Educación

12 poemas de animales para leer con niños

Poemas del reino animal: fomentan creatividad y empatía en niños

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Poemas de animales
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

A la mayoría de los niños les encanta leer poesías infantiles porque son muy entretenidas y estimulan su imaginación. De hecho, se trata de un gran recurso educativo que potencia el desarrollo del pensamiento infantil, fomenta valores estéticos y favorece el lenguaje y la compresión de conceptos más abstractos. Por si fuera poco, también reportan enormes beneficios en el plano emocional ya que los niños que leen poemas son capaces de identificar con mayor facilidad sus sentimientos y tienden a ser más pacientes y tolerantes.

Lo mejor es que se trata de una actividad que se puede disfrutar en cualquier momento del día, ya sea en familia o antes de ir a la cama para ayudar a los niños a conciliar mejor el sueño. En Etapa Infantil, te proponemos algunos poemas cortos de animales que puedes leer con los niños en casa para que se beneficien de estas ventajas y además, aprendan un poco sobre las peculiaridades de estos seres vivos.

Poemas sobre animales para pasar un rato divertido con los niños

1. Caracola, de Federico García Lorca

Me han traído una caracola.
Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.
Me han traído una caracola.

2. Pato, de Blas de Otero

Quién fuera pato
para nadar, nadar por todo el mundo,
pato para viajar sin pasaporte
y repasar, pasar, pasar fronteras,
como quien pasa el rato.
Pato.
Patito vagabundo.
Plata del norte.
Oro del sur. Patito danzaderas.

Permitidme, Dios mío, que sea pato
¿Para qué tanto lío,
tanto papel,
ni tanta pamplina?
Pato.

Mira, como aquél
que va por el río
tocando la bocina.

3. Nana de la tortuga, de Rafael Alberti

Verde, lenta, la tortuga.
¡Ya se comió el perejil,
la hojita de la lechuga!
¡Al agua, que el baño está
rebosando!
¡Al agua, pato!
Y sí que nos gusta a mí
y al niño ver la tortuga
tontita y sola nadando.

4. Mi gatito, de Amado Nervo

Tengo un gatito friolento
y si le dejo dormir
junto conmigo, al momento
su ron-ron empiezo a oír.

Y el ron-ron quiere decir:
-¡Gracias, estoy muy contento!

5. Gallinita ciega, de Gloria Fuertes

Gallinita estaba
presa en su corral,
con la pata atada
en un matorral.

Gallinita cose,
cose un delantal
para su pollito,
que no sabe andar.

Gallinita llora:
‘¡Kikirikiká!’.

Se ha quedado ciega
de tanto llorar.

Gallinita ciega
busca en el pajar.

– ¿Qué se te ha perdido?

– Aguja y dedal.

– Da tres vueltecitas
y lo encontrarás.

Gallinita ciega
gira sin cesar.

¡Pobre gallinita,
se va a marear!

Poemas cortos para niños sobre animales

6. Cinco pollitos, de Violeta Olivares

La gallina Quiquiriquí, esposa del gallo Cocorocó,
cinco huevitos anidó.

Cinco pollitos nacieron: eran todos chiquititos,
todos amarillitos, todos igualitos.

La mamá gallina no sabía qué hacer
para sus pollitos reconocer.

El papá gallo le recomendó ponerle a cada pollito
un hermoso listón de diverso color.

Al primer pollito lo encintó con un listón azul.

Al segundo pollito lo vistió de verde limón.

El tercer pollito lindo quedó con una cinta de color marrón.

Al cuarto pollito bonito, lo puso de bermellón.

Cuando al quinto pollito lo fue a encintar, ¡oh!,
¡sorpresa!, no era pollito, sino una preciosa pollita.

Entonces la mamá gallina, con todo primor,
le colocó un gran moño de tul.

7. Los pajaritos, de Gloria Fuertes

Los pájaros no tienen dientes,
Con el pico se apañan.
Los pájaros pescan peces
Sin red ni caña.
Los pájaros, como los ángeles,
Tienen alas.
Los pájaros son artistas
Cuando cantan.
Los pájaros colorean el aire
Por la mañana.
Por la noche
Son músicos dormidos
En las ramas.
Da pena ver a un pájaro en la jaula.

8. Los ratones, de López de Vega

Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:

-¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?

9. Mariposa, de Federico García Lorca

Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.

Luz de candil,
mariposa del aire
¡quédate ahí, ahí, ahí!…
¡Quétade ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?

10. Parejas, de Gloria Fuertes

Cada abeja con su pareja.
Cada pato con su pata.

Cada loco con su tema.
Cada tomo con su tapa.

Cada tipo con su tipa.
Cada pito con su flauta.

Cada foco con su foca.
Cada plato con su taza.

Cada río con su ría.
Cada gato con su gata.

Cada lluvia con su nube.

Cada nube con su agua.
Cada niño con su niña.

Cada piñón con su piña.
Cada noche con su alba.

11. El lagarto está llorando, de Federico García Lorca

El lagarto está llorando
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y llóran,
¡ay!, ¡ay!, cómo están llorando.

12. La vaca estudiosa, de María Elena Walsh.

Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.

Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.

La vio la maestra asustada
y dijo: – Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?

La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.

La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.

Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.

Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.

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