10 escapadas baratas por Europa con niños
A los niños les encantará descubrir Europa a tu lado
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Europa puede enorgullecerse de tener preciosas ciudades con tesoros arquitectónicos únicos que nos transportan a otros tiempos. Sin embargo, el viejo continente no solo es un reservorio de historia sino que también tiene muchas opciones para entretener a los más pequeños de casa, desde parques verdes y museos hasta centros de atracciones infantiles. No obstante, si quieres ir sobre seguro, te desvelamos diez destinos europeos que prometen experiencias únicas.
10 lugares por Europa que puedes visitar con niños sin gastar demasiado
1. Berlín
Si estáis buscando un destino turístico en el cual puedas conjugar cultura y entretenimiento, este es el lugar perfecto. Esta ciudad cuenta con más de 200 museos, para que los niños descubran el maravilloso mundo del arte y la ciencia. Dos de los espacios de visita obligatoria son: el MACHmit! Museum für Kinder, donde se organizan visitas sensoriales para los pequeños, y el Museo de Ciencias Naturales, que atesora uno de los esqueletos de dinosaurios más grandes del mundo. No obstante, esta ciudad también tiene otras cartas escondidas bajo la manga con las cuales entretener a los peques, como el Ax, el zoológico de Berlín y el museo-tienda de chocolate Bunte-Schokowelt. Y no olvidéis hacer un alto en el Plansche de Plänterwald, que cuenta con chorros de agua, barcos piratas y pirámides de cuerdas para trepar.
2. Viena
Esta ciudad es famosa por sus múltiples atracciones culturales, pero también asombrará a los más pequeños de casa. La primera parada será el impresionante Palacio Schönbrunn, en el que los peques se sentirán como verdaderos príncipes y princesas. Podrán visitar el museo para niños que se encuentra en el ala este del palacio, donde podrán vestirse como emperadores y jugar con juguetes imperiales. Al terminar la visita, podrán explorar el laberinto del Zoológico de Schönbrunn que se encuentra en los jardines del palacio. También merece la pena llegar hasta la Haus der Musik, uno de los lugares más famosos de Viena en el que los niños podrán jugar con los sonidos y la música, así como conocer a los grandes compositores austríacos, ya sea componiendo un vals vienés, participando en un juego musical que convierte nombres en melodías o dirigiendo incluso la famosa Filarmónica de Viena. Y si preferís las aventuras más intensas, os aguarda el Parque de Atracciones Prater, el más antiguo del mundo, que cuenta con más de 250 atracciones para todas las edades.
3. París
París es famosa en todo el mundo por ser la ciudad del amor, pero esta urbe no se ha olvidado de los niños. De hecho, también es el hogar de Disneyland, donde los pequeños podrán echar a volar su imaginación en el Castillo de la Bella Durmiente, divertirse junto a Mickey y Pluto o disfrutar de musicales al más puro estilo de Broadway. Por supuesto, no olvidéis hacer un hueco en vuestra agenda para visitar el Parc Asterix, inspirado en los míticos dibujos animados que cuentan las aventuras de los valientes galos. Otras alternativas menos conocidas para los viajeros es el Parque de la Villette, que tiene diferentes zonas de juego para los niños, incluyendo un bosque encantado y un cine en 3D, así como el Playmobil Fun-Park, que tiene 12 áreas de juego diferentes, y una colección de los juguetes más emblemáticos de Playmobil.
4. Selva Negra
Esta región de más de 11.000 kilómetros cuadrados atesora inmensas praderas y majestuosas montañas que la convierten en un destino turístico ideal para familias. A lo largo del camino encontraréis minas abandonadas, palacios, castillos y preciosos lagos donde darse un chapuzón. También podéis pasar un día en el Europa Park, uno de los parques temáticos más grandes del mundo, con 85 hectáreas de juegos, montañas rusas, toboganes y muchísimas más atracciones. Y si os quedáis con ganas de más diversión, muy cerca de Núremberg se encuentra el Playmobile Park, donde hallaréis el clásico barco pirata, además de un castillo, un cuartel de policía y hasta dinosaurios.
5. Dinamarca
Se trata de un destino perfecto para disfrutar en familia, y para comenzar el recorrido nada mejor que llegar hasta Odense, la ciudad natal de Hans Christian Andersen, donde los peques podrán descubrir la historia de este escritor danés en su casa natal, hoy convertida en museo, visitar uno de los zoos más importantes del país, el Zoológico de Odense, o descubrir el Museo del Ferrocarril Danés. La aventura puede continuar hacia el este de Jutlandia, donde se encuentra Fyrkat, un antiguo asentamiento vikingo. También merece la pena visitar el viejo casco de Aarhus, donde encontraréis el “Den Gamle By”, un museo al aire libre con múltiples actividades para los niños, y el famoso parque Tivoli Friheden, en el cual se dice que se inspiró Disney para crear DisneyWorld. Y si sois amantes de los legos, no olvidéis hacer un alto en Legoland Billund, un parque de atracciones construido con piezas Lego que cuenta con múltiples espectáculos, atracciones y muchísimas maquetas construidas con estas pequeñas piezas.
6. Lisboa
Si estáis buscando un destino para hacer una escapada familiar en Europa, pero no queréis alejaros demasiado, Lisboa es una opción excelente. Esta ciudad atesora una historia muy interesante que ha quedado grabada en su arquitectura, aunque también cuenta con muchas alternativas para que los niños no se aburran. Podéis visitar el Castillo de San Jorge, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad desde donde se aprecian unas vistas panorámicas únicas de la ciudad.
También podéis entrar al Museo Nacional de los Carruajes o el Museo de Ciencia y Tecnología de Lisboa, dos espacios educativos en los que también organizan actividades interactivas con los niños. Otro sitio de visita obligatoria es el Oceanario de Lisboa, el segundo más grande de Europa donde habitan más de 16 000 ejemplares marinos, y el Zoo de Lisboa, un espacio natural en el que viven cerca de 2.000 animales de diferentes especies y en el que se organizan espectáculos con leones marinos y delfines para toda la familia. Otra alternativa menos conocida, pero recomendable es la Fábrica de Pastéis de Belém, donde los niños podrán degustar el auténtico pastel de Belém. Y para cerrar con broche de oro, podéis daros un salto a la vecina villa de Sintra, un típico pueblo medieval en el que os parecerá haber emprendido un viaje en el tiempo.
7. Andorra la Vella
Si buscáis un destino diferente donde escaparos con los niños, Andorra la Vella es un sitio perfecto donde podéis conjugar las atracciones de la ciudad con los planes en la naturaleza. En Andorra la Vella os aguarda su centro histórico, el boulevard de las estrellas y el Parc Central, un espacio lúdico en el que los niños podrán jugar libremente. En cambio, si preferís adentraros en la naturaleza podéis apostar por el Valle de Madriu-Perafita-Claror, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
También merece la pena visitar el Parque Natural Comunal de los Valls del Comapedrosa y el Parque Natural de Sorteny, donde os aguardan un entorno único y múltiples actividades recreativas al aire libre. Para los más atrevidos está el Parque de Naturlandia, dotado con el tobogán alpino más largo del mundo, y la estación de Grandvalira donde se encuentra la tirolina más grande de Andorra a 40 metros de altura y el Mont Magic, una zona recreativa y de aventuras exclusiva para los peques. Y si organizáis el viaje en invierno, no podéis dejar de visitar las pistas de esquí, donde los peques podrán divertirse esquiando, paseando en raquetas o a bordo de una moto de nieve.
8. Atenas
Considerada la cuna de la civilización occidental, Atenas es famosa en todo el mundo por su legado histórico, pero también por sus increíbles monumentos. Visitar la Acrópolis, el Templo de Zeus, el Teatro Dionisio y el Ágora es una ruta imprescindible para cualquier visitante y una buena oportunidad para que los peques se adentren en la cultura griega.
Sin embargo, la ciudad también cuenta con otras atracciones para la familia, podéis recorrer las angostas calles del barrio Monastiraki, donde se encuentran las Ruinas de la Biblioteca de Adriano y la juguetería Moustakas, dejaros llevar por la naturaleza en el Jardín Nacional de Atenas y entrar al Museo Benaki que atesora una vasta colección de arte griego, bizantino y una peculiar muestra de juguetes. Para tomar un descanso, podéis degustar la gastronomía griega en las terrazas de la Plaka, donde también podéis disfrutar de una película clásica al aire libre en el Cine Paris o visitar el Museo de Arte Infantil Griego. Y, por supuesto, no podéis iros sin antes visitar el Estadio Panathinaikó, el estadio que acogió la primera edición de los Juegos Olímpicos Modernos en 1896.
9. Cerdeña
Muchos piensan que Cerdeña no es un destino para niños, pero lo cierto es que esta isla tiene muchas atracciones pensadas para la familia y en especial, para los más pequeños de casa. Si os apasiona la naturaleza no podéis perderos el Macizo de Gennargentu, donde se encuentra la Punta La Marmora, la Punta Paulinu y el Bruncu Espina, las cumbres más altas de la isla, y desde donde podéis disfrutar de unas vistas impresionantes.
También podéis visitar la reserva natural Gorropu Gorge, desde donde podéis emprender rutas de senderismo y excursiones guiadas por los alrededores, y si tenéis ánimo para más llegaros hasta el Río Tirso, el más largo de la isla, y la Cascada de Sa Spendula, dos sitios de una belleza impresionante. Cerdeña también cuenta con una de las mayores exposiciones de arte de las Islas del Mediterráneo, las cuales podéis descubrir en sus múltiples museos, desde el Museo del Carbón, el Museo delle Maschere Mediterranee y el Museo Nazionale Giovanni Antonio Sanna hasta auténticas iglesias que transpiran historia, como la Basilica della Santissima Trinità di Saccargia. Y, entre tantos planes, sacad tiempo para visitar sus paradisíacas playas, como la Rosa y las playas de la Isla de Asinara, y degustar los platos típicos de la región.
10. Liubliana
Liubliana no es uno de los destinos europeos más populares, pero eso no significa que no sea un buen destino para viajar con niños. La ciudad de aires universitarios destaca por su pintoresca arquitectura que se funde con sus espacios naturales, lo que os permitirá conjugar turismo urbano y rural en un solo viaje. Para empezar, podéis recorrer el caso histórico de la ciudad, donde podéis subir a la torre del Castillo de Liubliana, cruzar el conocido Puente Triple que une la parte antigua con la moderna y visitar la iglesia de estilo barroco, Catedral de San Nicolás. También podéis visitar la Plaza Preseren, donde confluyen muchos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y luego, emprender rumbo hacia el Puente de los Dragones, el Puente de los Carniceros y el Puente de los Zapateros.
En la ciudad os aguardan muchísimas terrazas y cafeterías para tomar un descanso mientras degustáis su gastronomía. Si os apasionan las actividades en la naturaleza, también podéis organizar algunas excursiones a algunos de los sitios naturales más bellos de la región. Podéis comenzar por la Garganta de Vintgar, un sendero que termina en la Cascada Sum, seguir al Lago Bled, el más conocido de Eslovenia, y terminar en el Lago Bohinj, menos famoso, pero con unas vistas que enamoran. En estos sitios hay numerosas rutas de senderismo que podéis hacer con los niños.
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