Álvaro Bilbao te da las pistas para saber si tu hijo es un niño de mucho carácter

Igual que hay niños con altas capacidades, los hay con mucho carácter. A diferencia de los primeros (son cuestiones compatibles, por cierto), los segundos no están definidos por una valoración objetiva, sino que son los psicólogos, en función de sus características y peculiaridades, quienes así los definen. Estos peques no son malos, ni mucho menos, pero sí supone todo un reto educarlos y acompañarlos en las distintas etapas iniciales de la vida. Antes, eso sí, hay que detectar que son niños de mucho carácter, y Álvaro Bilbao tiene las claves y las pistas para hacerlo.

“Si tu hijo o hija se enfada con mucha rapidez, o por cualquier cosa, si sientes que es una negociación o temes poner algunos límites por miedo a su reacción, es posible que tengas en casa un niño o una niña con mucho carácter”, advierte Álvaro Bilbao.

Esos enfados desmedidos, que no son rabietas puesto que se alargan mucho más allá de la etapa de los dos años, esa necesidad “hacer las cosas a su modo”, como lo describe Álvaro Bilbao, y sobre todo, sus reacciones exageradas, que pueden ser agresivas o violentas si no somos capaces de acompañarles de la manera adecuada, son pistas de que podéis tener en casa un niño o niña con mucho carácter.

No son “malos”

Álvaro Bilbao, que como neuropsicólogo infantil que es sabe muy bien de lo que habla, asegura que los niños y niñas con mucho carácter no son malos. “Los niños y niñas con mucho carácter no son malos. De hecho suelen ser los más incomprendidos”, dice.

Lo que ocurre con estos peques es que “son más intensos”, apunta Bilbao. Además, añade, “tienen una mayor necesidad de liderar y tomar decisiones y por eso ayudarles o hacerles comprender que algunas normas no son negociables puede ser un desafío”. Esta manera de ser, por su carácter fuerte, hace que se rebelen a menudo contra las normas o hagan lo que les acabamos de pedir que no hagan.

El no para ellos es más un estímulo que un límite. “Muchos papás y mamás piensan que tienen en casa un auténtico tirano, un caso más propio de un domador de fieras que de unos padres al uso. Sin embargo te puedo asegurar que son tiernos, cariñosos y que, al igual que todos los demás niños, desean el amor y reconocimiento de sus padres”, explica Álvaro Bilbao.

Aprenden de un modo diferente

Para hacer frente al desafío de educar a un niño o niña con mucho carácter, lo principal es “hacerse entender porque son los grandes incomprendidos de la educación”, dice el neuropsicólogo. Pero hay más retos, y esto es así porque “su forma de aprender es distinta de la de otros niños”.

Álvaro Bilbao lo explica con una comparación cotidiana: “a un niño temeroso, calmado o normativo, le pides que no se suba encima de la mesa, y no se subirá. A un niño con carácter fuerte no tienes más que pedirle que no lo haga para verle subido al momento siguiente”, expone.

Es verdad, y así os lo dirá cualquier psicólogo o psicóloga infantil al que acudáis si tenéis un niño o niña con mucho carácter, o creéis tenerlo, que no es sencillo estar siempre a la altura porque puede ser agotador acompañarles. Es normal; ten en cuenta cómo pueden llegar a ser estos peques. Así lo define Álvaro Bilbao: “En su peor versión los niños con carácter acaban siendo adolescentes y adultos rebeldes, con dificultades para seguir las normas, y crecen con un sentimiento de frustración y de sentirse incomprendidos”.

Pero si lleváis a cabo una serie de pautas una vez tengáis la seguridad de que es un niño o niña con mucho carácter, les ayudaréis mucho a aprovechar las muchas cualidades que tienen. Es aconsejable, y esto es un consejo personal basado en la experiencia en primera persona, recorrer el camino de la mano de un especialista que os aconseje y escuche.

Seguramente, os dirá, como Álvaro Bilbao, que “es imprescindible establecer límites y reglas claras”, y os enseñará a hacerlo, porque ya hemos visto que el “no” es un camino equivocado con estos peques. También os ayudará a crear un “ambiente seguro” y a promover “la comunicación para que exprese sus sentimientos”, otros consejos del neuropsicólogo para ayudar a los peques con mucho carácter. Y también os echará una mano para ayudar a vuestro hijo o hija a desarrollar sus habilidades sociales en la resolución de conflictos.

“Educar ya es difícil, pero con niños con muchos carácter es todo un desafío. Pero recuerda que cada niño es único, por lo que es fundamental mantener una comunicación abierta y buscar sus necesidades individuales para adaptar tu enfoque educativo de manera efectiva”, concluye Álvaro Bilbao.