Educación, Salud

Risperdal en niños hiperactivos

Risperidona para el tratamiento del TDAH

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Risperdal niños
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El risperdal es un fármaco muy eficaz en el tratamiento de la esquizofrenia y de los episodios maníacos de moderados a graves. Sin embargo, hace algún tiempo el risperdal también se ha comenzado a utilizar para tratar a corto plazo otros trastornos, como los problemas de conducta y en especial el TDAH cuando apareje junto a la discapacidad intelectual. Hasta el momento los resultados que se han obtenido en niños mayores de 5 años han sido muy positivos, el fármaco ha logrado reducir los síntomas de impulsividad e intranquilidad y mejorar la falta de atención, que son precisamente los síntomas más molestos del TDAH.

De hecho, los resultados de un estudio reciente en el que se evaluó la efectividad del risperdal para este tipo de trastorno demostraron que los beneficios no solo se mantienen a corto plazo sino también con el paso del tiempo. Además, el tratamiento fue seguro y bien tolerado, el índice de abandono debido a los efectos adversos fue de tan solo un 13%, pero no se observaron reacciones fuera de lo común durante todo el estudio, lo cual indica que el fármaco tiene una elevada tolerabilidad si se utiliza en las dosis recomendadas. Lo mejor fue que sus efectos sedantes lograron aliviar los síntomas del TDAH mejorando significativamente la capacidad atencional de los niños.

¿Cuáles son las dosis recomendadas?

En los niños con menos de 50 kilos de peso corporal los especialistas recomiendan una dosis inicial de risperdal de 0,25 mg al día, que se puede ajustar según las peculiaridades de cada caso. La dosis ideal es de 0,50 mg diarios, aunque hay niños que pueden requerir dosis mayores, hasta 0,75 mg al día. La dosis dependerá de los síntomas que manifieste cada niño, de la intensidad del trastorno, de cómo funcione en combinación con otras técnicas terapéuticas y de la respuesta fisiológica del organismo al la risperidona, que es el principio activo de este fármaco.

Para los niños con más de 50 kilos de peso corporal es aconsejable comenzar el tratamiento con una dosis inicial de 0,50 mg por día, hasta llegar a 1 mg diario, que es la dosis recomendada por los especialistas. De la misma forma, la dosis dependerá de las peculiaridades del trastorno en el niño.

No obstante, la mejor alternativa es combinar el risperdal con la terapia conductual u otras técnicas psicoterapéuticas. De hecho, los expertos recomiendan que el tratamiento forme parte de un programa terapéutico completo que incluya además medidas educacionales y psicosociales.

Beneficios, dosis y efectos secundarios Risperdal en niños hiperactivos y autistas

Los efectos negativos del risperdal

Hace tan solo algunos años que se comenzó a usar el risperdal para tratar a los niños con hiperactividad y los resultados, en líneas generales, han sido positivos. No obstante, ya han comenzado a salir a la luz los primeros efectos del tratamiento a corto plazo. De hecho, se conoce que el risperdal puede tener repercusión sobre la capacidad de aprendizaje debido fundamentalmente a sus efectos sedativos.

Asimismo, el risperdal se ha asociado a algunas alteraciones metabólicas como el aumento del peso corporal y aún se estudia su influencia en la talla, el desarrollo sexual, los trastornos del movimiento y otros síntomas extrapiramidales que podrían aparecer a largo plazo.

Sin embargo, lo que se conoce con certeza es que cuando la dosis de risperdal es excesiva pueden aparecer reacciones adversas peligrosas como una somnolencia intensa, mareos, desvanecimientos, visión borrosa, malestar estomacal, latidos rápidos e irregulares del corazón y convulsiones. En la actualidad estos efectos se están estudiando, para valorar si también pueden aparecer a largo plazo.

No obstante, los expertos afirman que si el risperdal se consume bajo prescripción médica durante un período máximo de 6 meses, los riesgos son mínimos y los beneficios que reporta son grandes.

Nota importante: La información que has podido leer en este artículo es orientativa por lo que antes de utilizar cualquier tipo de medicamento deberás acudir siempre a tu médico para que te informe de forma exacta dependiendo de tu caso particular. Esta información en ningún caso debe ser tomado como orientación médica.

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