Obras de teatro cortas para representar con los niños en casa

El Día Mundial del Teatro se celebra el 27 de marzo, y es la oportunidad perfecta para representar una obra en casa con los niños. 

A los niños les encanta hacer teatro e interpretar diferentes personajes. Se trata de un recurso excelente que les ayuda a ponerse en el lugar de los demás y descubrir nuevas formas de ver el mundo desde otra perspectiva. Sin embargo, lo que muchos padres no saben es que el teatro es mucho más que una simple diversión para los niños ya que contribuye a desarrollar su memoria y potencia su habilidad para resolver conflictos, a la vez que da rienda suelta a su imaginación y creatividad.

Esta arte escénica también es una herramienta ideal para ayudar a los niños a perder el miedo a hablar en público y desarrollar su vocabulario y expresión oral. La interpretación contribuye además a que los niños consoliden su autoestima y ganen seguridad en sí mismos, a la vez que les ayuda a reconocer y lidiar con sus emociones. Sin duda, también es un buen ejercicio para fortalecer los vínculos en la familia y disfrutar de un rato diferente de calidad.

Afortunadamente, existen muchísimas obras de teatro, tanto clásicas como modernas, que podéis interpretar en casa junto a los más pequeños. 

3 obras de teatro para representar con los niños en casa

A continuación hemos hecho una selección de algunas obras cortas de teatro para interpretar con los niños. Recuerda que podéis añadir todos los diálogos que queráis e incluso inventar vuestras propias obras teatrales con los niños.

Podéis jugar a que los niños sean actores y actrices o crear un espectáculo de marionetas sencillo con una caja de cartón, unos títeres hechos de papel y unos palos de helado, tan sencillo como esto:

1. Caperucita Roja

Una obra para interpretar en casa es la adaptación teatral de esta fábula de la literatura infantil que se lleva transmitiendo de generación de generación desde hace siglos.

Narrador: Caperucita Roja era una niña que vivía cerca del bosque. Un día, su madre le dijo:

Madre: —Pequeña, toma esta cesta y lleva unos pasteles a tu abuelita. Recuerda que para llegar a su casa tienes que cruzar el bosque: no debes entretenerte por el camino, porque es muy peligroso. En el pueblo se comenta que el lobo acecha entre los árboles. ¡Ten cuidado!

Caperucita Roja: —Te prometo que andaré con cuidado, no te preocupes mamá. 

Narrador: Caperucita recogió la cesta con los pasteles para su abuela y se puso en marcha para regresar antes que cayera la noche. Al entrar en el bosque, Caperucita apresuró el paso para llegar cuanto rápidamente, pero se distraía con los pájaros, las flores y todos los animales y plantas que había en el bosque.

De repente se encontró cara a cara con el lobo: era grande, peludo y tenía unos ojos enormes, pero a Caperucita no le asustó.

Lobo: ―¿Niña, a dónde vas?

Caperucita Roja: ―A casa de mi abuelita.

Lobo: ―Está muy lejos.

Caperucita Roja: ―No, apenas cruzando el bosque, ya casi llego.

Narrador: Sin decir nada más el lobo se marchó. Caperucita pensó:

Caperucita Roja: ―El lobo se ha ido: no tengo nada que temer.

Narrador: Así que puso su cesta en la hierba y aprovechó para recoger unas flores para llevarle a su abuela. Lo que Caperucita no sabía era que el lobo se había ido corriendo a la casa de su abuelita.

Lobo:  ―Voy a llamar a casa de la anciana y me la tragaré de un bocado. Nadie se dará cuenta. 

Narrador: Cuando el lobo llegó a la casa llamó suavemente a la puerta. La anciana abrió pensando que era Caperucita, pero cual fue su sorpresa cuando el enorme lobo la empujó, entró y la escondió en el armario.

Luego se puso la ropa de la abuelita y se acostó en la cama tapado hasta la cabeza con una sábana esperando a que Caperucita llegara. No había pasado mucho tiempo cuando la pequeña llegó a casa de su abuelita y llamó a la puerta. El lobo desde dentro gritó:

Lobo: ―Entra niña mía, estoy muy enferma y apenas puedo moverme.

Narrador: La niña empujó la puerta y entró. Se acercó a la cama donde estaba su abuelita y notó que estaba muy cambiada.

Caperucita Roja: ―Pero abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

Lobo: ―Son para verte mejor (imitando la voz de la abuela).

Caperucita Roja: ―Pero abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!

Lobo: ―Son para oírte mejor (imitando la voz de la abuela).

Caperucita Roja: ―Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!

Lobo: ―Son para… ¡comerte mejor! 

Narrador: Y diciendo esto, el malvado lobo se abalanzó sobre Caperucita, pero esta, que se imaginaba lo que pasaba, le dio con un palo que había encontrado en el bosque al lobo en la cabeza, y lo dejó aturdido en el suelo. Corriendo fue a buscar a su abuelita, que estaba en el armario. 

Abuelita: ―Caperucita, ¡menos mal que estás bien! Ven, pequeña, sácame de aquí y merendemos juntas.

Narrador: Caperucita y su abuela se quedaron tranquilas en casa merendando los pasteles que su madre le había dado y, antes que anocheciera, Caperucita volvió a su casa. Le prometió a su abuelita no hablar con ningún desconocido durante el camino y seguir las recomendaciones de su mamá.

2. Peter Pan

La obra de teatro Peter Pan fue escrita originalmente por J.M. Barrie. Esta obra teatral narra las aventuras de Peter Pan, un niño muy singular que, junto a su inseparable hada Campanilla, visita cada noche a Wendy para escuchar las historias que les cuenta a sus hermanos pequeños antes de dormir. Un día, Wendy sorprende a Peter Pan quien la convence para visitar el País de Nunca Jamás. Una aventura llena de desafíos y peligros en la que también les aguarda mucha diversión y momento de buen humor. Sin duda, una obra muy conocida y sencilla con la que los niños podrán dar rienda suelta a la improvisación.

Lee aquí el cuento de "Peter Pan".

3. El mago de Oz

El mago de Oz es una de las obras infantiles que más veces se ha llevado al teatro. Salida de la pluma del escritor Lyman Frank Baum y ambientada en Estados Unidos, la historia cuenta las aventuras de Dorothy Gale, una niña huérfana que vive en una grana con sus tíos y su perrito Totó. Un día, un gran tornado se cierne sobre la casa y la niña con su perrito terminan en la maravillosa tierra de Oz, donde le aguardan muchas aventuras y amigos por conocer. El Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León serán algunos de los personajes que le acompañarán en su camino a visitar al Mago de Oz, el único que puede ayudarle a volver a casa. Sin duda, una obra de teatro muy divertida, en la que podrán participar todos en casa.

Lee aquí el cuento de "El mago de Oz".