Salud

Perros para niños con autismo

Los beneficios de los perros de asistencia para niños con autismo

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Perros para niños con autismo
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Solo ha transcurrido poco más de una década desde que se utilizó por primera vez un perro para asistir a los niños con autismo pero en la actualidad se trata de una de las alternativas preferidas por los padres y los terapeutas de todo el mundo.

Todo comenzó en 1996, con el trabajo de los expertos de la National Service Dogs en Canadá, quienes entregaron por primera vez un perro entrenado para la rehabilitación a un niño con autismo. Poco tiempo después, expertos del Reino Unido y España se sumaron a esta estrategia.

Básicamente, la terapia con perros de asistencia para el tratamiento del autismo se centra en estimular al niño a integrarse socialmente y a desarrollar su propia autonomía. El perro cumple un propósito terapéutico pero también educativo pues tendrá que enseñarle al niño a desenvolverse en el ámbito social. Además, el perro de asistencia también funciona como un agente motivador y reforzador de la conducta, convirtiéndose en un excelente catalizador de las emociones.

Obviamente, es necesario que el perro reciba un entrenamiento específico, y que tenga determinadas características, por ejemplo, debe ser dócil y amistoso pero a la vez, lo suficientemente fuerte como para orientar al niño sin dejarse llevar por él.

Los beneficios de la terapia con perros de asistencia para niños con autismo

Las ventajas del tratamiento con perros de asistencia para mejorar los síntomas del autismo son muchísimas. De hecho, cada vez hay más estudios que afirman que la terapia con perros es muy eficaz para lograr que los niños con autismo reduzcan sus conductas evasivas, se integren en la sociedad y mejoren su autoestima. Sin embargo, estos no son los únicos beneficios, hay muchos más.

Potencia las conductas sociales positivas

Estas son las conclusiones publicadas en la revista Plos One por expertos de la Universidad de Queensland en Australia, quienes aseveran que la presencia de un perro puede mejorar la respuesta social de un niño con autismo, logrando un mayor acercamiento y empatía con quienes le rodean.

Fomenta diversas habilidades sociales

El tratamiento con perros hace que los niños con autismo mejoren sus habilidades sociales. De hecho, los estudios han desvelado que los canes ayudan a mejorar la atención, la concentración, la comunicación y la socialización.

Reduce las conductas de fuga y evitación

Los perros fungen como un anclaje para el niño con autismo. Cuando el pequeño quiera evitar una situación y escapar, no podrá hacerlo porque el perro, que está amarrado a su cintura, se convertirá en un obstáculo. Así el niño tendrá que aprender a lidiar con la situación.

Perros para niños autistas

Disminuye las conductas estereotipadas

Las estereotipias como el balanceo, los ruidos o el aleteo de las manos son conductas comunes del autismo y muy difíciles de eliminar. Sin embargo, se ha demostrado que la terapia con perros de asistencia es capaz de reducir estos comportamientos, permitiendo que el niño lleve una vida más normal.

Mejora la tolerancia a la frustración

Se trata de uno de los grandes beneficios de la terapia con perros. Como el animal sirve de anclaje para el niño y le impide escapar, aumenta el tiempo de espera en la situación desagradable y así mejora la tolerancia a la frustración.

Estimula el contacto ocular y físico

A medida que el perro pasa a formar parte de la vida del niño con autismo, el intercambio entre ellos es más frecuente y la relación se fortalece. De hecho, no es extraño encontrar al niño acariciando al perro o mirándolo fijamente. Este tipo de contacto con el animal, abre el camino para el contacto humano.

Estimula nuevos aprendizajes y la adaptación a entornos diferentes

A medida en que el perro va ganando la confianza del niño, es capaz de enseñarle algunas conductas, como el lado de la acera por el que debe ir o el momento de cruzar la calle. De esta forma, el niño desarrolla una mayor seguridad y le resultará más fácil adaptarse a los cambios del medio, uno de los principales problemas del autismo.

Disminuye la ansiedad y el estrés, a la vez que mejora el sueño

Se ha comprobado que el simple acto de cepillar al perro o pasarle la mano puede reducir los niveles de cortisol en sangre, haciendo que el niño se sienta más relajado y tranquilo. Así se pueden reducir las rabietas y los comportamientos disruptivos.

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