Educación

Hijos que pierden el respeto a los padres, ¿cómo revertir la situación?

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Hijos que pierden el respeto a los padres
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

¿Tu hijo te interrumpe constantemente cuando hablas? ¿Te ignora? ¿Te grita o tiene rabietas para salirse con la suya? ¿No respeta las normas de convivencia en el hogar? Si es así, es probable que tengas un problema de respeto.

A menudo olvidamos que los niños no nacen con un sentido innato del respeto por los demás, sino que necesitan que sus padres les enseñen a ser respetuosos. A medida que crecen, es nuestra responsabilidad enseñar a nuestros hijos a relacionarse de manera amable con los demás y respetar sus derechos, necesidades y sentimientos. Si no lo hacemos, es probable que nuestros hijos no nos respeten.

¿Por qué los hijos no respetan a sus padres?

Para lograr que nuestros hijos nos respeten, el primer paso consiste en intentar comprender qué está fallando. En ocasiones las responsabilidades asociadas a la crianza o los problemas del día a día pueden mantenernos tan ocupados que perdemos la perspectiva y olvidamos tratarnos con respeto, independientemente de la edad o el tipo de relación.

Eso significa que los hijos pueden perder el respeto por sus padres por las mismas razones por las que no respetamos a los demás. Es común que los hijos no respeten a sus padres cuando no han tenido normas de convivencia claras en el hogar o han crecido con un estilo de crianza inconsistente y permisivo en el que eran el centro de la atención y sus reclamos eran satisfechos inmediatamente.

Las faltas de respeto también son habituales cuando los niños perciben incoherencias en el comportamiento de sus padres, como cuando les decimos que deben ser honestos, pero mentimos por teléfono a nuestro jefe o amigos para justificarnos.

A fin de cuentas, el respeto comienza con la confianza, pero también está indisolublemente ligado a la empatía, la compasión, la integridad y la honestidad. Respetamos aquello que consideramos digno, por lo que para hacernos respetar como padres es fundamental que eduquemos con el ejemplo y tratemos a nuestros hijos con la consideración y la amabilidad que toda persona merece.

¿Cómo lograr que los niños respeten a sus padres?

Comprender que tus hijos no son tus colegas

Quizá suene mal, pero la camaradería entre padres e hijos tiene un límite. Aunque podamos ser amigos de nuestros hijos, no debemos olvidar que nuestra misión principal consiste en educarlos y guiarlos. Eso significa que cuando los niños cruzan una línea roja, los padres deben ponerles coto, en vez de convertirse en una especie de compañero de travesuras que hacen la vista gorda dejando que sus hijos se salgan con la suya.

Por tanto, es conveniente que los padres se pregunten: ¿dejaría que un vecino o un desconocido me hablara de esa manera o se comportara así conmigo? Si la respuesta es no, tampoco dejes que tu hijo lo haga. Algún día, cuando tu hijo sea adulto, vuestra relación puede transformarse más en una amistad, pero por el momento debes establecer límites y hacerlos cumplir.

Atajar inmediatamente sus faltas de respeto

Los comportamientos irrespetuosos, si no son atajados a tiempo, terminan enquistándose. Cuando un niño se sale con la suya, es probable que siga repitiendo esa conducta inadecuada. Por eso, si tu hijo se comporta de manera grosera, no es conveniente que lo pases por alto pensando que “son cosas de niños”.

Corta el comportamiento diciendo: “en esta familia no nos hablamos de esa manera” o “con ese comportamiento no vas a conseguir lo que deseas”. Recuerda que los niños muchas veces simplemente están midiendo fuerzas para expandir los límites, de manera que deben tener claro qué comportamientos irrespetuosos no son aceptables en las relaciones con los demás.

Por ejemplo, si tu hijo se comporta de manera irrespetuosa, haz una pausa para señalar su comportamiento con calma: “cariño, estás gritando y no me permites hablar”. A continuación, describe la conducta inaceptable: “interrumpir a otra persona mientras habla no es de buena educación”. Luego sugiere un comportamiento alternativo: “espera hasta que se produzca una pausa en la conversación o pide permiso si tienes una urgencia”.

En esos casos, lo más importante es no validar el comportamiento irrespetuoso prestándole atención. Siempre que sea posible, espera hasta que tu hijo se calme para satisfacer su demanda ya que así comprenderá que la mejor manera de obtener lo que desea consiste en ser respetuoso.

Niño falta respeto padres

Poner límites y ser consistentes en su aplicación

Los límites sirven para mostrar a los demás lo que consideramos aceptable y aquello que no estamos dispuestos a tolerar, siendo una guía sobre cómo deseamos que nos traten. Lo mismo vale para los niños. Nuestros hijos deben conocer los límites de convivencia y las normas de respeto que se aplican en el hogar.

De hecho, la disciplina positiva consiste en establecer pocos límites, pero hacerlos cumplir ya que los niños detectan rápidamente las inconsistencias y pierden el respeto por sus padres. Una de las mejores maneras de modelar el respeto consiste en ser amable y firme a la vez. Ser amable muestra respeto por tu hijo y ser firme muestra respeto por las normas. Así los niños comprenderán que existen reglas que se deben seguir y pautas en la relación que son inquebrantables y válidas para todos los miembros de la familia.

Educar desde el respeto

Para exigir respeto, primero hay que ser respetuoso. Eso significa que debes corregir los comportamientos de tu hijo de manera firme, pero educada. Perder los nervios, gritar y enfadarse de poco ayuda. Esa actitud solo intensificará el comportamiento irrespetuoso de tu hijo ya que, en el fondo, está validando una forma de relacionarse y comunicarse en la que no se respeta al otro.

En cambio, es importante enviar un mensaje claro, sin avergonzar ni humillar a los niños. Háblale con calma, pero usando un tono de voz firme. Y siempre que sea posible, repréndelo por su comportamiento en privado, de manera que no se sienta humillado delante de sus amigos u otras personas.

A veces es necesario esperar a que el niño se calme para discutir la falta de respeto. Puedes validar sus sentimientos y expresar al mismo tiempo tu postura diciendo: “cariño, me di cuenta de que estabas muy molesto. ¿Qué te ha pasado? ¿Qué crees que podemos hacer para que no vuelva a ocurrir?”. Muchos padres cometen el error de tratar de imponer consecuencias y castigos en lugar de ayudar a sus hijos a explorar sus emociones y buscar vías alternativas para expresar lo que sienten.

Enseñar a los niños a comportarse de manera amable y educada también sembrará la semilla del respeto. Por tanto, di “gracias”, “por favor” y “permiso” más a menudo en casa. Predicar con el ejemplo es la mejor manera de educar en el respeto y los buenos modales.

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