Niños desafiantes: ¿cómo actuar ante una conducta negativa?
Referencias científicas
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Los niños pueden ser desafiantes en ocasiones: mostrando comportamientos que desafían la autoridad de los adultos, y estos resultan ser complejos de manejar por los padres, maestros y cuidadores. Sin embargo, es importante comprender que los niños pueden ser desafiantes por muchas razones diferentes. Por ello, abordar estas situaciones requiere una combinación de comprensión y habilidades de manejo de conducta.
Comprender el comportamiento desafiante en niños
En primer lugar, es fundamental entender que los niños pueden ser desafiantes por muchos motivos diferentes: podrían sentirse abrumados por emociones intensas, como la frustración o el enojo, o estar lidiando con problemas emocionales o de comportamiento subyacentes. Además, algunos niños podrían tener dificultades para regular su comportamiento debido a problemas de desarrollo o de atención.
Cuando se detecta un comportamiento desafiante en los niños, los padres tienen la opción de seguir una serie de estrategias para trabajar estas actitudes y ayudarles a superar esta fase de su desarrollo.
Establecer una conexión sólida con el niño
Para manejar a un niño desafiante, es necesario comenzar por establecer una conexión y comunicación efectiva con el niño. Esto significa que debemos dedicar tiempo suficiente para escuchar activamente y comprender las necesidades y sentimientos del niño. Hacer preguntas abiertas y fomentar la conversación ayuda a construir una relación más sólida entre padres e hijos.
Establecer límites claros y consistentes
Una vez que se ha establecido una conexión sólida, el segundo paso será establecer límites claros y consistentes. Esto incluye normas específicas en el hogar y en la escuela, como no hablar con la boca llena o no usar lenguaje inapropiado. Los límites deben ser claros, razonables y aplicados de manera justa y coherente.
Es importante recordar que los límites deben ser flexibles y adaptarse a las necesidades y grado de madurez del niño. Si está luchando con un problema de comportamiento específico, es posible que necesite límites distintos o más específicos para ayudarlo a controlarlo. Por ejemplo, un niño que tiene dificultades para controlar su ira puede requerir límites adicionales para mantenerse seguro y evitar lastimarse a sí mismo o a otros.
Utilizar el refuerzo positivo para fomentar el buen comportamiento
Otra estrategia efectiva para manejar a un niño desafiante es utilizar el refuerzo positivo. Este tipo de refuerzo consiste en elogiar y recompensar el comportamiento positivo del niño. Por ejemplo, se puede elogiar a un niño por compartir un juguete con un hermano u ofrecerle una recompensa por completar las tareas del hogar.
También cabe destacar que el estímulo positivo debe ser empleado de manera apropiada y efectiva para que funcione. No se debe usar como una forma de sobornar al niño o recompensarlo por comportamiento inapropiado. Además, el refuerzo positivo debe ser específico y oportuno: el niño debe comprender qué comportamiento es deseado.
Modelar comportamientos positivos y resolver conflictos pacíficamente
Modelar un comportamiento positivo es otra de las estrategias que los padres pueden seguir ante conductas desafiantes. Dado que los niños aprenden a través de la observación y la imitación, estos deben actuar como modelos a seguir. Esto significa mostrar un comportamiento positivo y ejemplar para el niño, incluyendo el uso de un lenguaje respetuoso y calmado, la expresión adecuada de emociones y la resolución de conflictos de manera efectiva y pacífica.
Dar opciones y oportunidades de empoderamiento al niño
Además, es crucial dar al niño opciones y oportunidades para tomar decisiones y sentirse empoderado. Esto puede incluir permitir escoger su ropa, por ejemplo, o decidir qué actividad hacer después de la escuela. Al dar al niño un sentido de control sobre su vida, estaremos ayudando a disminuir la resistencia y aumentar la cooperación.
Ser consistente en el manejo de situaciones desafiantes
También es importante ser consistente en el manejo de situaciones desafiantes. Esto significa que los adultos deben tratar de manejar el comportamiento del niño de manera coherente, incluso si están cansados, estresados o frustrados. Los niños pueden detectar la inconsistencia y podrían aprovecharse de ella, lo que puede empeorar su comportamiento desafiante.
Prestar atención a las necesidades y sentimientos del niño
La atención a las necesidades de los niños es algo de lo que los padres deben estar siempre pendientes y trabajar para cubrirlas. Los niños que son desafiantes pueden estar experimentando problemas emocionales o de comportamiento subyacentes que necesitan ser abordados. Por ello, es necesario que los padres aprendan a detectar las señales que indican que el niño necesita ayuda adicional. Algunas de estas señales son la disminución del interés por las actividades que solía disfrutar, del rendimiento académico o cambios en el comportamiento repentinos.
Cuidar de uno mismo y buscar apoyo cuando sea necesario
Finalmente, los adultos deben cuidarse y buscar apoyo y ayuda cuando sea necesario. El manejo de un niño desafiante puede ser estresante y agotador, y es importante cuidar de uno mismo para poder cuidar adecuadamente del niño. Buscar apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental ayuda a reducir el estrés y mejorar la capacidad de manejar situaciones desafiantes.
Además, los padres también pueden practicar deporte, meditación o asistir a clases de yoga, por ejemplo. En estos casos, se trata de que los padres dispongan de tiempo para ellos para relajarse y recuperar la energía. Nunca se debe perder la motivación ni la esperanza. Los niños detectan cuando los padres se rinden y esto no es algo que vaya a ayudar al niño en su futuro, ni a corto ni a largo plazo.
Manejar a un niño desafiante puede ser difícil, pero es esencial comprender que este tipo de comportamiento puede tener muchas causas diferentes. Por este motivo, se debe trabajar la parte emocional del niño: establecer una conexión sólida con el niño, así como límites claros y consistentes es el primer paso hacia la corrección de las conductas inapropiadas. Sin embargo, nunca debe perderse de vista el hecho de que, un niño es un niño. Por ende, la paciencia, el amor y la comprensión son indispensables por parte de los padres.
Conocer los motivos que llevan a nuestros hijos a tener una conducta desafiante es el primer paso para trabajarla y corregirla
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