El desarrollo del bebé en el 1 mes de vida

Al cumplir un mes de vida, el bebé se muestra mucho más activo que durante las primeras semanas. A esta edad sigue durmiendo mucho, pero ya es capaz de interactuar brevemente con sus padres cuando está despierto. De hecho, empieza a comunicarse a través del llanto e intenta emitir otros sonidos. Todavía no puede sostener su cabeza y la fontanela sigue abierta, pero su cráneo y cerebro siguen creciendo mientras que la fontanela posterior se nota cada vez menos. Aún le queda mucho por crecer, pero los primeros cambios ya comienzan a ser visibles.

Cambios físicos en el bebé de 1 mes

Durante el primer mes de vida el cuerpo del bebé se prepara para empezar a descubrir y adaptarse al mundo que le rodea. En esta etapa, su prioridad consiste en regular su ritmo respiratorio y dominar funciones vitales como el estornudo, la tos, el bostezo y el llanto, su único medio de comunicación en este momento.

Asimismo, sus sentidos están en pleno auge. Durante las primeras semanas de vida, los sentidos del bebé se agudizan cada vez más para percibir mejor los estímulos del entorno y procesar informaciones básicas que le permitirán irse integrando en el mundo. Aún no es capaz de fijar la mirada y no ve con suficiente nitidez, pero ya se empieza a interesar por lo que sucede a su alrededor.

Sus reflejos también se van perfeccionando. Para el primer mes de vida, el bebé es capaz de agarrar los dedos de sus padres, abre y cierra los ojos cuando algo le molesta y reacciona a los ruidos fuertes. Además, ya puede mover sus manos y pies, flexionar las piernas y los brazos y es capaz de girar la cabeza en ambas direcciones, aunque todavía no podrá sostenerla sin apoyo ya que le falta tonicidad en los músculos del cuello.

En esta etapa, la fontanela anterior sigue siendo fácilmente palpable, pero la posterior empieza a cerrarse. Esto se debe a que la cabeza del bebé crece muy rápido. Durante esas cuatro semanas, la circunferencia promedio del cráneo aumenta unos 3 centímetros alcanzando los 38 centímetros de media, un ritmo de crecimiento que mantendrá durante los primeros cuatro meses de vida. A partir del primer mes, el bebé comienza a perder gran parte del pelo que tenía en el momento del nacimiento, un proceso natural conocido como efluvio telógeno que permite que vuelva a crecer con más fuerza.

En cuanto al peso, en el primer mes de vida no se producen muchos cambios. Para ese entonces los bebés alcanzan un peso medio de unos 4,3 kilos y las niñas unos 4 kilos mientras su talla oscila entre los 53 y 54,5 centímetros y 52,5 centímetros respectivamente.

Desarrollo cognitivo y del lenguaje

Para el primer mes de vida, las funciones cognitivas del pequeño de casa empiezan a desarrollarse. Aún no es capaz de reconocer los rostros ni objetos de su entorno, de la misma manera que no puede identificar con certeza de dónde provienen los sonidos, pero ya empieza a interesarse por lo que sucede a su alrededor. Los colores o sonidos intensos comienzan a llamar su atención y despiertan su curiosidad. Asimismo, es probable que pueda mantener la atención durante unos minutos, aunque se distraerá con facilidad.

Si bien su principal forma de comunicación es el llanto, a partir del primer mes de vida el bebé intentará comunicarse con sus padres emitiendo otros sonidos, sobre todo sonidos guturales. También moverá su boca como si quisiera hablar, aunque para esto todavía queda mucho. Sin embargo, lo que más llama la atención a esta edad es su capacidad de comprensión. El pequeño presta cada vez más atención a la voz y el rostro de sus padres, y su sola presencia servirá para calmar su llanto o para provocar simpáticas reacciones.     

Alimentación y cuidados del bebé de 1 mes

La rutina de cuidados de un bebé de 1 mes permanece prácticamente inalterable en comparación con las semanas anteriores. A esta edad el pequeño de casa pasa durmiendo gran parte del día, entre 16 y 20 horas, y solo se despierta durante cortos períodos de tiempo para alimentarse. Lo más habitual es que esto ocurra cada 2 o 4 horas, lo cual no dejará mucho margen a los padres para descansar a pierna suelta o enfrascarse en tareas que requieran mucho tiempo. Sin embargo, se trata de una etapa importante en su crecimiento ya que durante el sueño el cuerpo del bebé se sigue desarrollando.

Para este momento y hasta alrededor de los seis meses, la lactancia materna será el único alimento del bebé. Algunas veces la leche materna podrá complementarse o cambiarse con la leche de fórmula, sobre todo cuando la madre no tiene suficiente leche para satisfacer las necesidades nutricionales del pequeño. Por lo general, si el bebé cumple con el peso y la talla adecuadas para el primer mes de vida no será necesario administrar ningún suplemento nutricional, salvo indicación médica.

La estimulación temprana durante el 1 mes de vida

La estimulación de un recién nacido debe comenzar desde las primeras semanas de vida. Sin embargo, no será hasta alrededor del mes de vida que el bebé se mostrará más activo y estará más despierto, lo cual te brindará la posibilidad de interactuar con él durante más tiempo. Independientemente de que el pequeño de casa aún no entienda las palabras, es importante que le hables e interactúes con él para que vaya desarrollando su sentido del oído y familiarizándose con el lenguaje. De esta manera, se empezarán a despertar sus circuitos comunicativos a nivel cerebral.

Si bien aún no está preparado para comenzar con la estimulación física y motora, es momento de activar sus sentidos. Aprovecha cuando está despierto para acariciar su piel, darle masajes corporales para estimularlo y utiliza la música suave como aliada para ayudarle a regular sus emociones y transmitirle una sensación de paz y tranquilidad. Este tipo de interacción le permitirá comenzar a descubrir el mundo que le rodea a través de sus sentidos.

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