Educación

7 poderosas frases para enseñar a los niños a controlar su ira

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Frases enseñar niños controlar enfado
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

No solo los adultos se enfadan, los niños también pueden sentir ira. El problema es que, a diferencia de los mayores, no cuentan con las herramientas necesarias para controlar de manera asertiva esta emoción. Por eso suelen reaccionar exageradamente cuando algo no sale como esperaban, cuando los padres les riñen o discuten con un amigo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ira por sí misma no es una emoción negativa, lo negativo está en no saber gestionarla, de manera que termine afectando a los demás o a los propios niños. Un mensaje que los padres deben enseñarles a sus hijos desde una edad temprana.

¿Por qué a los niños les resulta difícil controlar su ira?

A partir de los dos años aproximadamente, se amplía el abanico emocional infantil. Los niños empiezan a experimentar emociones más complejas como la ira o el enfado, pero no siempre saben canalizarla de manera adecuada. Esto se debe a que todavía no han desarrollado el suficiente autocontrol y tampoco cuentan con un vocabulario que les permita expresar con palabras lo que están sintiendo, por lo que lo hacen físicamente. Esa es la razón por la que expresan su amor con abrazos, mimos y besos, pero también muestran su enfado con gritos y rabietas.

Los padres deben saber que se trata de un comportamiento normal a estas edades. Aunque eso no significa que no deban ir enseñando a sus hijos a identificar esas emociones, el primer paso para comenzar a gestionarlas de una mejor manera. Es importante tener en cuenta que controlar la ira puede llegar a ser muy difícil, incluso para los adultos, ya que se trata de una emoción que despierta rápidamente una reacción. Por eso, es fundamental enseñar a los niños a detectar la ira antes de que crezca tanto que llegue a un punto de no retorno, así como ayudarles a identificar las situaciones que les enfadan para que aprendan a gestionarlas de una mejor manera. Y, en este sentido, las palabras pueden convertirse en un gran aliado.

Frases sencillas pero efectivas para enseñar a los niños a autocontrolarse

Cuando los niños están enfadados, la primera reacción de muchos padres suele ser precisamente molestarse. De esta manera, se crea una especie de espiral tóxica que se hace cada vez más difícil de controlar ya que cuanto más se enfada uno, más le cuesta al otro regularse. Sin embargo, esta no es la mejor manera para controlar a los niños cuando están enfadados y, mucho menos, es la forma de enseñarles a autocontrolarse. En cambio, una estrategia que puede ser más útil en estos casos consiste en utilizar frases sencillas, pero con una gran carga emocional que ayuden a los niños a ser conscientes de la situación y de lo que están sintiendo en ese momento.

1. “Está bien sentir enfado y que expreses esa ira contenida”

La ira no es una emoción negativa en sí misma, es una reacción emocional como cualquier otra. Y es importante que los niños lo sepan. De esta manera, evitarán culparse por estar enfadados y reaccionar de manera exagerada. Sin embargo, en el proceso de enseñarles a aceptar la ira como una reacción normal, también hay que animarlos para que aprendan a reconocerla, de manera que más tarde puedan identificar las causas que la generan y ponerles coto.

2. “Los mayores también nos enfadamos, pero lo expresamos de otra manera”

Es importante que los niños sepan que esa sensación que están experimentando es común a todos los seres humanos, pero que no todos reaccionan de la misma manera. Es un recurso muy útil para empatizar rápidamente con los niños y hacer que se sientan comprendidos, lo cual les ayudará a calmarse y les permitirá hablar abiertamente sobre las razones que le llevaron a sentirse así. Además, señalar que existen otras estrategias para lidiar con la ira y gestionar esta emoción puede ser el primer paso para que se interese en aprenderlas.

3. “Estoy aquí para ti, te escucho”

Se trata de una frase sencilla pero que tiene una gran carga emocional ya que, básicamente, es una manera de hacerle saber a tus hijos que aunque estén enfadados y no reaccionen de la mejor manera posible, tú estás ahí para ellos. También es una forma de animarlos expresar con palabras todo lo que están sintiendo en ese momento, una estrategia muy útil para ayudarles a calmarse y a regular sus emociones.

Enseñar niños autocontrolarse

4. “Entiendo que te sientas así, pero no está bien que reacciones de esa manera”

Una vez que les has dejado claro a tus hijos que estás ahí para ellos, es importante establecer límites y hacerles saber que no está bien reaccionar de esa manera ya que además de hacer daño a los demás, se hieren a sí mismo. Si quieres conseguir un mayor impacto emocional puedes aprovechar para señalar las consecuencias que su comportamiento ha tenido en los demás. También es una manera de transmitirles que existen otras formas más asertivas de lidiar con la situación que está viviendo en ese momento.

5. “Lo que estás sintiendo ahora, pasará”

Cuando se está enfadado es muy fácil abstraerse del mundo y enfocar la atención en los pensamientos negativos que detonaron ese estado emocional. Sin embargo, lo cierto es que eso no ayuda en nada, sino que acentúa el sentimiento de malestar y alarga el episodio de ira. Pero los niños no lo saben. Por eso es importante dejarles claro que lo que están sintiendo en ese momento, pasará cuando se calmen y vean las cosas desde otra perspectiva.

6. “Calmémonos juntos”

Si cuando los niños se enfadan, notan que los adultos a su alrededor también se enfadan seguramente pensarán que reaccionar así está bien. Por eso es importante que tomes las riendas de la situación y empieces dando el ejemplo, reconociendo que es momento de calmarse. De esta manera, les estarás dando una gran lección a los niños ya que no solo los animas a que se calmen, sino que les enseñas cómo hacerlo.

7. “¿Buscamos una solución?”

Es importante que los niños sepan que la ira, como cualquier otra emoción, es solo una manera de reaccionar ante una situación concreta de nuestra vida. Una vez pasado ese primer momento y controlada esa emoción, es hora de identificar la causa y buscar una solución para la misma. De esta manera, evitarán que las emociones les impidan actuar y puedan tomar las riendas de la situación.

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