Alimentación

¿Qué tipo de leche debe tomar el niño a partir del año de vida?

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La leche materna es el mejor alimento para el bebé ya que aporta todos los nutrientes que necesita y protege al niño frente enfermedades. Según va creciendo se van incorporando alimentos a su dieta, normalmente esto ocurre a partir de los 6 meses con la alimentación complementaria. Es importante saber en qué momento se debe introducir cada alimento, entre ellos, uno de los que genera más dudas es la leche.

En el primer año de vida el lactante toma leche materna o fórmula infantil (fórmula de inicio y fórmula de continuación). La leche de vaca no debe introducirse como principal aporte lácteo antes de los 12 meses, aunque sí se puede añadir en cantidades  pequeñas, según la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN).

A partir del año, si el niño no toma lactancia materna, se plantea la duda entre ofrecerle la fórmula de continuación que tomaba hasta los 12 meses, leche de vaca o leche de crecimiento.

La composición de esta “leche de crecimiento” o “fórmula de niño pequeño”, como la denomina el comité de Nutrición de la ESPGHAN, no está regulada aunque en general tiene las siguientes ventajas sobre la leche de vaca:

  • Aporte menor de proteínas
  • Aporte mayor de nutrientes deficitarios
    • Hierro
    • Vitamina D
    • PUFAS
  • Debe evitar un aporte elevado de azúcares libres

Los grupos de expertos recomiendan que además de la leche, el niño mayor de un año tenga una dieta variada saludable.

Como se observa en la tabla 1, en general las leches de crecimiento contienen de 1 a 2,1 g de proteínas /100 ml, lejos de los 3,1 g /100 ml de la leche de vaca. El exceso de proteínas en los primeros años de vida se asocia con obesidad posterior, de ahí la importancia de que la leche pueda contener menos proteínas. En cuanto a los ácidos grasos poliinsaturados, en la leche de crecimiento se añaden los ácidos grasos esenciales linoleico y linolénico y en ocasiones DHA, lo que supone un valor añadido.

Tabla proteinas agpi hierro vitamina d
AGPI: Ácidos grasos poli-insaturados; DHA: ácido docosahexaenoico. Tabla 1. – Contenido en proteínas, AGPI, hierro y vitamina D de la leche humana, fórmula de crecimiento, leche de vaca y tres marcas de leches de crecimiento, en relación con las necesidades diarias en los niños de 1 a 3 años.

Las cantidades no llegan a ser los de la fórmula de continuación o la leche humana, pero son mucho mayores que en la leche de vaca. Estos ácidos grasos son importantes por su papel sobre la inmunidad y el desarrollo psicomotor. Por otro lado, las leches de crecimiento aportan los nutrientes hierro y vitamina D en cantidades semejantes a la fórmula de continuación y mucho más que la leche de vaca.

En relación con el contenido en hidratos de carbono (tabla 2), el contenido de las leches de crecimiento es más cercano al de las fórmulas de continuación y la leche humana. Es importante elegir una leche de crecimiento cuyo azúcar predominante sea lactosa e incluso que contenga maltodextrina y oligosacáridos, pero evitando la mayor fuente de azúcares libres, tales como la sacarosa y la miel.

Tabla hidratos carbono azúcar
Tabla 2. – Contenido en hidratos de carbono de la leche humana, fórmula de crecimiento, leche de vaca y tres marcas de leches de crecimiento, en relación con las necesidades diarias en los niños de 1 a 3 años.

A la vista de esta información, a partir del año si el niño no toma leche materna, las tres posibles alternativas se pueden ofrecer valorando las características individuales de cada caso (figura 1).

Algoritmo decision tipo lactancia partir-año vida
Figura. – Algoritmo de decisión sobre el tipo de lactancia partir del año de vida.

Así, si el niño tiene las necesidades nutricionales habituales propias de su edad y sigue una dieta equilibrada o completa en la que entran una variedad de alimentos que aseguran dichas necesidades nutricionales, se podría optar bien por leche de vaca entera o bien por leche de crecimiento, con las ventajas indicadas de estas últimas de un menor contenido en proteínas y los suplementos de ácidos grasos esenciales, hierro y vitamina D.

Sin embargo, si el niño tiene necesidades especiales o aumentadas tanto energéticas como de nutrientes (por ejemplo, niños con catarros de repetición, prematuros con crecimiento insuficiente…) o tiene una dieta desequilibrada o deficitaria (por ejemplo, niños muy mal comedores) se deberá optar por una fórmula de continuación o bien por la leche de crecimiento.

En resumen, a partir del año de vida en el caso de que no sea posible continuar con lactancia materna, se optará en muchas ocasiones por la leche de crecimiento, aunque en algunos casos será suficiente con la leche de vaca o se necesitará continuar con la fórmula de continuación. La valoración pediátrica de las necesidades nutricionales y el tipo de dieta que sigue el niño ayudará a tomar la decisión.

Por esta razón, asociaciones como ANDI, han insistido en que la industria de la dietética infantil debe contar con los más exhaustivos controles nutricionales y de seguridad durante toda la cadena alimentaria, debido a que sus consumidores son un colectivo vulnerable.

Artículo de opinión del Dr. Isidro Vitoria, pediatra y especialista en nutrición infantil.

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