Educación

5 habilidades innatas que los niños pierden mientras crecen y cómo evitarlo

Entre juegos y descubrimientos: habilidades infantiles que evolucionan

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habilidades innatas niños
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Los niños nacen con muchas más habilidades de las que imaginamos. ¿Sabías que nada más nacer son capaces de reconocer a las personas por su olor? Una capacidad que van perdiendo a medida que crecen y desarrollan sus otros sentidos. Sin embargo, no es la única habilidad innata que se extingue a medida que los niños se adaptan al entorno y la sociedad en la que viven. He aquí otras de las capacidades que todos los bebés tienen al nacer y que van perdiendo poco a poco.

5 capacidades que desaparecen mientras los niños crecen, ¿cómo evitarlo?

Los bebés nacen con una serie de habilidades instintivas que les permiten sobrevivir y adaptarse al entorno. Algunas de ellas, como el instinto de succión o el hecho de reconocer a la madre por el olor, garantizan su supervivencia. En cambio, otras les ayudan a descubrir el mundo que les rodea y sientan las bases para que, más tarde, puedan desarrollar otras capacidades que les permitan integrarse mejor en el entorno. 

Sin embargo, si bien es cierto que en un ambiente natural estas habilidades innatas deberían reforzarse con el paso de la edad, en la sociedad occidental donde cada vez estamos más desnaturalizados, los niños terminan perdiendo estas habilidades. He aquí algunas de las habilidades innatas más importantes que los bebés pierden al crecer, según los expertos, y algunas claves que puedes seguir para evitarlo.

1. Estar plenamente presentes

¿Alguna vez has visto a un bebé angustiado por la reprimenda que recibió hace dos días? ¿Y a un niño preocupado por el próximo encuentro familiar? Los niños nacen con la capacidad de vivir en el presente sin preocuparse por el pasado ni el futuro. Cuando están inmersos en una actividad se centran en lo que están haciendo, ya sea comer, jugar o tomar un baño. Sin embargo, a medida que se hacen mayores empiezan a perder esta habilidad y dedican cada vez más tiempo a recordar el pasado y angustiarse por su futuro. 

¿Cómo puedes evitarlo? Anima a los niños a disfrutar de las actividades de su día a día y a estar plenamente presentes en todo lo que hacen. Si en algún momento notas que están preocupados, pídeles que hablen sobre lo que les sucede y anímalos a solucionar el problema y, si no se puede, aconséjales que lo dejen ir. De esta manera, reforzarán su habilidad para vivir el presente, el único momento sobre el que de verdad tienen el control.

2. La curiosidad 

Los niños son curiosos por naturaleza. Adoran explorar su entorno para descubrir todo lo que los rodea, a la vez que sienten un especial interés por conocer cómo funciona el mundo y los objetos que tienen a su alrededor. De hecho, no es extraño que más de una vez desarme su juguete favorito para descubrir cómo es por dentro o por qué se mueve de esa manera. Se trata de una capacidad innata que, desdichadamente, van perdiendo a medida que adoptan los patrones y estereotipos que impone la sociedad. 

¿Cómo puedes evitarlo? Motiva a los niños a que persigan su instinto y se lancen a descubrir todo lo que los rodea. Anímalos a que vayan siempre un paso más allá en los temas de su interés y que indaguen en los libros o preguntando a otras personas. Cuando notes que algo les llama la atención, incítalos a que investiguen un poco más. Y, en ningún caso, intentes desanimarlos con frases como “Déjalo estar, ¿para qué quieres saber más?” o “Es un simple pez, no tiene nada de interesante”.  

3. La conexión con el entorno

Los niños nacen con la capacidad de conectar con su entorno de manera libre y espontánea. No es extraño ver a los pequeños acercarse sin temor a un gato para acariciarlo o coger en brazos a un cachorro. También se desenvuelven con naturalidad en los entornos al aire libre y se sienten en su “hábitat” jugando con los elementos naturales. Sin embargo, a medida que van creciendo van perdiendo esta habilidad y poco a poco se van desnaturalizando, sobre todo los niños que viven en grandes entornos urbanos.

¿Cómo puedes evitarlo? Muy simple: bríndales a los niños la oportunidad de pasar tiempo en la naturaleza. Organiza excursiones a la montaña, paseos al parque o escapadas a la playa donde los más pequeños tengan la posibilidad de estar en contacto con su entorno y disfrutar de la naturaleza en su estado puro. También puedes llevar un pedacito de la naturaleza a casa con algunas plantas o, incluso, adoptar una mascota que acompañe a los más pequeños mientras crecen.

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4. La creatividad

Si algo caracteriza a los niños pequeños es su gran creatividad. Esa que les permite crear una cabaña bajo la mesa del salón, utilizar una rama como si fuese una espada y tener amigos invisibles. La misma creatividad que les incita a divertirse con los objetos o en los espacios más inesperados y que los ayuda a reinventar una rueda rústica o un sistema de canalización en la playa. Desdichadamente, es una habilidad que van perdiendo a medida que se insertan en la sociedad y los patrones prestablecidos limitan su imaginación.

¿Cómo puedes evitarlo? Dales alas a las ideas de los niños, incluso cuando creas que son una auténtica locura. Permite que sean los pequeños quienes descubran si sus ideas son válidas y encuentren su propia manera de hacer las cosas. Asimismo, evita limitar su creatividad encasillando sus ideas en patrones predeterminados. Si dibuja un árbol de color rosa o pinta la luna como si fuese una mancha, no los corrijas, deja que su imaginación fluya libremente.  

5. La capacidad de asombrarse

Los niños pequeños tienen una gran capacidad de asombro. Para ellos todo es nuevo ya que tienen un mundo por descubrir, por lo que suelen asombrarse de hasta los más mínimos detalles, desde el pétalo de una flor o una pequeña planta en el asfalto hasta del agua cayendo por un riachuelo o la forma de las nubes. Una habilidad que no solo les permite conocer el entorno que los rodea, sino que también ayuda a que disfruten de todos los detalles a su alrededor. Desafortunadamente, es una habilidad que van perdiendo a medida que crecen.

¿Cómo puedes evitarlo? Permite que los niños se detengan a descubrir todo lo que llame su atención en el camino y, si notas algo interesante, muéstraselos para que puedan asombrarse. Organiza paseos, preferentemente en entornos naturales, donde los niños puedan explorar libremente su entorno y reparar en nuevas cosas. Y, cuando te muestren algo con asombro, refuerza ese comportamiento en lugar de restarle importancia. 

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