Hacer experimentos caseros con los niños es una buena estrategia para pasar tiempo de calidad en familia y motivar a los niños a interesarse por la ciencia desde una edad temprana. También es una forma de estimular la creatividad infantil y ayudarles a comprender algunos de los fenómenos naturales de forma más sencilla y divertida. Existen muchísimos experimentos caseros fáciles para los niños que les resultarán muy interesantes.
Cuando empiezan a tener uso de razón, los niños comienzan a interesarse por unos u otros temas. Eso sí, conviene que sepan un poco de todo para que puedan decidir a qué quieren dedicarse teniendo todos los campos abiertos. De hecho, como nos dice el doctor de física de partículas y comunicador científico Javier Santaolla, "los niños nacen siendo científicos". Así que nada mejor para acercarle a los diferentes mundos que nos ofrece La Tierra que a través del juego.
Cómo los experimentos científicos benefician a los niños
Beneficios de hacer experimentos de ciencia
Los experimentos permiten a los niños conectarlos al mundo de la ciencia a través de diversión. A través de la ciencia los niños podrán comprender el mundo que tienen a su alrededor, así como la naturaleza. Asimismo, los ayudará a despertar su curiosidad y empezarán a interesarse sobre el por qué ocurren todas las reacciones que están viendo ante sus ojos. Además, pueden aprender sobre fuerzas, energía, reacciones químicas y mucho más.
A nivel cognitivo, los experimentos científicos promueven el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la experimentación. Los niños aprenden a observar, hacer predicciones y sacar conclusiones, lo que potencia su desarrollo cognitivo. Asimismo, al realizar estos experimentos, los niños tienen la oportunidad de utilizar su imaginación y creatividad. Pueden explorar diferentes materiales, colores y técnicas para crear algo único. Esto los ayuda a desarrollar su pensamiento creativo y a expresarse de forma artística.
Otro de los beneficios de hacer experimentos científicos con los niños es que los ayuda a mejorar sus habilidades motoras. Hacer experimentos implica el uso de las manos y la coordinación óculo-manual. Puede ser que corten, peguen o pinten… actividades perfectas para la estimulación de la motricidad fina.

Por último, también hay ventajas en cuanto a su desarrollo socioemocional. Al realizar experimentos en grupo (con la familia o amigos), los niños aprenden a comunicarse, colaborar y compartir ideas. Pueden trabajar en equipo, resolver problemas juntos y aprender a respetar las opiniones de los demás. Esto fomenta el desarrollo de las habilidades sociales, que son tan importantes para su vida cotidiana y vida futura. Además, realizar actividades en conjunto, fortalece el vínculo entre los niños y los adultos. Es una oportunidad perfecta para pasar tiempo de calidad con nuestros peques y compartir momentos de diversión y aprendizaje.
Experimentos a través de manualidades
Las manualidades son una técnica perfecta para enseñarles muchas cosas sin que se den cuenta de que están aprendiendo y lo hagan, además, divirtiéndose. Las matemáticas, las tablas de multiplicar o, incluso, los sentidos se pueden desarrollar a través de este método. Pero, las manualidades también pueden ser una muy buena opción para acercar el mundo de la ciencia a los más pequeños. Así que, unir las manualidades y la ciencia es la solución perfecta para conseguirlo. ¿Cómo? A través de los experimentos que se pueden realizar desde casa.
Experimentos caseros para hacer en familia
Los experimentos caseros infantiles le permitirán ir experimentando y descubriendo toda la magia que ofrece La Tierra a través del agua o de las diferentes reacciones al mezclarla con otros productos y artículos. Podrán aprender tanto física (como las propiedades magnéticas o la velocidad) como química (con diferentes reacciones que nunca habían visto). Conviene destacar que para llevar a cabo todos los experimentos que vamos a proponer a continuación, los pequeños siempre tienen que estar bajo la supervisión de un adulto. ¡Mucho cuidado y a divertirse!
Supervisión y seguridad en los experimentos infantiles
Importancia de la supervisión adulta
La supervisión adulta es crucial al realizar experimentos científicos con niños, ya que garantiza su seguridad y bienestar. Los adultos pueden identificar y mitigar posibles riesgos asociados con el uso de ciertos materiales o equipos, asegurándose de que los niños realicen las actividades de manera segura. Además, la presencia de un adulto permite que los pequeños se sientan apoyados y guiados durante el proceso, lo que les anima a explorar y experimentar sin miedo a cometer errores.
Además de garantizar la seguridad, la supervisión adulta también enriquece el aprendizaje de los niños al proporcionarles explicaciones y contextos adicionales sobre los experimentos. Los adultos pueden responder a las preguntas de los niños, aclarar conceptos y ayudarles a comprender el significado de los resultados obtenidos. Esta interacción fomenta un ambiente de aprendizaje colaborativo donde los niños se sienten motivados a seguir investigando y profundizando en su conocimiento científico.
Por último, la supervisión adulta es una oportunidad para fortalecer el vínculo entre padres e hijos. Al participar juntos en experimentos científicos, los adultos y los niños pueden compartir momentos de diversión y aprendizaje, creando recuerdos duraderos. Esta experiencia compartida no solo fomenta el desarrollo cognitivo de los niños, sino que también fortalece la relación familiar, promoviendo un ambiente de apoyo y confianza mutua.
Consejos de seguridad para realizar experimentos en casa
Al realizar experimentos científicos en casa, es fundamental seguir ciertos consejos de seguridad para garantizar una experiencia segura y agradable para los niños. En primer lugar, es importante leer y comprender las instrucciones de cada experimento antes de comenzar, asegurándose de que todos los materiales necesarios estén disponibles y en buen estado. Esto ayuda a evitar accidentes y garantiza que los experimentos se realicen de manera eficiente y efectiva.
Además, es esencial utilizar equipos de protección adecuados, como guantes y gafas, cuando sea necesario, para proteger a los niños de posibles lesiones o irritaciones. También es recomendable trabajar en un área bien ventilada y despejada, lejos de objetos peligrosos o inflamables. Mantener un entorno seguro y organizado permite que los niños se concentren en el experimento y disfruten del proceso sin distracciones ni preocupaciones.
Por último, es importante fomentar una actitud de responsabilidad y respeto hacia los materiales y el entorno de trabajo. Enseñar a los niños a manejar los materiales con cuidado y a limpiar después de cada experimento les ayuda a desarrollar hábitos de seguridad y responsabilidad. Al seguir estos consejos, los experimentos científicos en casa pueden ser una experiencia educativa y segura para todos los involucrados.

Guía de experimentos científicos para niños por edades
Experimentos para niños de 2 a 3 años
Para los niños de 2 a 3 años, los experimentos deben ser simples y visuales, permitiéndoles explorar conceptos básicos de ciencia a través del juego. Actividades como mezclar colores con agua y pintura, o crear burbujas con jabón, son ideales para esta edad. Estos experimentos fomentan la curiosidad natural de los niños y les ayudan a desarrollar habilidades motoras y de observación, sentando las bases para un aprendizaje científico más avanzado en el futuro.
Es importante que los experimentos para niños de esta edad sean seguros y supervisados en todo momento. Los adultos deben estar presentes para guiar a los pequeños y asegurarse de que no ingieran materiales peligrosos o se lastimen con los objetos utilizados. Además, los experimentos deben ser cortos y mantener la atención de los niños, ya que su capacidad de concentración es limitada a esta edad.
Al realizar experimentos con niños de 2 a 3 años, es fundamental fomentar un ambiente de exploración y descubrimiento. Los adultos deben animar a los pequeños a hacer preguntas y expresar sus observaciones, promoviendo un aprendizaje activo y participativo. Estos experimentos no solo son una oportunidad para introducir conceptos científicos, sino también para fortalecer el vínculo entre padres e hijos a través del juego y la diversión.
Experimentos para niños de 3 a 4 años
Para los niños de 3 a 4 años, los experimentos científicos pueden ser un poco más complejos, introduciendo conceptos básicos de física y química de manera lúdica. Actividades como crear un volcán en miniatura con bicarbonato y vinagre, o hacer un cohete con una bolsa de té, son perfectas para esta edad. Estos experimentos permiten a los niños observar reacciones químicas y fenómenos físicos de manera tangible, despertando su curiosidad y deseo de aprender más sobre el mundo que les rodea.
Es esencial que los experimentos para niños de esta edad sean seguros y supervisados por un adulto en todo momento. Los materiales utilizados deben ser no tóxicos y adecuados para su manipulación por parte de los pequeños. Además, los adultos deben estar presentes para explicar los conceptos científicos detrás de cada experimento, ayudando a los niños a comprender lo que están observando y por qué sucede. Al realizar experimentos con niños de 3 a 4 años, es importante fomentar un ambiente de aprendizaje colaborativo y divertido.
Experimentos para niños de 4-5 años
Para los niños de 4 a 5 años, los experimentos científicos pueden ser aún más variados y desafiantes, permitiéndoles explorar conceptos más complejos de manera práctica y divertida. Actividades como pescar cubitos de hielo con sal y cuerda, o crear un arcoíris líquido con diferentes densidades de líquidos, son ideales para esta edad. Estos experimentos fomentan el pensamiento crítico y la resolución de problemas, habilidades esenciales para el desarrollo cognitivo de los niños.
Al realizar experimentos con niños de 4 a 5 años, es fundamental fomentar un ambiente de exploración y descubrimiento. Los adultos deben animar a los niños a experimentar con diferentes enfoques y a aprender de sus errores, promoviendo un aprendizaje activo y participativo. Estos experimentos no solo son una oportunidad para introducir conceptos científicos, sino también para fortalecer el vínculo entre padres e hijos a través del juego y la diversión.
Experimentos para niños de 5 años
Para los niños de 5 años, los experimentos científicos pueden ser más sofisticados, introduciendo conceptos de física y química de manera accesible y entretenida. Actividades como inflar globos con vinagre y bicarbonato, o crear una lámpara de lava casera con aceite y agua, son perfectas para esta edad. Estos experimentos permiten a los niños observar reacciones químicas y fenómenos físicos de manera tangible, estimulando su curiosidad y deseo de aprender más sobre el mundo que les rodea.
Es esencial que los experimentos para niños de esta edad sean seguros y supervisados por un adulto en todo momento. Los materiales utilizados deben ser no tóxicos y adecuados para su manipulación por parte de los pequeños. Además, los adultos deben estar presentes para explicar los conceptos científicos detrás de cada experimento, ayudando a los niños a comprender lo que están observando y por qué sucede.
Experimentos para niños de 10 a 12 años
Para los niños de 10 a 12 años, los experimentos científicos pueden ser aún más desafiantes y complejos, permitiéndoles explorar conceptos avanzados de física y química. Actividades como crear un circuito eléctrico simple o hacer un reloj de agua son ideales para esta edad. Estos experimentos fomentan el pensamiento crítico y la resolución de problemas, habilidades esenciales para el desarrollo cognitivo de los niños.
Estos experimentos no solo son una oportunidad para introducir conceptos científicos, sino también para fortalecer el vínculo entre padres e hijos a través del juego y la diversión.
12 experimentos fáciles y divertidos para pequeños científicos
Experimento infantil 1: cohete de bolsa de té

Materiales:
- Bolsita de té
- Bandeja o plato
- Tijeras
- Encendedor
Instrucciones:
- Corta con las tijeras un lado de la bolsita de té para abrirla por la parte superior. Corta también la cuerda.
- Extiende la bolsita y retira el té que hay en su interior.
- Cuando esté completamente vacía, dale la forma de un cilindro, ahuecando su interior, y colócala en la bandeja sobre uno de sus extremos.
- Con el encendedor, enciende la bolsita por la parte superior hasta que empiece a quemarse.
- Espera hasta que la bolsita se queme un poco y salga “volando”.
Explicación:
Cuando la mitad de la bolsita se ha quemado debe empezar a ascender lentamente. Esto sucede ya que la bolsita de té pesa muy poco, por lo que cuando se empieza a quemar el aire que se encuentra en la parte superior, se calienta y genera una corriente de aire interna que la hace ascender. Mientras más se quema, más rápido asciende, impulsada por la propia fuerza de gravedad. Experimento de TinkerLab.

Experimento infantil 2: pescar cubitos de hielo
Materiales:
- Recipiente con agua
- Cubitos de hielo
- Sal
- Hilo grueso
Instrucciones:
- Introduce los cubitos de hielo en el agua.
- Toma el hilo y colócalo sobre uno de los cubos de hielo, asegurándote de que esté en contacto con el hielo. Cerciórate de que ambos extremos del hilo sobresalgan por los bordes del recipiente.
- Añádele un poco de sal al hielo y espera entre 1 y 5 minutos.
- Sostén ambos extremos del hilo y “pesca” el cubo de hielo del agua.
Explicación:
Cuando los cubos de hielo están en el agua ocurren muchos cambios a nivel molecular: algunas de las moléculas del hielo consiguen energía suficiente para derretirse mientras que otras de las moléculas del agua líquida pierden energía y se congelan. De esta manera, cuando se le añade sal al cubo de hielo, el punto de congelación disminuye porque el agua salada tiene menos moléculas de agua disponibles, por lo el hielo empieza a descongelarse ligeramente. Así, el hilo se va introduciendo dentro del hielo. Sin embargo, cuando la sal empieza a disolverse en el resto del agua, el punto de congelación vuelve a subir y el agua se congela alrededor del hilo, lo que permite que pueda levantarse sin que se caiga el cubo de hielo. Experimento de Mess For Less.
Experimento infantil 3: inflando globos

Materiales:
- Globos
- Botella de agua vacía de 1 litro o 1,5 litros
- Cucharita
- Embudo
- Hilo
- Vinagre
- Bicarbonato de sodio
Instrucciones:
- Vierte el vinagre en el envase vacío hasta llenar aproximadamente 1/3 del mismo.
- Auxiliándote del embudo, agrega 2 o 3 cucharaditas de bicarbonato.
- Coloca un globo sobre el cuello de la botella y observa cómo empieza a inflarse.
- Cuando se haya inflado lo suficiente, ata el globo con un hilo.
Explicación:
Como resultado de la mezcla del bicarbonato de sodio y el vinagre se genera dióxido de carbono. De esta manera, el dióxido de carbono infla los globos sin necesidad de hacer prácticamente ningún esfuerzo. Eso sí, los globos inflados usando esta estrategia no flotan en el aire, en cambio, gracias a la electricidad estática que desprenden, pueden permanecer pegados en el techo alrededor de 5 horas sin caerse. Experimento de One Little Project.
Experimento infantil 4: colores comunicantes
Materiales:
- 3 botes de cristal transparente
- Pintura para el agua, puede ser acuarela, tempera o cualquier otro tipo de color que se pueda diluir
- Servilletas de papel
- Agua
Instrucciones:
- Llena cada bote por la mitad de agua.
- Disuelve un poco de pintura de diferente color en cada bote de agua.
- Enrolla una servilleta, como si fueras a hacer un tubo, y coloca cada extremo dentro de dos botes. Cerciórate de que las puntas de la servilleta toquen el fondo del bote, o al menos alcancen la mitad del agua coloreada.
- Repite el procedimiento con otra servilleta. Coloca uno de sus extremos en uno de los botes que ya has utilizado y el otro extremo en el bote que queda libre.
- Espera algunos minutos para que veas cómo las servilletas van adquiriendo el tono del color del agua.
Explicación:
Se trata de un típico experimento químico sobre la capilaridad de los líquidos, una propiedad que depende de la tensión superficial y la fuerza intermolecular del líquido y que le confiere la capacidad de bajar o subir por un tubo capilar. En este caso, la fuerza intermolecular entre las moléculas del agua coloreada es menor que la adhesión del líquido con el material del tubo, lo que hace que ascienda por la servilleta hasta encontrarse con el líquido del otro bote. Experimento de Papelisimo.
Experimento infantil 5: bolsa de plástico a prueba de fugas
Materiales:
- Bolsa plástica con cierre de cremallera
- Lápices con la punta afilada
- Agua
Instrucciones:
- Llena la bolsa con agua, dejando espacio para cerrarla con la cremallera.
- Coge un lápiz e introdúcelo en la bolsa, asegurándote de que atraviese ambos extremos.
- Repite el procedimiento con el resto de los lápices.
- Al terminar, tendrás una bolsa de agua atravesada por lápices y lo más interesante es que el agua no se derrama.
Explicación:
La mayoría de las bolsas de plástico con cierre de cremallera están fabricadas con polietileno de baja densidad, un material ligero y muy flexible que tiene la capacidad de adherirse. Ello explica por qué cuando los lápices atraviesan la bolsa el agua no se derrama ya que las moléculas de polietileno se adhieren a los lápices obstruyéndole el paso al agua. Experimento de Paging Fun Mums.
Experimento infantil 6: volcán

Materiales:
Dos vasos
Vinagre
Bicarbonato de sodio
Colorante alimentario azul o pintura
Instrucciones:
- Llena ¼ de uno de los vasos con bicarbonato de sodio.
- Llena ¼ del otro vaso con vinagre.
- Agrega entre 6 y 7 gotas de colorante alimentario o pintura azul al vaso de vinagre.
- Vierte lentamente el vaso de vinagre en el vaso con bicarbonato de sodio y mira lo que sucede.
Explicación:
La explicación de este experimento es muy sencilla: se basa en la reacción química que ocurre entre el vinagre y el bicarbonato de sodio. Lo que sucede es que el pH del vinagre es ácido mientras que el pH del bicarbonato de sodio es básico, con lo que al mezclarse se produce una reacción en la que las sustancias originales se transforman dando como resultado otros productos, como agua, acetato de sodio, un tipo de sal, y dióxido de carbono, un gas, que es el responsable de la aparición de las burbujas que simulan la erupción volcánica. Experimento de Pequeocio.
Experimento infantil 7: creando tu propio mar
Materiales:
- Botella plástica o de cristal transparente
- Agua
- Aceite vegetal
- Colorante azul, que puede ser tinta, acuarela o colorante alimentario
Instrucciones:
- Llena 1/3 de la botella con agua.
- Agrega unas gotas del colorante, colócale la tapa y muévelo bien.
- Rellena la botella con el aceite vegetal.
- Vuelve a colocarle la tapa, agita y mira lo que sucede.
Explicación:
El agua y el aceite nunca se mezclan. Lo que sucede es que el aceite tiene una densidad mayor que el agua por lo que flota en la superficie ya que sus moléculas no pueden mezclarse con las moléculas de agua. Esto explica el efecto curioso de este experimento en el que puede verse diferentes tonalidades de azul, como en el mar, burbujas y hasta pequeñas “olas” que se forman dentro de la botella y que le aporta un matiz mucho más realista al experimento. Experimento de Las curiosidades de Susanitha.
Experimento infantil 8: experimentar un mundo de cristal

Materiales:
- sal gruesa
- agua
- acuarelas
- un tenedor para mezclar
- un recipiente de vidrio
Instrucciones:
Habrá que echar la sal en el recipiente, calentar el agua en otro recipiente y añadir las acuarelas. Ahora habrá que verter el agua rápidamente sobre el recipiente con sal y remover para que se disuelva y dejar enfriar.
Experimento infantil 9: poción mágica
¿Quién no ha querido jugar a hacer experimentos y crear una poción mágica? ¡Es muy sencillo! Eso sí: para este experimento es primordial que cuenten con la supervisión de un adulto.
Materiales:
- agua
- bebida con gas
- hielo seco
Instrucciones:
Después de mezclar el agua con la bebida (y colorante) se procederá a cortar el hielo seco en pequeños trozos e introducirlo en cada recipiente con la mezcla.
Experimento infantil 10: arena mágica
La arena mágica es, sin duda, uno de los mayores entretenimientos dentro de casa. Hacerla de manera casera es muy sencillo

Materiales:
- agua
- arena
- detergente
- fécula de maíz (que se puede encontrar en cualquier supermercado).
Instrucciones:
Después de mezclar la arena con el almidón en un recipiente, habrá que añadir el detergente y dejarlo secar.
Experimento infantil 11: tinta transparente
Materiales:
- Zumo de limón
- Linterna
- Folio blanco
- Boli sin la tinta
Instrucciones:
Ahora sus secretos estarán a salvo. Habrá que escribirlos en un folio y sustituir la tinta de un boli por zumo de limón. Cada vez que quieran recordarlos, habrá que poner una linterna por encima e ir leyéndolo.
Experimento infantil 12: slime casero

Este es otro furor entre los niños. El slime, un masa pegajosa, es muy sencillo de hacer en casa:
Materiales:
- cola blanca
- detergente líquido
- acuarelas
- palo para remover
Instrucciones:
Habrá que mezclarlo todo y mover y mover y mover... ¡veréis el resultado!