La gripe en bebés y niños: Síntomas y tratamiento

La gripe es una de las enfermedades respiratorias más frecuentes en los niños. Se trata de una infección respiratoria causada por un virus que se propaga con mucha facilidad, sobre todo en la temporada invernal. Por lo general, no es una enfermedad grave, pero en el caso de los niños puede volverse potencialmente mortal debido a la vulnerabilidad de su sistema respiratorio todavía inmaduro. De hecho, ¿sabías que los niños de menos de dos años ingresan más por este motivo que los ancianos?

Por esa razón, la Asociación Española de Pediatría les recomienda a los padres que se mantengan atentos a los primeros síntomas que presenten sus hijos y que acudan inmediatamente al médico, si tras 5 o 7 días los síntomas no han remitido.

¿Cuáles son las señales que alertan sobre el inicio de la gripe en los niños y bebés?

A menudo, muchos padres confunden los síntomas de la gripe con los del resfriado ya que al inicio son bastante parecidos. Sin embargo, como regla general, los síntomas de la gripe suelen volverse más intensos a medida que pasan los días, a la vez que se suman nuevos. Algunos de los signos más comunes son:

• Tos
• Mucosidad nasal
• Dolor de garganta
• Debilidad y cansancio generalizado
• Dolor de cabeza
• Pérdida de apetito
• Fiebre, que puede ir de ligera a intensa
• Mareos y náuseas
• Dolores musculares
• Escalofríos
• Dolor de oídos
• Irritabilidad
• Trastornos del sueño

Lo usual es que los primeros síntomas aparezcan entre 2 y 5 días tras la exposición al virus y, a medida que empieza a incubar en el organismo, se vayan intensificando. Luego, a partir del quinto día, los síntomas comienzan a remitir, aunque en muchos casos suele persistir la tos y la debilidad, que irán desapareciendo más tarde.

¿Cómo tratar la gripe en los niños y bebés?

En la mayoría de los casos, la gripe no requiere tratamiento. Lo usual es que el médico prescriba el paracetamol o ibuprofeno para aliviar el malestar general y bajar la fiebre, a la vez que recomienda beber abundante agua para mantener hidratado al niño y ayudar a su organismo a luchar contra el virus. En ocasiones, los antitusígenos pueden resultar muy útiles, sobre todo cuando la tos persiste.

No obstante, en los casos en los que la gripe se complica con una infección respiratoria más severa o cuando existe una predisposición a desarrollar complicaciones respiratorias, como en el caso de los niños con asma, los médicos recomiendan recurrir a los medicamentos antivirales. Básicamente, se trata de tipo de fármaco que ayuda a combatir el virus, a la vez que mejora los síntomas y acorta la duración de la gripe.

La prevención es la mejor estrategia para combatir la gripe en niños y bebés

Existen varias formas para prevenir el contagio con la gripe en los niños y bebés. La clave consiste en mantener una buena higiene, haciendo que se laven las manos con frecuencia y evitando que estén en contacto con superficies, juguetes u objetos contaminados. Asimismo, se debe evitar que se lleven las manos sucias a la boca o los ojos y, dentro de lo posible, mantenerlos lejos de otros niños o adultos que tengan gripe.

Otra de las mejores formas de prevenir la gripe en niños y bebés consiste en recurrir anualmente a la vacuna antigripal. Se trata de una vacuna que se actualiza cada año y que inmuniza a los pequeños contra las cepas más recientes del virus de la gripe. Muchas comunidades incluyen la vacuna en el calendario de vacunación infantil, aunque también se puede encontrar disponible en las farmacias y hospitales del sistema de salud pública.