Salud

El comportamiento agresivo del niño con esquizofrenia

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Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La esquizofrenia es una enfermedad mental que afecta a alrededor del 1% de la población mundial. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad aproximadamente 52 millones de personas sufren este trastorno. En España se estima que unas 300.000 personas tienen esquizofrenia y se calcula que cada año se diagnostican entre 15 y 30 casos nuevos por cada 100.000 habitantes.

En sentido general, se trata de un trastorno que se desarrolla al final de la juventud e inicios de la adultez y que se caracteriza por alteraciones de la personalidad, alucinaciones y pérdida del contacto con la realidad. Sin embargo, aunque es más común en la edad adulta también puede aparecer durante la infancia. En estos casos, el trastorno suele aparecer antes de los 5 años y en su etapa inicial comparte muchos rasgos comunes con el autismo. De hecho, antes de los 3 años es bastante difícil realizar un diagnóstico diferencial ya que los síntomas suelen ser confusos.

A partir de los 5 años, el diagnóstico diferencial se va esclareciendo ya que suelen aparecer síntomas psicóticos, como las alucinaciones y los delirios, así como con una desorganización del pensamiento, que se vuelve raro. Lo más usual es que el niño sufra alucinaciones auditivas, aunque el 50% de los casos también tendrá ideas delirantes. Obviamente, como su mente está imbuida en ese mundo, el niño suele perder el contacto con la realidad y descuida los deberes escolares e incluso sus actividades cotidianas.

En algunos casos es común que el niño muestre un total desinterés por los objetos y actividades que antes le gustaban, puede mostrar una resistencia extrema al cambio, negarse a seguir instrucciones y presentar problemas para relacionarse con las personas. No obstante, son raros los casos en los que el niño se muestra agresivo, aunque cuando este problema a los padres les resulta difícil de manejar.

La agresividad en la esquizofrenia

La violencia no suele ser un síntoma común en la esquizofrenia, pero en ocasiones algunos niños pueden mostrar episodios de agresividad, sobre todo cuando están en medio de una crisis. A veces se trata de un simple enfado o de un insulto verbal pero en otras ocasiones pueden lanzar objetos o mostrar una violencia física, ya sea hacia ellos mismos o los demás.

En la mayoría de los casos la conducta agresiva se debe a la falta de conciencia de la enfermedad y la imposibilidad de distinguir entre la realidad y las alucinaciones y delirios, lo que conduce al niño a reaccionar de manera exagerada ante un estímulo que en circunstancias normales no resultaría amenazante.

También se ha apreciado que los varones tienen más probabilidades de sufrir episodios de violencia. Quienes viven en un entorno familiar convulso y violento o están expuestos a determinadas conductas de riesgo, como el abuso de sustancias y la falta de comunicación, también son más propensos a la agresividad.

Algunos estudios han encontrado además que determinados fármacos antipsicóticos, antiepilépticos y en especial algunas benzodiacepinas pueden acentuar las conductas agresivas infantiles en la esquizofrenia, aunque no se sabe con exactitud cuáles son los mecanismos neuroquímicos de base.

Cómo lidiar con un niño agresivo que sufre esquizofrenia

¿Cómo lidiar con un niño agresivo que sufre esquizofrenia?

Asegúrate de que toma sus medicamentos

La medicación para un niño con esquizofrenia no es una opción, es una necesidad. Aunque no sufra una crisis, los medicamentos le ayudan a estar más tranquilo y alargan el período de recaídas. Así que si quieres evitar que el pequeño se muestre agresivo y se descontrole, deberás mantenerte al tanto de su medicación diaria.

Negocia, no impongas

Las imposiciones nunca son positivas, sobre todo en los niños con esquizofrenia ya que suelen ser muy reactivos. Ellos también se sienten presionados y se enfadan cuando les impones tus criterios sin escuchar sus puntos de vista y pasas por alto sus necesidades y deseos. Así que si quieres evitar que tu hijo reaccione de manera agresiva o se enfade más, será mejor que busques puntos en común.

Establece límites y normas claras

Al igual que cualquier otro niño, el pequeño con esquizofrenia necesita normas y límites bien definidos en el hogar. Debe saber que no puede romper objetos, amenazar, insultar o golpear a los demás miembros de la familia. Asimismo, debe ser consciente de su rol en el núcleo familiar y debe conocer sus derechos y obligaciones.

Mantén la calma y actúa con naturalidad

Ante una crisis de agresividad es importante que no muestres temor ni signos de debilidad, aunque tampoco debes imponerte porque podrías agravar aún más la situación y hacer que el pequeño se sienta amenazado. Por tanto, no subas la voz ni hagas gestos amenazantes. Tampoco intentes imponerte por la fuerza ya que así solo lograrás que pierda aún más los estribos.

Pide ayuda si no puedes controlar la situación

La presencia de los hermanos u otros familiares puede ayudar a que el pequeño se tranquilice y se muestre más colaborativo. Si estás solo, dale la oportunidad de que se calme y si notas que la situación se descontrola, más vale que pidas ayuda antes de que las cosas se compliquen.

Conversa sobre el problema

Cuando el niño se calme, es conveniente que te sientes a hablar con él sobre lo sucedido. Lograr que el pequeño comprenda el problema y se responsabilice por su conducta violenta puede hacer que la próxima vez reaccione de forma más equilibrada.

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