Educación

No le quites todas las piedras del camino a tu hijo: Necesita experimentar

Si quieres que tu hijo sea fuerte y no se rinda fácilmente, debes dejar que se equivoque. Tu misión es ayudarle y apoyarle, no privarle de experimentar.

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No le quites todas las piedras del camino a tu hijo
Nuria Capdevila

Nuria CapdevilaMaestra y pedagoga

Nuestros hijos necesitan experimentar, tomar sus propias decisiones y equivocarse. Como todos hemos hecho en esta vida. Lo importante es que sepamos hasta qué punto debemos dejarles libres y cuándo debemos intervenir. La respuesta: depende. Exacto. Depende de cada niño y del momento de desarrollo en el que se encuentre. Pero, debemos ir con cuidado porque la línea entre proteger y sobreproteger es muy delgada.

¿Cuándo protegemos y cuándo sobreprotegemos?

Protegemos y ayudamos a nuestros hijos cuando deben enfrentar cualquier situación para la que no están preparados. Por ejemplo, cuando un bebé se mete en la boca lo primero que encuentra y nosotros se lo quitamos de la boca, esto es proteger.

Por otro lado, por ejemplo, cuando nuestro hijo está haciendo deberes y le cambiamos las respuestas para eliminar sus errores y que quede bien en clase es sobreproteger. En este sentido, debemos tener en cuenta, como hemos dicho, su edad y grado de madurez. ¿Cómo podemos encontrar el equilibrio? Observando.

Observar a nuestros hijos es la mejor manera de saber para qué están preparados y para qué no. Y, ya os lo avanzamos, hacer esto puede ser complicado, puesto que los padres no siempre queremos ver la realidad de nuestros hijos. Ya sea porque crecen más despacio que otros niños o tienen alguna dificultad de aprendizaje, a algunos padres nos cuesta aceptar limitaciones y este es el error más grave que podemos cometer. Ser sinceros con nosotros mismos es la mejor manera de saber para qué están preparados nuestros hijos y para qué no.

¿Qué sucede cuando solucionamos todos los problemas de los peques?

Pese a que nos pueda costar aceptar las limitaciones de nuestros hijos, debemos hacerlo. Es lo mejor para ellos, ya que tener compasión de ellos en exceso no es beneficioso. Los niños necesitan sentirse apoyados para experimentar y necesitan experimentar para mejorar su conocimiento del mundo y, sobre todo, para ganar en autoestima. Recordamos que la autoestima es fundamental para forjar una personalidad fuerte, resistente y completa, que dé lugar a adultos funcionales y responsables.

Cuando no les permitimos experimentar y acabamos tomando decisiones por ellos constantemente, no estamos ayudando al desarrollo de su personalidad:

  • Autoestima: no forjan una buena autoestima, pues nunca verán de lo que son capaces.
  • Indefensión: pese a que pueda parecer lo contrario, convertimos a nuestros hijos en personas indefensas cuando no les enseñamos a tomar decisiones.
  • Desarrollo cognitivo: por mucho que les queramos explicar las cosas y que aprendan de nuestras palabras, los niños necesitan ver, percibir las sensaciones. Es importante que practiquen para que haya un correcto aprendizaje. Por lo tanto, no deberíamos hacer siempre sus tareas por ellos, sino que deberíamos permitirles buscar sus propias formas de hacer las cosas. Además, si no les acostumbramos a pensar y a buscar soluciones, serán niños que se rendirán fácilmente ante las dificultades de la vida y dejarán que los demás tomen decisiones por ellos.

Como podemos ver, son muchas las consecuencias con las que nos encontramos cuando no dejamos que nuestros hijos experimenten. Por ello, es fundamental tenerlas en mente y trabajar en otra línea.

No sobreproteger a los hijos

Experimentación infantil bajo control

La mejor opción que tenemos ante la curiosidad y las necesidades infantiles es la experimentación bajo control. Y eso, ¿qué significa? Pues que debemos ofrecer a los niños un entorno rico en experiencias, pero nunca dejarles solos ante ellas. Es decir, si nuestro hijo insiste en llevar una ropa a la escuela que a nosotros no nos gusta, debemos permitirlo. El mismo se dará cuenta, si no es la indicada, que ha cometido un error: sus amigos le habrán dicho algo y se habrá percatado de su equivocación y que nosotros teníamos razón. Ganamos por dos lados: nos escuchará más la próxima vez y le hemos enseñado que tomar decisiones tiene consecuencias y que debe pensarlo bien.

Otro momento en el que podemos dejar que el niño experimente sin consecuencias negativas es, por ejemplo, a la hora de seleccionar ciertos colores para una tarea del cole. Aunque nosotros podamos pensar que los colores o el dibujo no están bien, es importante que sea el niño quien lo descubra. Por ello, debemos permitir que tome su decisión y, como en el caso anterior, dejar que enfrente las consecuencias. Lo mismo sucede con los deberes del cole, con no seguir las normas de casa, etc.

Fomentar la independencia en los niños mejora su autoestima

Cuando reforzamos su independencia, los niños empiezan a tomar decisiones y a enfrentarse con algunas realidades de la vida. Como padres, y por mucho que nos duela, debemos dejar que den sus pasos. Eso no significa que no debamos estar a su lado para ayudarles, apoyarles, enseñarles el valor del aprendizaje y la experiencia, así como reconocer y enmendar los propios errores. Al fin y al cabo, esta es nuestra misión en su vida.

No hace falta mencionar, a estas alturas, que además de apoyarles, es necesario que los animemos. No es de extrañar que los niños decidan no hacer nada más para evitar equivocarse de nuevo. En estos momentos es cuando debemos brindarles apoyo, demostrarles que estamos a su lado y que la vida, después de todo, se trata de avanzar. Debemos tomar decisiones y hacerlo conscientemente: nos equivocaremos, sí. Pero, también habrá momentos en que triunfaremos y esos éxitos compensarán todas las veces que hayamos fallado.

Quitar las piedras del camino de nuestros hijos no les ayuda a desarrollar una personalidad resiliente, valiente y decidida. Por ello, debemos dejar que tomen decisiones y se equivoquen. Nuestro trabajo es animarlos, ayudarles y apoyarles. Sin embargo, nunca debemos privarlos de la oportunidad de aprender, de lo contrario, estaremos criando niños que se paralizarán ante la más mínima dificultad.

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