Educación

5 señales que delatan a un niño mimado

¿Tienes a un niño malcriado en casa?

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Señales niño mimado
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Cuando hablamos de niño mimado, también nos referimos a niño malcriado o consentido, ya que podemos entenderlo todo como sinónimos. Un niño mimado se quedará en el centro de su mundo sin que le importe nada más que él mismo. Aunque es cierto que un bebé necesita de forma infinita mimos y amor, una vez que comienza a crecer y pasa los primeros años de vida, los excesos pueden hacer que se convierta en un niño mimado.

Pero no nos referimos al exceso de amor, ni mucho menos… Si no al exceso de permisividad, al exceso de cosas materiales y sobre todo, a la falta de tiempo. Aunque no es fácil educar a los hijos, es aún más complicado ser crítico con nosotros mismos para saber cuál es el camino que debemos tomar. A continuación desde Etapa Infantil te vamos a explicar algunas señales que delatan que tu hijo es un mimado, así podrás poner solución cuanto antes.

Señales que indican que tu hijo está mimado

1. Tiene rabietas a menudo

Un niño mimado tendrá rabietas a menudo, tanto en público como en casa. Las rabietas serán fruto de no haber recibido a menudo un ‘no’ como respuesta, de haber tenido todo solo ‘por no escucharle llorar’. Entonces, el niño aprende que cuantas más rabietas tenga más podrá conseguir lo que se le antoje. Pero lo peor no es esto, lo peor es que a medida que vaya creciendo seguirá teniendo rabietas, aunque tenga 15 años. Te podemos asegurar que las rabietas de 15 años son mucho menos agradables que cuando tiene 4 o 5.

2. Nunca está satisfecho

Nunca está satisfecho porque no ha aprendido a ser agradecido con lo que tiene. Los niños mimados a menudo no pueden expresar la satisfacción con lo que tienen. Si ven algo, ellos lo querrán… sea lo que sea. Querrá todo lo que vea porque se habrá acostumbrado a tener cosas para calmarse, pero al no tener un control sobre sus propias emociones y al no regular ni canalizar sus emociones negativas, entonces, no aprenderá a sentirse satisfecho. Esto le causará ansiedad, estrés y mucha inseguridad personal.

Niño mimado

3. No querrá colaborar en las tareas domésticas

No querrá colaborar ni siquiera en recoger sus juguetes. A ningún niño le gusta limpiar, pero una vez que han pasado los primeros años de vida, los niños deben estar dispuestos a ayudar con las tareas más pequeñas -que estén acorde a su edad y a su desarrollo evolutivo-, como por ejemplo a recoger los juguetes y poner su ropa y sus zapatos en su lugar. Un niño que se ha acostumbrado a que se lo den todo hecho no verá la necesidad de hacer nada por su cuenta. Por esto es tan importante que a los niños se les adjudiquen pequeñas tareas aunque tengan poca edad… Los padres deben enseñarles a realizarlas y después, que poco a poco vayan haciéndolas ellos solos.

4. Intentan controlar a los adultos

Un niño mimado a menudo no se define entre compañeros o adultos, ellos lo que intentan es tener el control en su beneficio de todo lo que les rodea. Por este motivo, intentan controlar a las personas que tienen a su alrededor. Por ejemplo, un niño mimado exigirá el smartphone a su padre o madre y hasta que no se lo dé no parará. O quizá intente dar órdenes a sus padres para que le hagan lo que quiere en el momento que lo quiere… Si no lo consigue tendrá una rabieta. Un niño mimado es el comienzo de un niño tirano.

5. Avergüenza a sus padres en público

Aunque solo sea por llamar la atención de forma extrema intentará avergonzar a sus padres en público para que le presten la atención que quiere. Un niño mimado puede ir más allá que tan solo hechos aislados. 

Además, tendrá otras características que merece la pena destacar:

  • No le gusta compartir
  • Es egoísta
  • Es egocéntrico
  • Es desobediente
  • Es agresivo
  • Los padres tienen que rogarle para que se porte bien

¿Te suena todo esto? ¡Entonces hay que empezar a ponerle remedio!

Por qué estás criando a un niño mimado y cómo poner remedio

1. Cedes a cada petición de tu hijo

Una de las señales reveladoras para echar a perder a un niño es ceder en todos sus caprichos y deseos… o que solo tenga que lanzar un ataque para después, salirse con la suya. Decir que ‘no’ es necesario para todos los niños. No todo será propicio ni se cumplirán siempre los deseos de tu hijo, la vida no es así. Por ejemplo, quedarse en el parque hasta muy tarde no es adecuado cuando se tiene que ir a casa a hacer la cena… Se pueden hacer negociaciones como 5 minutos más en el parque pero después a casa sin pelear.

2. Lanzas amenazas vacías

Si lanzas a tu hijo una amenaza por frustración y luego no la cumples o es una amenaza que difícilmente puedas cumplir, es una amenaza vacía. Por ejemplo: “Si lanzas el juguete una vez más, te quedas sin ir al parque esta tarde”. Y luego vais al parque por el motivo que sea. Si tu hijo descubre tus amenazas vacías no te tomará en serio.

Señales criando niño mimado

3. Eres demasiado indulgente en las normas

Las normas son necesarias para todos los niños, establecen orden y les proporcionan seguridad. Es necesario que los niños tengan responsabilidades y que además, puedan seguir hacia adelante con las consecuencias. Ser demasiado indulgente es injusto para tus hijos, les estarás haciendo un flaco favor ya que no le proporcionarás los límites que ellos necesitan realmente. No sabrán cómo deben comportarse o cuáles son las normas que deben seguir.

4. Te pasas con los bienes materiales

Si les das a tus hijos demasiados bienes materiales les estarás impidiendo expresar gratitud y además, estarás elevando unas expectativas poco realistas. También les estarás enseñando a sentirse felices por bienes materiales, y no a causa de relaciones o experiencias… Esta no es la realidad de la vida, ni tampoco de la felicidad.

5. Le sobornas constantemente

Establecer autoridad como padre o madre, significa que tus hijos decidan obedecer sin que debas sobornarles. Si le dices a tu hijo que tendrá un juguete o un caramelo si limpia su habitación es sobornar. Esto prepara a tu hijo para esperar recompensas externas cada vez que tenga que hacer algo que realmente sea su obligación… y esto tampoco es la vida real. En lugar de esto es mejor animar a los hijos a sentir orgullo por un trabajo bien hecho. Siguiendo el ejemplo de limpiar la habitación debe entender que es lo que debe hacer, que podrá disfrutar de un dormitorio limpio y que se sentirá orgulloso de sí mismo.

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