Salud

¿El TDAH existe? Su ‘descubridor’ afirmó que era ficticio

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TDAH no existe
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es uno de los trastornos infantiles más comunes. Se estima que alrededor del 10% de los niños de todo el mundo padecen hiperactividad. De hecho, la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad revela que en España entre el 4% y el 6% de los pequeños sufre este trastorno y se piensa que es el responsable de alrededor del 80% de los casos de fracaso escolar. Sin embargo, hace algunos años la existencia del TDAH se puso en entredicho.

El ‘descubridor’ del TDAH confesó que es un trastorno ficticio

Hace años, el semanario alemán “Der Spiegel” publicó un artículo que conmocionó los fundamentos de la psiquiatría infantil y a muchos padres de niños con hiperactividad. El periódico sacó a la luz una revelación de Leon Eisenberg, el famoso psiquiatra estadounidense ‘descubridor’ del TDAH, quien antes de morir confesó que el trastorno de déficit de atención e hiperactividad que él había descubierto era una ‘enfermedad ficticia’.

Todo comenzó alrededor de los años 1960, cuando Leon Eisenberg empezó a estudiar el síndrome post-encefálico, un trastorno que incluía a los niños con un carácter inquieto y que presentaban dificultades para concentrarse. Eisenberg no solo le cambió el nombre a este trastorno para llamarlo “reacción hipercinética de la infancia” sino que también comenzó a probar distintos tratamientos farmacológicos en estos niños. Primero fue la dextroanfetamina y más tarde el metilfenidato, el medicamento con el que logró controlar los síntomas de estos niños y que aún hoy se sigue utilizando como tratamiento de elección.

De esta manera, la Academia Americana de Psiquiatría decidió incluir la “reacción hipercinética de la infancia” en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, donde ha permanecido hasta la actualidad, aunque ahora bajo el nombre de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

El gran reconocimiento de Eisenberg no solo fue convertirse en el ‘descubridor’ del trastorno sino encontrar un tratamiento farmacológico efectivo para combatir los síntomas y, sobre todo, desvelar que la alteración tenía un componente genético. Sus estudios dejaron claro que el TDAH era una alteración que había que tratar y que la terapia farmacológica era una herramienta clave en el tratamiento de los pequeños hiperactivos.

Sin embargo, aunque Eisenberg fue reconocido como uno de los profesionales de la psiquiatría y la neurología más influyentes de su época, unos meses antes de morir reformuló su teoría alegando que el TDAH era una “enfermedad ficticia” y que los psiquiatras debían enfocarse en determinar las razones psicosociales que afectaban la conducta de los pequeños con el trastorno ya que eran éstas las que en primera instancia generaban los síntomas que manifestaban los niños hiperactivos.

TDAH existe realmente

Entonces, ¿el TDAH existe o no?

A raíz de las confesiones de Eisenberg, los psiquiatras y muchos padres de niños con TDAH fueron testigos de cómo se desvanecían los pilares fundamentales del trastorno. De hecho, nadie podría explicarse cómo una alteración que “era ficticia” podía haber aumentado tanto su incidencia en los últimos 40 años. Sin embargo, aunque todavía persisten muchas interrogantes al respecto, la mayoría de los especialistas y los estudios científicos coinciden en que el TDAH sí existe.

Un estudio realizado en la Universidad de Sevilla Inmaculada Moreno tiene la clave que explica por qué muchos niños diagnosticados con el trastorno en realidad no padecen la alteración. Dicho estudio encontró que alrededor del 40% de los casos diagnosticados con TDAH son falsos positivos ya que se tienen en cuenta los síntomas aislados y no como un todo. Se trata de una tendencia que se ha generalizado en el ámbito clínico conduciendo a diagnósticos de TDAH erróneos cuando en realidad muchos niños solo son víctimas de un entorno disocial que afecta su conducta, tienen un comportamiento diferente a la norma o presentan los ‘síntomas’ de manera transitoria como respuesta a un evento determinado.

También se ha demostrado en numerosos estudios, que si bien el TDAH no puede considerarse un trastorno de origen genético, existen determinados patrones hereditarios que predisponen y aumentan el riesgo de que un niño pueda desarrollar los síntomas hiperactivos, sobre todo si sus padres o hermanos también los padecen.

Por tanto, aunque el TDAH no pueda considerarse un trastorno genético ya que es eminentemente una alteración causada por una mezcla de factores psicosociales y personológicos, lo cierto es que sí puede presentarse cuando confluyen una serie de causas que dan lugar a los síntomas de manera permanente. Quizá el error de Eisenberg no fue ‘descubrir’ el trastorno sino exagerar el componente genético en el tratamiento de la alteración.

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