Desarrollo de los niños de los 0 a los 6 años: principales hitos

Que los niños aprenden y crecen velozmente no es ningún secreto. Y sin lugar a dudas, los primeros 6 años de vida forman una carrera de aprendizajes espectacular en la que los pequeños se desarrollan en todos los niveles: físico, cognitivo, emocional y social.

Todas las habilidades que adquieren gracias a ese desarrollo, finalmente marcan su personalidad en el futuro. Veamos cuáles son los principales hitos del desarrollo evolutivo infantil de los 0 a los 6 años.

Habilidades que se adquieren de los 0 a los 6 meses

Los primeros meses forman la etapa en la que los niños experimentan más cambios, especialmente en lo que respecta al desarrollo psicomotor.

Al principio, el bebé depende totalmente de sus padres; no obstante, cuando cumple los 3 meses, comienza a descubrir un poco más el mundo y empieza a interactuar con otras personas cercanas. También pide que lo cojan en brazos, saca la lengua y se comunica con las sonrisas y el llanto.

Además, ya levanta la cabeza, es capaz de sentarse y comienza a balbucear, es decir, poco a poco va uniendo fonemas para formar sus “primeras palabras”.

Habilidades que se adquieren de los 6 a los 12 meses

Un gran –y muy cansado también- momento de evolución, pues el pequeño comienza a gatear, y según se va acercando al primer añito de vida es cada vez más capaz de aguantar por sí solo de pie o de andar algunos pasos.

Es una época de curiosidad y descubrimiento y, por lo tanto, de riesgo: querrá llevarse todo a la boca. Los bebés de 6 a 12 meses tienen una etapa de desarrollo conocida como la fase oral, donde su principal manera de explorar el mundo es a través de la boca. Este comportamiento es perfectamente normal y parte del proceso natural de descubrimiento y aprendizaje que atraviesan durante esta edad temprana. 

La boca es una de las áreas más sensibles de su cuerpo, y al llevar objetos a ella, los bebés experimentan diferentes texturas, sabores y temperaturas, lo que estimula sus sentidos y fomenta su curiosidad. Además, esta conducta también está relacionada con el proceso de dentición, ya que al morder y chupar objetos, los bebés alivian el dolor y la incomodidad que pueden surgir debido a la aparición de los primeros dientes.

Por otro lado, el lenguaje evoluciona y el niño aprende nuevas palabras. Asimismo, descubrirá que existen más niños y mostrará interés por interactuar con ellos.

Habilidades que se adquieren de los 12 a los 24 meses

En este periodo el niño aprende a andar y con ello se percata de que puede hacer muchas cosas por sí mismo. Esta nueva habilidad les brinda una sensación de independencia y descubren que pueden explorar el mundo que les rodea de una manera totalmente nueva. 

A medida que dan sus primeros pasos, se percatan de que son capaces de hacer muchas cosas por sí mismos, lo que fortalece su confianza y autoestima. A través de la práctica y el apoyo de sus padres, los pequeños desarrollan su equilibrio y coordinación, lo que les permite ganar autonomía y disfrutar de una creciente sensación de logro.

Empezará a interesarse por libros y comenzará a unir palabras, pero se equivocará a menudo. Durante esta etapa, los peques comienzan a comprender y utilizar palabras con mayor eficacia, lo que les permite expresar sus necesidades, deseos y emociones de manera más clara. A través de la imitación y el juego con los adultos y sus iguales, los niños adquieren nuevas palabras y construyen oraciones simples. Su vocabulario se enriquece constantemente y comienzan a combinar palabras para formar frases, lo que les permite comunicarse de manera más completa.

Como todavía no conoce bien los límites y no entiende el sentido de las normas, será una época de rabietas y de celos. Se sentirá muy apegado a sus padres, aunque poco a poco irá perdiendo ese apego.

Habilidades que se adquieren de los 2 a los 4 años

En este momento de evolución, lo más relevante es el desarrollo social y cognitivo. Desarrollan habilidades sociales, como el juego cooperativo con otros niños, la empatía y la comprensión de las emociones de los demás.

Asimismo, su cognición se expande significativamente, y empiezan a expresar sus pensamientos y emociones de manera más elaborada y coherente. Durante estos años, también se estimula su creatividad y capacidad de resolución de problemas a través del juego imaginativo y la interacción con adultos y compañeros.

Además, su desarrollo del lenguaje da un gran salto, y su vocabulario se amplía considerablemente, lo que les permite comunicarse de manera más efectiva. Son muy capaces ya de formar frases, aunque pueden tener algún problema con algún fonema y todavía tendrán que aprender a saber expresar bien sus pensamientos con orden. Se trata de la conocida “época del por qué”, en la que los niños se hacen preguntas por todo.

Habilidades que se adquieren de los 4 a los 6 años

Por supuesto que el bebé del principio quedó ya atrás. Ahora es el niño domina mucho mejor todos los ámbitos.

A esta edad, su destreza motora ha avanzado considerablemente, y ya son capaces de saltar, trepar y correr con mayor habilidad y coordinación. El juego al aire libre se convierte en una actividad favorita, ya que disfrutan explorando su entorno y desafiando sus habilidades físicas.

Además, su lado artístico también se perfecciona, y sus dibujos y pinturas muestran un notable progreso en cuanto a detalles. Los peques utilizan su imaginación para crear mundos llenos de color y formas, lo que les permite expresar su creatividad de manera cada vez más elaborada.

En relación al área verbal, durante la etapa de los 4 a los 6 años, el desarrollo del lenguaje da un salto importante. Los niños adquieren un vocabulario más amplio y empiezan a construir oraciones cada vez más complejas. Utilizan el lenguaje para expresar sus ideas, emociones y pensamientos de una forma más elaborada. Además, aumenta su habilidad para escuchar y comprender mejor a los demás, lo que contribuye a una comunicación más fluida e interacciones más enriquecedoras con su entorno.

Y en cuanto al área social, durante esta etapa, comienzan a jugar más cooperativamente con sus iguales, participando más en actividades en grupo y mejorando en la capacidad de compartir con los demás. Además, aprenden a negociar y resolver conflictos de forma más constructiva, demostrando mayor empatía hacia los sentimientos de los demás. Y por último, empiezan a comprender y seguir reglas simples en los juegos y actividades compartidas, lo que fomenta el sentido de pertenencia y la colaboración.