevar a tu bebé al pediatra.
- Si vomita más de dos veces seguidas, pues además de presentar alguna complicación, también puede tener deshidratación al no estarse alimentando correctamente.
- Si presenta fiebre y fuertes llantos o quejidos. Es una aleta que indica una posible infección estomacal.
- Cuando ocurre algún problema con el peso de tu bebé, como un estancamiento o una pérdida considerable. No está recibiendo los nutrientes necesarios para su crecimiento o existe un rechazo en su sistema.
- Además de vómitos presenta diarrea o por el contrario, estreñimiento. Es posible que sea una alerta sobre su tracto intestinal, como irritación u obstrucción, lo que impide el paso de la comida y la absorción de los nutrientes.
- Si escuchas ruidos fuertes en su estómago de manera constante y que causen incomodidad en tu bebé, también es una señal de que debes acudir al pediatra.
Formas de evitar la regurgitación excesiva
El que este sea un fenómeno esperado no implica que no pueda convertirse en algún síntoma que hay que vigilar de cerca. En este caso, si ves que tu bebé regurgita más de lo normal, puedes tener en cuenta estas recomendaciones.
- Ayuda siempre a tu bebé a expulsar sus gases, así reducirá el reflujo después de sus tomas.
- Nunca es bueno esperar a que el niño llore fuerte, avisando que tiene hambre para darle de comer, pues lo hará con mucha ansiedad y esto puede llevar a que entre más aire a su estómago o se llene de más.
- No es recomendable dar pecho si estás tumbada en la cama, esto puede producir más reflujos en tu bebé. Preferiblemente, mantén una posición sentada.
- Ten un descanso entre sus tomas, de esta manera puedes evitar que entre aire cuando tu bebé coma y se reducirá el reflujo que causa la regurgitación.
- Acostar al bebé sin haber liberado sus gases, hará que este vomite cuando se mueva.
- Busca estar lo más tranquila posible, sin distracciones y sin mover a tu bebé, este se puede marear y tener náuseas cuando se esté alimentando.
- Ten un ambiente calmado y constante, donde tu bebé sepa que es la hora de comer. Así se sentirá más seguro, no tendrá ansiedad y disfrutará de su comida con tranquilidad.
Estas recomendaciones también pueden aplicarse desde la prevención, para evitar que tus hijos pasen por situaciones incómodas con la comida que les genere malestar. Pero ten en cuenta que, ante cualquier alteración lo mejor que puedes hacer siempre es acudir con tu pediatra.
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