Los niños pasan gran parte de sus días en la escuela, realmente están casi todo el día en los centros educativos. La sociedad se ha compuesto así, los padres salen a trabajar cada mañana y los niños tienen que ir a la escuela para poder aprender lo necesario en nuestra sociedad. A veces los padres trabajan más horas o en horarios diferentes a los de la escuela y apenas pueden ver a sus hijos durante el día, pero esto no les exime de sus responsabilidades como padres que va más allá de vestir, alimentar y dar cobijo a los niños. Los padres deben ser los mentores, los guías, el apoyo emocional y quienes les enseñen a los pequeños sobre emociones y sentimientos… esto no se aprende en la escuela, se refuerza en ella, pero debe venir de casa.

Las escuelas enseñan, pero no educan: la educación se realiza en casa.
Un centro educativo está compuesto por profesionales que velarán para que tu hijo aprenda unos conocimientos. En la escuela les van a guiar para que desarrollen las habilidades necesarias para poder aprender los conocimientos básicos. Por supuesto, también van a trabajar para que los niños aprendan valores, ética e incluso inteligencia emocional… pero si todo esto no se refuerza en casa, todo quedará entre las cuatro paredes de un aula. La educación en valores debe comenzar en casa.
El papel de los padres en la escuela
El papel de los padres en la vida de un niño debe ser basada en el respeto, el amor, el cariño, las oportunidades y el apoyo emocional. Pero para que todo esto sea así, los padres deben demostrar a los niños que les importa todo lo que le ocurre las 24 horas del día, y eso por supuesto tiene que ver con la escuela. Los padres y madres deberán participar en la escuela, en las actividades, mantener un contacto positivo con los profesionales del centro, hablar bien de ellos delante del niño, hacer un seguimiento de sus actividades y de las notas, hablar mensualmente con los profesores, etc. Al fin y al cabo, todos y todas formamos parte de la comunidad educativa, y podemos cooperar para que los niños algún día sean adultos funcionales, con la capacidad de ser buenos ciudadanos y dedicarse a algo que les guste y les permita tener una buena calidad de vida.
Los resultados positivos de la participación de los padres.
La participación de los padres en la escuela conducirá a resultados positivos en los estudiantes. Mejorarán las evaluaciones, mejorará la asistencia y el comportamiento. Nunca es demasiado tarde para involucrarse en la educación de tu hijo, y no me refiero sólo en la escuela. Cuanto más trabajas con tu hijo las actividades de aprendizaje académico y emocional en casa, será mucho más probable que los niños desarrollen una buena actitud ante el aprendizaje y una buena autoestima gracias al logro y al aprendizaje de los errores (que siempre deben ser recibidos como oportunidades de aprendizaje). Recordemos que los niños y niñas son curiosos por naturaleza, y que podemos avivar esa llama para que se interesen por aprender y ser mejores cada día.

Trabajo colaborativo entre padres, docentes y alumnos.
El trabajo colaborativo tiene que ver con la conexión que debe existir entre padres/madres-escuela-niño/niña. Es decir, tanto los padres, como los maestros y el centro educativo deben estar en una comunicación constante y fluida para el bien de los niños y para su desarrollo académico adecuado. Si bien es cierto que el desarrollo académico es importante para nuestra sociedad, para que éste se pueda dar es absolutamente necesario que los niños tengan un buen desarrollo emocional, sin éste, será imposible que los niños se sientan capaces. Con el trabajo colaborativo el niño verá la importancia que tiene su esfuerzo y cómo profesores y padres velan por su bienestar.