Educación, Familia

Trastorno oposicionista desafiante en adolescentes

Un adolescente con TOD es un adolescente que está sufriendo y necesita tu ayuda y comprensión

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Trastorno oposicionista desafiante adolescentes
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

El trastorno oposicionista desafiante no sólo es cosa de niños pequeños sino que los adolescentes también pueden comportarse de este modo. Si los síntomas de este trastorno son ignorados en la infancia o los padres lo pasan por alto en los años más críticos, los comportamientos negativos pueden intensificarse haciendo que aparezcan escenarios mucho más preocupantes. Aunque los adolescentes con trastorno oposicionista desafiante tienden a actuar de una manera apropiada para su edad, deben aprender a reconocer los derechos de las personas de su entorno para evitar tener problemas con las relaciones sociales.

¿Tu hijo tiene comportamientos de este trastorno?

Existen ciertos comportamientos asociados con este trastorno que pueden interferir en la vida diaria de un adolescente. Es habitual que tenga comportamientos negativos en la escuela, en casa e incluso con los amigos. Los adolescentes con un trastorno oposicionista desafiante suelen tener ataques de ira con un lenguaje agresivo y se irritan con mucha facilidad. No quieren obedecer reglas y cuestionan cualquier tipo de autoridad. Suelen tener comportamientos de venganza y no tienen fuerza de voluntad para asumir responsabilidades.

Por qué ocurre

La causa del trastorno oposicionista desafiante en adolescentes no es concluyente, pero este trastorno comienza en los primeros años de vida y si no es tratado a medida que pasan los años los síntomas se endurecen. Los que algunos piensan que son rabietas típicas de un niño pueden ser en realidad un precursor sobre cosas más graves en el futuro. Este tipo de comportamientos si se refuerzan de forma negativa por los padres o por otras personas de autoridad, pueden adquirirse comportamientos aprendidos también en los años de adolescencia.

Del mismo modo que un niño aprende que con una rabieta consigue lo que quiere de los adultos, un adolescente con este trastorno actúa de forma similar. Al igual que el niño pequeño, el adolescente ve que su mal comportamiento tendrá una atención que quiere. Pero claro, no es lo mismo una rabieta en un niño de dos años que en un adolescente de quince.

Trastorno oposicionista desafiante adolescentes

Busca el diagnóstico

Si sospechas que tu hijo puede tener un trastorno oposicionista desafiante deberás buscar la ayuda de un experto para poder saber si realmente se trata de este trastorno o no, y sobre todo, para poder buscar las formas y estrategias de que tu hijo pueda comportarse de una forma más equilibrada. Cuando un niño se comporta de esta manera, el que más sufre es él, porque la ira o la rabia son emociones negativas que cuando controlan a las personas les hacen sentir realmente mal.

Será un psicólogo o un psiquiatra quien lleve a cabo una evaluación basada en la observación del adolescente. Aunque debido a los estrechos vínculos que puede tener este trastorno con otras condiciones como la ansiedad, el especialista deberá contar con algunas pruebas formales. Además, los padres y los profesores deberán acceder a hacer algunas entrevistas y los padres un examen médico completo. Todo esto puede ser necesario para saber si realmente tu hijo presenta el trastorno oposicionista desafiante en la adolescencia.

Busca ayuda profesional

Si realmente tu hijo es diagnosticado con el trastorno oposicionista desafiante, será necesario acudir a un profesional (o que siga la terapia con el profesional que le diagnosticó) para poder realizar una terapia individual o familiar en el que el  adolescente pueda aprender a conocer sus emociones y sobre todo, a controlar todos los sentimientos negativos que en ocasiones, le controlan a él. Deberá aprender una nueva forma de comportarse con los demás, nuevas habilidades sociales, etc. De este modo la convivencia en el hogar podrá mejorar y tu hijo adolescente empezará a sentirse mejor y más valorado sin necesidad de llamar la atención negativamente.

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