Salud

Otitis infantil: Causas, síntomas, tratamiento y prevención

Todo lo que debes saber sobre la otitis en bebés y niños

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Otitis bebé
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La otitis es una de las enfermedades más frecuentes en la infancia. Se estima que durante el primer año de vida, el 62.8% de los bebés presenta al menos un episodio de otitis media aguda y que para los 3 años, alrededor del 16% de los pequeños sufre una media de 6 episodios de otitis anuales. Básicamente, se trata de una inflamación que puede afectar a distintas partes del oído, según lo cual se clasifica en otitis media o externa.

La otitis media afecta al oído medio, la cavidad que se encuentra entre el oído interno y el tímpano, mientras que en la otitis externa la inflamación daña el canal auditivo, el orificio que transporta los sonidos desde el exterior hasta el tímpano. En ambos casos los síntomas suelen ser muy similares, aunque la inflamación aparece debido a diferentes causas.

¿Por qué los niños tienen otitis?

La otitis media suele ser más habitual en invierno ya que aparece como resultado de la complicación de un proceso gripal o resfriado. En este tipo de otitis, la infección proviene del interior de la boca o la nariz y se traslada hasta la Trompa de Eustaquio, que no es más que el túnel que conecta la nariz con el oído. Una vez ahí, la infección se acumula y comienza a inflamar los tejidos de esta cavidad.

En cambio, la otitis externa suele ser más común en verano pues la infección proviene del entorno y se aloja en el conducto auditivo externo, de ahí su nombre. En la mayoría de los casos, la infección es causada por los microorganismos presentes en el agua de las piscinas, lo que hace que también se le conozca como “otitis del nadador”.

Los síntomas que caracterizan a la otitis infantil

Tanto en la otitis media como en la externa, los síntomas principales son la aparición de un dolor agudo en la región del oído, así como la sensación de tener el oído “ocupado”, lo cual se debe a la acumulación de las secreciones infecciosas en las vías auditivas. También es habitual que el pequeño se muestre incómodo y que tenga problemas para conciliar el sueño por la noche, sobre todo cuando apoya el oído dañado en la almohada.

Otitis infantil

Además, en el caso de la otitis externa, es usual que el dolor se agudice al tocar o tapar el oído, y en muy raras ocasiones los niños presentan fiebre. En cambio, en la otitis media la fiebre suele ser un síntoma habitual, y en ocasiones puede brotar una especie de pus de la oreja, una señal de que el oído medio se ha perforado. En estos casos, también pueden aparecer náuseas y vómitos.

¿Cómo tratar la otitis infantil?

El tratamiento para la otitis externa y media también es diferente. En la otitis externa, el tratamiento por elección son las gotas antibióticas aplicadas directamente sobre el oído afectado. Además, se suelen prescribir analgésicos orales para el dolor, como por ejemplo, naproxeno, un fármaco con propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Usualmente, después del segundo día de tratamiento los síntomas comienzan a remitir y para el séptimo día la inflamación habrá desaparecido del todo.

Otitis niños

Tratar la otitis media es más complicado, por lo general hay que recurrir a los antibióticos orales para combatir la infección y evitar que se propague. La amoxicilina y la cefixima suelen ser los fármacos de elección, combinados con analgésicos para aliviar el dolor y con antipiréticos para bajar la fiebre. Por lo general, este tipo de tratamiento suele durar entre 5 y 7 días, aunque en muchos casos es necesario prolongarlo hasta 10 días.

¿Se puede prevenir la otitis infantil?

Prevenir la aparición de la otitis infantil es posible, sobre todo en lo que se refiere a la frecuencia de los episodios. En estos casos, los expertos les recomiendan a los padres:

  • Ponerles gorros o tapones en los oídos a los niños antes de que entren a la piscina.
  • Evitar el uso de bastoncillos de algodón para limpiarles los oídos ya que elimina el cerumen, una capa protectora que reduce el riesgo de infección.
  • Seguir metódicamente el calendario de vacunación antigripal cada temporada invernal para prevenir la gripe y los resfriados.

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