Se estaba portando bien hasta que llegaste tú
Los niños siempre se están portando bien hasta que llega mamá o papá, pero, ¿es casualidad? ¿Qué motivos hay para que su comportamiento cambie con sus figuras de apego?
Un niño o niña puede estar tranquilamente jugando en la escuela infantil o mientras lo cuida su abuela. Pero, de repente, llega su mamá y se pone a llorar desconsoladamente mientras corre hacia sus brazos. Ante esto, siempre hay alguien que dice: "vaya, se estaba portando genial hasta que has llegado".
También sucede mucho que cuando vas a buscar a tus hijos se "están portando bien", y en tu presencia "empiezan a portarse mal".
Siempre hay personas que piensan que tus hijos se comportan así cuando te ven porque están malcriados o porque les mimas demasiado, pero nada más lejos de la realidad. El motivo está relacionado con el apego seguro.
Lo que ocurre es que los niños guardan sus emociones más fuertes o complicadas hasta que llega la madre. ¿Por qué ocurre esto? Porque los niños saben que con su madre estarán más seguros tanto física como emocionalmente y podrán mostrarse como son. Se sienten en confianza y pueden expresar sus emociones sin miedo. Todas esas que han sentido durante el día y no han podido o sabido transmitir.
Por esto mismo, las personas que piensan que los niños se comportan “peor” cuando está la madre porque están malcriados o porque son consentidos por ella, están muy equivocados. Simplemente los niños saben que con su madre podrán encontrar la tranquilidad que tanto necesitan. Saben que su madre (o padre) es un lugar seguro, y que delante de ellos no tienen que fingir nada.
Los adultos también nos mostramos sin filtros con nuestros seres queridos
Solo tienes que pensar en cómo te comportas tú con las diferentes personas que te rodean. Habrán personas que te harán sentir mejor y otras que te harán sentir peor. En este sentido, no te comportarás igual con todas las personas porque no te nacerá hacerlo. Lo normal es que tus miedos y emociones más intensas las guardes para las personas con las que tienes una gran confianza. Generalmente las expresas con libertad en tu casa.
Pues a tus hijos les pasa exactamente igual. Si sienten un apego seguro con sus padres, sentirán también seguridad para desenvolverse en el mundo. Esto se consigue atendiendo sus necesidades, validando sus emociones, ofreciéndole afecto. Volver con mamá o papá será un lugar seguro, en el que mostrarse como son sin miedo a equivocarse.