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La técnica del semáforo: ¿cómo ayudar a los niños a gestionar la rabia y la impulsividad?

Disponer de técnicas y recursos para ayudar a los niños a controlar sus emociones negativas es clave para los padres. Hablamos de la técnica del semáforo y de sus beneficios para enseñar a los niños a identificar la rabia y la frustración para poder gestionarlas mejor.

Disponer de técnicas y recursos para ayudar a los niños a controlar sus emociones negativas es clave para los padres. Hablamos de la técnica del semáforo y de sus beneficios para enseñar a los niños a identificar la rabia y la frustración para poder gestionarlas mejor.

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Ayudar a los niños a controlar sus emociones es clave para que puedan mejorar su conducta, ya que la impulsividad y la desobediencia aparecen con frecuencia ante la dificultad de gestionar emociones negativas. Contar con recursos para ayudar a los niños a gestionar y controlar la rabia o la ira es muy importante.

¿En qué consiste la técnica del semáforo?

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técnica del semáforo

Esta técnica consiste en ayudar al niño a aplicar el funcionamiento de los semáforos para aprender a gestionar sus emociones negativas, es decir, el rojo significa no pasar, el ámbar prepararse porque dentro de poco se podrá pasar y el verde significa adelante. Si esto lo aplicamos al marco de las emociones, significaría lo siguiente:

- Rojo: con el color rojo se intenta que el niño aprenda a pararse, a darse cuenta de que se está poniendo nervioso, se está enfadando y está sintiendo rabia, ganas de agredir o de pelear. Identificar este momento con la luz roja es un recurso muy visual para ayudarles en la gestión de emociones.

- Ámbar: una vez que se ha parado antes de actuar llevados por la rabia o el enfado, es el momento de pensar y reflexionar sobre qué ha pasado y cómo se está sintiendo.

- Verde: es el momento de intentar solucionarlo de otra forma en vez de dejarse llevar por la rabia. Si el niño ha conseguido parar antes de estallar es más viable encontrar una solución alternativa.

Esta técnica es efectiva para ayudar a los niños a controlar su impulsividad y los ataques de rabia o de ira.

¿Cómo utilizar la técnica del semáforo?

Es importante tener en cuenta que esta técnica es válida para niños a partir de 3 o 4 años, que es cuando pueden comprender bien el funcionamiento de un semáforo.

Para poder aplicarla lo primero es ser conscientes de que el objetivo de esta técnica es aprender a identificar la ira o la rabia: cómo se produce, cómo ser conscientes de que estamos experimentando esta emoción. Por eso, debemos ayudar a los peques a identificar las señales que aparecen cuando están entrando en ese proceso de rabia o de frustración (nerviosismo, tensión muscular, respiración agitada, etc).

En segundo lugar, para poder ponerla en práctica lo ideal es hacer un semáforo de cartón y ponerlo en algún rincón de casa. Debemos hablar con ellos y explicarles que existen las emociones negativas, que todo el mundo las experimenta, pero que se pueden hacer cosas para controlarlas.

Podemos practicar este ejercicio como una especie de juego para asegurarnos de que el niño entiende en qué consiste para después poder recurrir a él cuando sea necesario. Cuando estemos ante una situación en la que veamos que el niño está enfadándose y que puede derivar en un ataque de rabia o ira, podemos anticiparnos y tratar de recurrir al semáforo para ayudarle a gestionar la situación. Este ejercicio puede ser eficaz si nos anticipamos al momento en el que el niño ya ha perdido el control, porque si ya lo ha hecho será difícil intentar que participe en esta actividad.

Es fundamental que los niños no entiendan esta técnica como un castigo, deben haberla aprendido primero en momentos de calma para entender qué significa y después recurrir a ella en momentos de rabia, pero como ayuda, no como castigo.

Debemos tener en cuenta que gestionar las emociones negativas es un trabajo complicado que, en muchas ocasiones, supone una tarea pendiente incluso para los adultos, por lo que debemos tener paciencia y entender que poder recurrir a esta técnica no significa que vayamos a poder acabar con las rabietas y los enfados de los niños como por arte de magia. Tampoco podemos exigirles cosas que a nosotros mismos nos cuestan muchas veces, pero sí podemos ayudarles a entender mejor cómo se sienten y a darles herramientas paras poder gestionar esas emociones.

También eficaz para adultos

Lo cierto es que esta técnica del semáforo también es muy eficaz para los adultos y nos puede ayudar a pensar y calmarnos antes de enfadarnos con los niños y responder con un grito. Pensar en esa luz roja cuando empecemos a notar que la paciencia nos está abandonando, será un buen toque de atención para ayudarnos a respirar y a mantener la calma. Todos nos ponemos nerviosos o perdemos la paciencia alguna vez, por eso, aprender a gestionar y controlar también nuestras emociones es muy necesario. Somos el espejo en el que se miran, por lo que intentemos que se reflejen en la mejor versión de nosotros mismos.

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