Educación

El poder del “gracias” en el cerebro de los niños

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Valor gracias niños
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Decir “gracias” es mucho más que una simple palabra, es mucho más que parecer agradecido en una conversación entre dos personas. “Gracias” es mucho más que ser cortés… es una forma de mostrar las propias emociones, los valores sociales y sobre todo, el gran valor de la reciprocidad en las interacciones entre personas.

Educar en respeto es educar en amor

Una sociedad necesita respeto para poder evolucionar, que las personas que la conforman se respeten mutuamente. También necesita que las personas tengan una buena convivencia, que exista civismo y sobre todo, que la diversidad no sea un problema, sino más bien una ventaja. La armonía en las interacciones sociales es necesaria en todo momento, donde la tolerancia siempre sea la protagonista desde que los niños son pequeños.

Si existe tolerancia y respeto en las relaciones humanas se evitarían un sinfín de problemas sociales y agresiones entre personas de cualquier edad. Educar en respeto es educar en amor, y para que exista el respeto en necesario que decir “gracias” o “por favor” e incluso saludar a las personas, sea un habitual en la vida de cada uno.

El cerebro social de los niños pequeños

Los bebés y niños pequeños tienen un cerebro social que es receptivo con todo lo que ocurre en su entorno. Muchos adultos se piensan que los niños no se dan cuenta de las cosas, pero sí se percatan de muchas cosas que incluso para los adultos, pasan desapercibidas.

Gracias a este cerebro social, los niños pueden absorber los valores que se les inculcan desde que son muy pequeños. Tienen una gran sensibilidad emocional que debe ser aprovechada para que de esta manera, puedan aprender siendo emocionalmente inteligentes y por lo tanto, que también aprendan a tener éxito en sus relaciones sociales.

Queremos conectarnos con los demás

Los niños desde bien pequeños están preparados para conectarse con los demás. Cualquier actividad que los niños hacen con sus padres u otros adultos de referencia son necesarias para su desarrollo. Todas las relaciones con sus padres marcarán cómo será su salud emocional en el futuro. Si un niño es tratado con respeto y amor desde que es pequeño, se acostumbrará a escuchar la palabra “gracias” y sabrá que es necesario en sociedad. Se sentirá bien cada vez que se la digan y entenderá que cuando él la diga, los demás también se sentirán bien.

Quizá un niño pequeño no comprenda el valor abstracto de la reciprocidad pero sí será capaz de entender el hecho de que es necesario hacerlo y lo hará, siempre y cuando lo hagan con él primero. Es de los 2 a los 7 años, la etapa clave para inculcar todos estos valores fundamentales en los niños pequeños para que, siendo respetado por sus familiares pueda respetar a los demás en el presente y en su futuro.

Los niños serán capaces de tratar con respeto a sus iguales y cómo las buenas acciones que tienen hacia los demás, se les devuelve hacia sí mismos. Es la norma de la reciprocidad. Tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros es fundamental para trabajar el respeto y la reciprocidad con los niños… Y los padres, por supuesto, deben ser el mayor ejemplo de esto cada día de la vida del niño. Es importante tener estas normas en casa para que nadie se olvide de la importancia de todo lo aquí comentado:

  • Saluda a las personas
  • Despídete de las personas
  • Sé agradecido siempre
  • Responde en las conversaciones
  • Si te hablan, escucha
  • Comparte con los demás
  • Si alguien tiene algo que tú quieres, no le envidies
  • Si tienes algo que no es tuyo, devuélvelo
  • Pide las cosas por favor
  • Si has hecho algo mal, pide perdón
  • Si te has equivocado, pide disculpas

Estas normas son muy sencillas, pero a veces se olvidan… y son el pilar de una convivencia armoniosa.

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