Salud

¿Qué es el síndrome del bebé sacudido?

El síndrome del bebé sacudido o zarandeado es muy peligroso

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Síndrome del bebé sacudido
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El síndrome del bebé sacudido es un problema mucho más común de lo que pensamos. Solo en España se estima que anualmente alrededor de 100 recién nacidos por cada 450.000 sufren este síndrome, una cifra similar al resto del mundo, donde se dan entre 20 y 25 casos por cada 100.000 niños menores de dos años. Básicamente, se trata de una forma de maltrato infantil que implica un traumatismo intracraneal causado por la sacudida violenta del bebé.

El síndrome fue descrito por primera vez por el radiólogo J. Caffey, en 1972, como una forma de maltrato infantil caracterizada por la presencia de hemorragias retinianas, subdurales o subaracnoideas, en ausencia de un traumatismo externo o con signos mínimos de maltrato. Desde entonces se ha considerado una de las causas más frecuentes de traumatismos craneoencefálicos graves en el lactante.

¿Por qué se produce el síndrome del bebé sacudido?

El síndrome del bebé sacudido es una de las formas de maltrato infantil más comunes durante la lactancia, aunque en muchos casos los daños no se infringen de forma intencional. Los padres o cuidadores suelen ser los principales responsables de este trastorno, sobre todo cuando están muy agotados o estresados. En estos casos, el llanto inconsolable y prolongado puede desencadenar una reacción violenta en el padre o cuidador, quien termina zarandeando al bebé para intentar tranquilizarlo.

El problema es que los músculos del cuello del bebé son demasiado débiles como para sujetar su cabeza, que es muy pesada y supone casi el 25% de su peso corporal. Además, su cerebro aún es demasiado blando y sus vasos sanguíneos muy frágiles, lo que hace que sea aún más vulnerable. De esta manera, al zarandear al bebé, el cerebro golpea las paredes del cráneo produciendo una inflamación o una hemorragia cerebral, lesiones en la médula espinal a nivel del cuello o provocando la ruptura de la retina, en la parte posterior del ojo.

Menos de cinco segundos zarandeando al bebé son suficientes para provocar estos daños, que pueden ser mayores si el lactante termina golpeándose contra el colchón de la cuna o el sofá. Lo peor de todo es que en un inicio los síntomas de la lesión pueden pasar desapercibidos.

Lesión síndrome bebé sacudido

¿Qué síntomas presenta un bebé ‘sacudido’?

Los síntomas del síndrome del bebé sacudido suelen variar de un pequeño a otro, dependiendo de la región afectada, la intensidad de la lesión y el grado de desarrollo de su cerebro. No obstante, existen algunos signos inconfundibles:

  • Crisis epilépticas en el 40% y el 70% de los casos
  • Irritabilidad
  • Letargia
  • Inapetencia
  • Problemas respiratorios
  • Vómitos
  • Piel pálida o azulada
  • Pérdida de conciencia
  • Hematomas en la zona de la cabeza
  • Alteraciones físicas o neurológicas como resultado de la lesión

Síndrome del bebé sacudido síntomas

¿Qué consecuencias provoca el síndrome del bebé sacudido?

El traumatismo craneoencefálico provocado por el síndrome del bebé sacudido suele provocar lesiones graves e irreversibles. De hecho, se estima que cerca del 40% de estos niños mueren, y los que sobreviven pueden presentar:

  • Pérdidas auditivas
  • Ceguera parcial o total
  • Epilepsia
  • Déficit cognitivo
  • Dificultades en el lenguaje y el aprendizaje
  • Problemas de memoria y atención
  • Retraso en el crecimiento
  • Retraso mental grave
  • Parálisis cerebral

¿Cómo prevenir el síndrome del bebé sacudido?

Para prevenir el síndrome del bebé sacudido es suficiente con que los padres aprendan a controlar sus impulsos. También es conveniente que aprendan algunas técnicas para controlar el llanto del bebé, como darle un chupete o el biberón, arrullarlo envuelto en una manta para que se sienta más seguro o balancearlo suavemente en brazos o en una mecedora.

Si estas estrategias no funcionan, los padres no deben perder la calma, es importante encontrar la causa del llanto. La mayoría de los bebés lloran porque tienen hambre, porque necesitan que les cambien el pañal o porque están cansados y tienen sueño pero no logran relajarse para dormir.

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