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Los Reyes Magos del Oriente: Origen, historia, nombres…

Todo sobre sus majestades los Reyes Magos del Oriente

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Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Los Reyes Magos tienen una historia de miles de años de antigüedad. Aunque, al igual que Papá Noel, han experimentado diferentes transformaciones a lo largo del tiempo. De hecho, los Reyes Magos no siempre fueron tres, aunque todas las versiones se remontan al mismo hecho: el nacimiento de Jesús de Nazaret.

¿De dónde venían los Reyes Magos?

En los Evangelios se menciona que llegaron unos “magos” desde países extranjeros para rendirle homenaje al recién nacido y entregarle regalos simbólicos. Sin embargo, no se precisa que fuesen reyes y ni siquiera que fuesen tres, aunque se supone ya que fueron tres los obsequios recibidos: oro (un presente que normalmente se destina a los reyes), incienso (que se utilizaba para rendir culto a Dios) y mirra (una sustancia con la cual se embalsamaba).

Por otra parte, la palabra “mago” es muy antigua y en aquella época se utilizaba para designar a los miembros del sacerdocio. De hecho, según la creencia católica, estos magos eran representantes de otras religiones, consideradas paganas en aquel entonces. Sin embargo, la palabra “mago” también significaba hombres sabios, probablemente astrónomos que conocían el movimiento de las estrellas, razón por la cual se apunta que fueron conducidos por una señal en el cielo.

En los Evangelios Apócrifos se indica que estos magos provenían de tres zonas diferentes: Europa, Asia y África. Sin embargo, se trata tan solo de una simbología, un intento de aunar las tres razas y los continentes conocidos en aquella época. Ahora los historiadores afirman que es muy probable que provinieran de una zona más allá de Tartessos (que hoy ocupa Andalucía). Por tanto, el hecho de que los Reyes Magos provienen del Oriente es tan solo un mito.

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¿De dónde surgieron sus nombres?

Las primeras referencias a los nombres de los reyes, Melchor, Gaspar y Baltasar, se remontan al siglo V, entonces se denominaron Melichior, Gathaspa y Bithisarea. En otro de los Evangelios Apócrifos se les nombra Balthazar, Melkon y Gaspard.

No obstante, las primeras imágenes de estos tres reyes y sus nombres se encuentran en la  iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena, Italia. Este friso realizado con mosaicos representa una procesión que era conducida por tres hombres vestidos a la usanza persa. Encima de sus cabezas se leían los nombres que hoy conocemos.

Vale aclarar que según la leyenda, los restos de los tres Reyes Magos se encuentran en la Catedral de Colonia, en Alemania. Se trata del relicario más grande del mundo occidental, y no es para menos porque esta imponente catedral fue construida, esencialmente, para albergarla. Se afirma que el emperador Federico Barbarroja fue quien llevó las reliquias desde Milán hasta Colonia.

Sin embargo, tampoco podemos obviar que para los armenios no se trataba de tres reyes sino de doce. De una forma u otra, con el paso del tiempo los países de tradición católica decidieron unir la Epifanía con la fiesta de los Reyes Magos.

Las costumbres vinculadas a los Reyes Magos

En muchos países los padres tienen la costumbre de dejar debajo del árbol de Navidad los regalos para sus hijos. Lo hacen el día 5 de enero, para que los descubran durante la medianoche o al día siguiente. No obstante, antes los niños deben escribir una carta a los reyes para pedirles los regalos. En esa carta también deben enumerar las virtudes y logros que acumularon durante el año anterior y los hacen merecedores de los regalos. Además, deben dejarles dulces a los Reyes Magos o poner un poco de agua y comida para sus camellos.

Si los niños se han comportado bien, cuando despiertan encuentran los regalos, de lo contrario encuentran carbón dulce, una golosina que tiene la apariencia del carbón y está hecha a base de azúcar y agua. Hace décadas se solía cocinar un pastel en el que se escondía un haba o una moneda de plata. La persona que encontraba la sorpresa era denominada “rey judío” y debía encargarse de organizar la fiesta de la noche. Hoy esta tradición continúa con el típico roscón de reyes.

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