Salud

Lombrices en niños: Todo sobre la oxiuriasis infantil

Síntomas y tratamientos de las lombrices en niños

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Lombrices infantiles
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La oxiuriasis infantil, las clásicas lombrices en los niños, es una de las enfermedades más comunes durante la infancia. De hecho, la Asociación Española de Pediatría estima que la infección por lombrices afecta a un 40% o 50% de los niños entre los 5 y 14 años, aunque no suele aparecer en los lactantes o en los bebés.

Básicamente, la oxiuriasis es una infección por oxiuros, unas pequeñas lombrices que se alojan en el organismo, específicamente en el sistema gastrointestinal. Las lombrices pasan en el ambiente de dos a tres semanas, como huevos microscópicos, y durante este tiempo pueden introducirse en el cuerpo del niño por contacto directo, a través de la vía oral. Una vez dentro del organismo, suelen viajar a través del sistema digestivo y, cuando se alojan en el intestino delgado, las larvas comienzan a desarrollarse. Al llegar al intestino grueso, las larvas se convierten en lombrices adultas y pueden alcanzar una longitud de entre cuatro y cinco milímetros.

Después de uno o dos meses de haberse infectado, las lombrices hembras se trasladan al ano para depositar sus huevos. Durante este proceso, los huevos se adhieren a la piel del niño y dan lugar a molestos síntomas y a un nuevo ciclo de infección que se disemina rápidamente por contacto directo ya sea en la ropa del pequeño, en su dormitorio, cuarto de baño o cualquier otra zona donde el pequeño pase mucho tiempo.

Los síntomas que delatan a la oxiuriasis

Por lo general, los síntomas de la oxiuriasis en los niños comienzan a notarse alrededor de dos o cuatro semanas después del contagio. El primer indicio suele ser la aparición de un picor o prurito persistente e intenso en la región anal que se vuelve más fuerte durante la noche. Como consecuencia, es habitual que aparezcan trastornos en el sueño dados por la intranquilidad o irritabilidad, que a veces provocan despertares frecuentes, pesadillas e incluso sonambulismo.

También es habitual que aparezca cierto prurito en el área de los genitales, sobre todo en el caso de las niñas, lo cual puede originar irritación e inflamación genital debido al rascado. En las pequeñas, las lombrices pueden llegar hasta la vagina o uretra, dando lugar a una molesta irritación vaginal con picor, flujo y molestias al orinar.

En algunos casos las lombrices en los niños pueden acompañarse de dolor abdominal, inapetencia, pérdida de peso, cansancio y anemia, aunque suelen ser síntomas que aparecen en los casos de oxiuriasis muy avanzados.

Lombrices en niños

¿Qué hacer cuando se descubre la oxiuriasis?

Por fortuna, la oxiuriasis no es una enfermedad grave. Cuando se combaten las lombrices los síntomas desaparecen. No obstante, hay ocasiones en las que, a pesar de que se han eliminado las lombrices, los huevos permanecen y al cabo de dos semanas comienza un nuevo ciclo de reproducción, por lo que los médicos sugieren repetir el tratamiento al cabo de ese tiempo.

El tratamiento de elección suelen ser los antiparasitarios como el mebendazol y el albendazol, que eliminan las lombrices completamente. Sin embargo, también es importante tomar precauciones para evitar la propagación de los huevos y la aparición de un nuevo ciclo. Para ello es fundamental cambiar la ropa de cama del niño al menos dos veces por semana, limpiar el váter a diario, cortarle las uñas al pequeño, cuidar que se lave las manos antes de comer y después de usar el baño e intentar que no se rasque el área afectada.

3 remedios naturales para combatir las lombrices en los niños

  1. Infusión de ajo. Corta tres dientes de ajo, ponlos en un vaso y vierte agua hirviendo sobre ellos. Deja que repose toda la noche y dale de beber al niño esa agua en ayunas.
  2. Té de hierbabuena. Hierve un puñado de hierbabuena en un litro de agua durante algunos minutos. Cuélalo y déjalo reposar. Dáselo al niño en ayunas.
  3. Remedio con semilla de calabaza. Mezcla dos cucharadas de semillas de calabaza secas y molidas en medio vaso de agua tibia. Agítalo bien y dáselo de beber al pequeño en ayunas.

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