Familia

Despídete siempre de tu hijo al salir de casa

Consejos prácticos para despedirte de tu hijo sin causarle angustia emocional

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Despídete siempre de tu hijo al salir de casa
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Para la mayoría de los padres, uno de los momentos más difíciles a los que tienen que enfrentarse a diario es cuando tienen que salir de casa. Separarse de un hijo, aunque solo sea por algunas horas, puede ser muy doloroso, sobre todo si el niño tampoco quiere quedarse solo. Por eso muchos padres prefieren salir de casa a escondidas para evitar que el pequeño llore desconsoladamente. Sin embargo, este es uno de los mayores errores que podemos cometer. Salir a hurtadillas de casa, sin despedirnos del niño puede afectar su desarrollo emocional y la confianza que tiene en nosotros.

Los riesgos que entraña salir de casa sin despedirte de tu hijo

Separarte de tu hijo pequeño durante algunas horas al día no solo te permitirá recuperar tu antigua rutina y disfrutar de más tiempo libre sino que también estimula la independencia emocional del niño. Sin embargo, es muy importante que aprendas a manejar estas separaciones ya que tu hijo puede interpretar que lo estás abandonando, lo cual le provocaría una gran angustia.

Ten en cuenta que a un niño pequeño le resulta muy difícil separarse de sus padres ya que les considera una fuente de seguridad y protección. Por eso, es normal que si desapareces de repente se sienta triste, abandonado e inseguro. De hecho, al notar tu ausencia es probable que rompa en llanto o sufra una rabieta, síntomas de que tu ausencia le está afectando.

Cuando el niño se percata de que no estás y no sabe cuándo vas a volver se siente confundido e inseguro y empieza a tener miedo de que no regreses nunca más. En ocasiones puede sentirse culpable por tu “abandono”, puede creer que ha hecho algo mal y que merece que le dejes porque no es digno de ser amado. Como resultado, es probable que se afecte su autoestima y disminuya la seguridad que tiene en sí mismo, así como la confianza que tiene en ti.

Irte de la casa sin despedirte también puede convertirse en un detonante de la ansiedad de separación, haciendo que cuando regreses se apegue aún más a ti y vigile todos tus pasos para evitar que le vuelvas a “abandonar”. Obviamente, se trata de un comportamiento dañino que le genera una gran ansiedad, a la vez que le impide centrarse y disfrutar de las actividades que realiza a diario. Asimismo, se ha demostrado que salir de casa a hurtadillas puede desencadenar comportamientos agresivos en los niños pequeños y afectar sus resultados académicos a largo plazo.

Despídete siempre de tu hijo

¿Cómo salir de casa sin afectar a tu hijo?

1. Prepáralo para la despedida

Una estrategia efectiva para que tu hijo se afecte menos con tu partida consiste en explicarle que tendrás que salir de casa y dejarlo solo durante algunas horas. De esta forma se irá preparando para la despedida y no le tomará por sorpresa cuando te vayas de su lado. Puedes contarle la razón por la que tienes que salir de casa, lo cual le dará mayor seguridad a tu hijo, o simplemente decirle que tienes que salir y que puede aprovechar ese tiempo para jugar con la niñera o dormir la siesta.

2. Dile cuándo regresarás

Si le dices al niño el tiempo aproximado que estarás fuera y la hora a la que piensas regresar, le harás sentir más seguro. De esta forma también tendrá la certeza de que no le abandonarás y aprenderá que cada vez que sales de casa, vuelves. Si todavía no conoce la hora puedes ponerle como puntos de referencias sus hábitos diarios, por ejemplo: “Regresaré para cuando hayas despertado de la siesta”. Intenta ser lo más puntual posible para que no pierda la confianza en ti.

3. No extiendas demasiado la despedida

Dedicar demasiado tiempo a despedirte de tu hijo puede ser tan contraproducente como salir a hurtadillas de casa. De esta forma solo logras extender su angustia y tu dolor. Una estrategia excelente consiste en establecer una rutina corta de despedida con la que el niño pueda entender que estás a punto de salir de casa. Por ejemplo, puedes darle dos besos y un abrazo o pedirle que te de unos besitos para el camino.

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