Llamador de ángeles para embarazadas
Historia y significado del llamador de ángeles: descubre la leyenda detrás de esta curiosa joya.
En los últimos años, los llamadores de ángeles se han convertido en uno de los regalos por excelencia para las embarazadas, sobre todo después de que Cristina Pedroche utilizara un llamador de ángeles durante su embarazo.
De hecho, cada vez son más las mujeres que llevan estos colgantes de forma esférica, que emiten a cada paso un sonido armonioso y tan sutil que suele pasar desapercibido para quienes están alrededor. Además, se suele decir que el llamador de ángeles es algo que te tienen que regalar, y de hecho cada vez más marcas fabrican estos curiosos objetos de todas las formas y colores.
Detrás de estos sencillos colgantes se esconde una leyenda.
La leyenda del llamador de ángeles
Cuenta la leyenda que hace miles y miles de años, los humanos vivían junto a sus Ángeles Guías o Ángeles de la Guarda, quienes se encargaban de protegerlos y cuidarlos a cada paso que daban. Sin embargo, por algún motivo, debido probablemente al pecado original, los Ángeles de la Guarda tuvieron que abandonar a los humanos y mudarse a otro lugar.
Antes de partir, conmovidos por la situación, los Ángeles de la Guarda decidieron mantener una forma de comunicación directa con los humanos, de forma tal que pudieran llamarles si estuvieran en un apuro. Así, les regalaron unos talismanes, unos pequeños colgantes esféricos de plata que al agitarlos emitían un sonido parecido al de una campanilla.
Entonces, los Ángeles de la Guarda se despidieron de los que hasta ese momento habían sido sus compañeros y les explicaron por qué no podían seguir viviendo juntos y que, probablemente, no volverían a verse. Sin embargo, también les dijeron que, si por alguna razón estaban en peligro o se sentían tristes, desamparados o desesperados, lo único que tenían que hacer era agitar esa pequeña esfera para llamarles.
La esfera emitiría un sonido sutil que llegaría hasta los oídos del Ángel de la Guarda de cada humano, quien enseguida acudiría en su auxilio. Obviamente, los colgantes eran de uso exclusivo, personal e intransferible, pues cada uno emitía un sonido propio que solo podía reconocer su Ángel de la Guarda. En el momento en el que el humano se saltara esa condición, la magia y protección del colgante desaparecería para siempre.
También les explicaron a los humanos, que las futuras madres podían compartir su colgante con su bebé durante el embarazo ya que, en esta etapa, madre e hijo eran uno solo y compartían la protección de un mismo Ángel de la Guarda. No obstante, en el momento en el que la madre diera a luz, debería decidir si se quedaría con el colgante para su protección o si se lo daría a su hijo para que siempre estuviera seguro.
Y, luego de dar todas las explicaciones, se fueron para nunca más regresar, dejando los colgantes en manos de los humanos, como un símbolo de protección.
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El llamador de ángeles, ¿sirve para calmar al bebé?
No existen estudios científicos que respalden que el llamador de ángeles en concreto tenga algún beneficio sobre el bebé o la madre, pero sí se sabe que los bebés reaccionan ante la música a partir de la semana 16 (que es cuando los bebés comienzan a desarrollar el sentido del oído). Sí se conocen estudios que muestran los beneficios de escuchar música durante el tercer trimestre del embarazo podría mejorar la codificación de los sonidos del lenguaje del bebé. Por tanto, podríamos pensar que el sonido del llamador de ángeles sí les llega. Aunque hay que tener en cuenta que en la tripa materna, todos los sonidos llegan atenuados y con menos decibelios, por lo que no son capaces de escuchar todos los sonidos tal como se perciben en el exterior.
También se cree popularmente que ayudan a que los bebés que vienen de nalgas se den la vuelta en el momento del parto. Se piensa que el bebé buscará el sonido instintivamente y cambiará su posición para acercar el oído a la melodía que emite el colgante, por tanto el llamador de ángeles debería colocarse en la zona más baja de la barriga, cerca del pubis de la madre, y hacerlo sonar. Tampoco existe evidencia científica de esto actualmente. Existen otras formas de intentar girar un bebé en podálica, como por ejemplo la técnica del rebozo.
Todo lo que rodea a los llamadores de ángeles es una cuestión más de estética, ilusión y superstición que de beneficios reales, pero eso no quiere decir que a la mamá no le vaya a hacer ilusión llevar el llamador de ángeles en el embarazo e incluso regalárselo a su hijo o hija cuando este sea mayor. Por ello, el llamador de ángeles se puede convertir en un objeto simbólico de unión entre mamá y bebé.