Empieza a practicarlos hoy mismo
Los primeros años de vida de un niño son fundamentales para su desarrollo. Por eso, es importante comenzar a estimularlos desde que nacen ya que se ha demostrado que la estimulación temprana es un factor clave en su crecimiento físico y cerebral. De hecho, mientras antes comience la estimulación, mejores serán los resultados. Lo que sucede es que mientras más pequeños son los niños, mayor es su capacidad para asimilar los contenidos y crear nuevas conexiones cerebrales, por tanto, suelen aprender con más facilidad y rapidez.
En este sentido, los expertos recomiendan empezar a estimular las capacidades motrices, aunque también es importante desarrollar las habilidades emocionales, cognitivas y comunicativas. Una estrategia excelente consiste en recurrir a los ejercicios y juegos que estimulen de forma integrada las capacidades del niño, según su edad y nivel de desarrollo.
Ejercicios sencillos y divertidos de estimulación temprana
- Túmbate boca abajo en el suelo y coloca al bebé en la misma posición, de frente a ti. De esta manera, estarás estimulando el control y la estabilidad de la cabeza ya que él intentará levantarla para poder verte. También es un buen ejercicio para tonificar los músculos del cuello y la espalda.
- Cada vez que el bebé balbucee, grite o emita cualquier otro sonido, imítale e intenta mantener una conversación con él. De esta manera, estarás fortaleciendo la relación con el pequeño, a la vez que estimulas el desarrollo de su lenguaje y potencias la comunicación.
- Toma al bebé en brazos y baila con él al ritmo de la música. Puedes dar pequeños giros, algunos saltos y hasta volteretas. Es un buen ejercicio para estimular la liberación de endorfinas, un neurotransmisor que genera emociones positivas, a la vez que activa los músculos y articulaciones y fortalece la relación con tu hijo.
- Durante el baño, lleva a la bañera algunos juguetes, preferentemente de colores intensos y llamativos, para que el pequeño intente cogerlos. Se trata de una buena estrategia para propiciar que el bebé descubra sus manos, se percate de lo que puede hacer con ellas, a la vez que estimula su agarre.

- Tumba al bebé en el suelo, boca abajo, y coloca frente a él un juguete llamativo e incítalo a que lo alcance. También puedes colocarte frente a él y animarlo a que vaya a tu encuentro. Es una buena manera de incitarlo a desplazarse, a la vez que fortaleces sus músculos.
- Toma diferentes juguetes de colores vivos y distintas texturas y pásalos, uno a uno, frente al pequeño. Hazlo lentamente y asegúrate de que el niño los siga con la vista, luego colócalos a una distancia prudencial para que el pequeño pueda cogerlos. Es un ejercicio excelente para potenciar el desarrollo de la visión y estimular el sentido del tacto y el agarre.
- Introduce al bebé en la bañera o métete con él en la piscina e incítalo a que se mueva dentro del agua. El objetivo no es que aprenda a nadar sino que se sienta cómodo en este medio y que entrene sus músculos y articulaciones. También es un buen ejercicio para desarrollar la capacidad pulmonar, fortalecer las habilidades motoras gruesas y mejorar la coordinación.
- Acuesta al pequeño boca abajo sobre el suelo, de forma que quede apoyado sobre sus antebrazos. Colócate detrás de él y llama su atención con un juguete o llamándolo por su nombre para que intente girarse hasta quedar boca arriba. Se trata de una estrategia muy útil para fortalecer los músculos de la columna y estimular su flexibilidad motora gruesa.
- Tumba al niño boca arriba sobre el suelo y siéntate frente a él. Con tus manos toma sus brazos y extiéndelos y flexiónalos, primero arriba y abajo y luego, a un lado y a otro. Repite el mismo ejercicio con sus piernas. De esta manera, estarás fortaleciendo sus músculos y articulaciones, a la vez que lo preparas para cuando empiece a dar sus primeros pasos.
- Coloca al bebé frente a un espejo y dile: “Tú eres (el nombre), este eres tú”. También puedes coger su mano y hacer que se toque el rostro, los pies, el abdomen y la cabeza mientras vas mencionando las diferentes partes del cuerpo. Es un ejercicio ideal para estimular el autoconocimiento y la autopercepción, así como para aprender las distintas partes del cuerpo.
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