¿Una dieta libre de gluten puede matar a un bebé?
Los periódicos europeos se han hecho eco de la muerte de un bebé de 7 meses como consecuencia de una alimentación inadecuada y han abierto un nuevo debate sobre los riesgos que entraña una alimentación infantil incorrecta.
Lucas, como se llamaba el bebé, parecía ser intolerante a la lactosa y alérgico al gluten por lo que, sin consultar a un médico, sus padres, de la ciudad belga de Beveren, decidieron alimentarlo a base de leche vegetal de arroz, avena y quinoa, productos libres de gluten.
Sin embargo, lo que estos padres no conocían es que la leche vegetal carece de los nutrientes que un bebé necesita. A diferencia de la leche materna, de vaca o de cabra, este tipo de leche no cuenta con las proteínas, minerales y vitaminas que los niños necesitan para crecer fuertes y saludables durante su primer año de vida, por lo que los especialistas no recomiendan su consumo. Tampoco sabían que eliminar el gluten de la dieta de un niño sano puede conllevar a desequilibrios nutricionales.
Como consecuencia, Lucas comenzó a perder peso, hasta que sus padres decidieron llevarlo a un homeópata, quien les recomendó acudir inmediatamente a un hospital. Sin embargo, cuando llegaron a la sala de urgencias ya era demasiado tarde. La autopsia reveló una desnutrición en estado avanzado debido a una carencia nutricional.
¿Por qué una dieta inadecuada puede ser mortal para un bebé?
Durante los primeros 6 meses el bebé debe alimentarse exclusivamente de leche materna ya que esta le aporta las vitaminas, minerales y proteínas que necesita para crecer saludable, a la vez que fortalece su sistema inmunitario y digestivo. Sin embargo, tras este período los especialistas recomiendan introducir paulatinamente otros tipos de alimentos que complementen su dieta, haciéndola más completa y equilibrada.
Eliminar la leche materna o de fórmula durante el primer año de vida del bebé implica limitar la ingesta de nutrientes, lo cual entraña diversos riesgos para su salud ya que afecta su desarrollo y crecimiento. Por ejemplo, la falta de calcio ralentiza el crecimiento de sus huesos, a la vez que los bajos niveles de hierro en sangre aumentan el riesgo de que desarrolle anemia. Asimismo, una carencia vitamínica puede afectar diversos procesos metabólicos, incidiendo en el funcionamiento de órganos esenciales como el corazón o los pulmones.
Se ha demostrado que una dieta pobre en nutrientes durante la primera infancia también puede afectar el desarrollo cerebral, incidiendo de forma negativa en el rendimiento académico futuro del niño. En casos extremos, cuando el bebé es víctima de una gran carencia nutricional puede sufrir desnutrición, raquitismo, enfermedades autoinmunes e incluso, morir.
Una dieta sin gluten: ¿Peligrosa para la salud infantil?
Una dieta sin gluten es la solución ideal para tratar la celiaquía infantil, una enfermedad que afecta a 1 de cada 80 pequeños en España. Básicamente, se trata de una alteración autoinmune que impide la adecuada asimilación del gluten, provocando síntomas que van desde pérdida de peso, náuseas, vómitos y diarreas hasta la pérdida de masa muscular, retraso en el crecimiento, anemia y distensión abdominal. Sin embargo, eliminar el gluten de la dieta de un niño sano no es tan positivo como algunos padres piensan.
La falta de vitaminas y de fibra vegetal es uno de los primeros problemas a los que se enfrenta un niño sano que lleva una dieta libre de gluten. Asimismo, se ha demostrado que eliminar este nutriente de la dieta sin motivo médico puede dificultar el diagnóstico real de la enfermedad celíaca ya que se modifican los marcadores serológicos del niño, lo cual ocasiona falsos negativos e impide darle seguimiento y realizar los controles adecuados.
Un estudio publicado en The Journal of Pediatrics encontró que una dieta infantil libre de gluten también aumenta la ingesta de grasas y calorías. Según los expertos, esto se debe a que la ausencia de gluten incrementa la sensación de hambre y la resistencia a la insulina. Otro estudio realizado por la Sociedad Americana de Nutrición Clínica desveló que los alimentos sin gluten se caracterizan por tener un mayor índice glucémico, lo cual aumenta el riesgo de padecer obesidad infantil.
Sin embargo, a pesar de que la ausencia de gluten en la dieta de un niño sano aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades crónicas, los especialistas aseguran que eliminar esta sustancia de la alimentación cotidiana no incrementa el riesgo de morir ya que su carencia no afecta directamente el funcionamiento de los órganos vitales. Por eso, recomiendan eliminar el gluten de la dieta exclusivamente en los casos de celiaquía infantil.
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