¿Puedes poner crema solar a tu bebé si tiene menos de seis meses?

Si este es tu primer verano con tu bebé, es probable que te estés preguntando cómo puedes protegerlo mejor del sol. Aunque no pases todo el día fuera, los rayos del sol pueden ser demasiado fuertes para su piel tan delicada, por lo que es importante que no se queme. De hecho, la piel tiene memoria y haber sufrido quemaduras solares en la infancia aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta.

¿Cómo se protegían del sol nuestros abuelos?

La crema solar es una invención reciente. De hecho, surgió a raíz de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados destinados al Pacífico comenzaron a sufrir quemaduras en la piel debido a las largas jornadas de exposición al sol.

En el año 1944, el farmacéutico Benjamin Green descubrió que la parafina, una sustancia que se extrae del petróleo, formaba una capa fina sobre la piel que evitaba el paso de los rayos ultravioleta. La farmacéutica Merck & Co. compró esa patente y desarrolló una crema que facilitaba el bronceado y protegía de las quemaduras solares. Entonces corría la década de 1950.

Antes de aparecer los protectores solares, nuestros abuelos usaban el sentido común. Eso significa que no se exponían al sol durante las horas centrales del día y que cuando salían, solían usar ropa holgada de colores claros, de manera que no absorbieran el calor y facilitaran la transpiración. La gorra y los sombreros eran imprescindibles para proteger el rostro.

Si aplicas esas estrategias con tus hijos, podrás minimizar considerablemente el impacto de los rayos de sol. Por tanto, da paseos cortos temprano en la mañana o por la tarde, cuando el sol es menos fuerte, y si es posible camina por las zonas de sombra.

¿Puedes ponerle protector solar a un bebé pequeño?

El protector solar convencional es un filtro químico, ni más ni menos. Eso significa que los que compramos para nosotros no son recomendables para los bebés puesto que su piel absorberá todas esas sustancias y podría sufrir alergias e irritaciones.

Debido a que la capa externa de la piel de los bebés es mucho más fina que la de los adultos y sus células están menos compactadas, tiene una permeabilidad mayor a muchas sustancias que podrían ser perjudiciales, además de ser más sensible al efecto del sol. A esto se le suma que la débil pigmentación de la piel infantil incrementa la sensibilidad a los rayos ultravioleta pues. La piel de los bebés tiene melanocitos, pero estos son menos activos.

Muchos protectores solares contienen parabenos, los cuales se añaden a la fórmula como conservantes pero su uso excesivo puede ser dañino para los bebés, por lo que cualquier crema infantil debería estar libre de estas sustancias. Tampoco se recomienda que el protector solar contenga perfumes. El perfume le confiere un buen olor pero no cumple ninguna función protectora y en algunos bebés, sobre todo los que tienen pieles sensibles, pueden generar alergias.

La cosa cambia con las cremas de filtro físico ya que estos actúan como una pantalla reflejando la luz. Son especialmente indicados para los niños ya que la piel no los absorbe. Suelen tener una textura gruesa y a veces dejan la piel con un aspecto blanquecino, pero son más seguros incluso para las pieles más sensibles o con tendencia a la dermatitis. Este tipo de protectores sí lo pueden usar los bebés menores de seis meses, aunque la Academia Americana de Pediatría recomienda aplicar muy poco en las zonas realmente expuestas al sol, como los brazos y las piernas.

En resumen, lo ideal es que no tengas que usar protector solar con tu bebé puesto que no deberías pasar largas horas al sol. Si vas a la playa, recuerda que aunque estéis bajo la sombrilla, los rayos solares rebotan en la arena y el agua, por lo que pueden ser peligrosos para tu hijo.