Educación

Sustituir castigos por consecuencias, clave para una educación respetuosa

Las ventajas de recurrir a las consecuencias educativas en la crianza infantil

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Castigos consecuencias ninos
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Cada vez más padres son conscientes del impacto de los castigos en los niños y apuestan por una crianza libre de reprimendas. Sin embargo, así como una educación demasiado punitiva puede dejar una profunda huella en el desarrollo emocional de los niños, implementar una crianza permisiva también tiene efectos negativos a largo plazo. No corregir el comportamiento de los pequeños y permitirles que hagan todo lo que quieran puede dar paso a niños inseguros y tímidos que tienen miedo tomar sus propias decisiones porque no tienen claro cómo comportarse o, en otros casos, estimular la aparición de conductas rebeldes, violentas y egocéntricas como resultado de la frustración y el exceso de libertad.

Por eso, es importante encontrar la manera adecuada de corregir la conducta infantil y educar a los niños para que aprendan a identificar los límites y a seguir las normas desde una edad temprana. Una buena manera de conseguirlo es sustituyendo los habituales castigos por una explicación de las consecuencias de sus actos.

¿Por qué es una buena idea sustituir castigos por consecuencias?

Si no vamos al cole, no aprendemos. Si no limpiamos la casa, estará sucia y desorganizada. Si tratamos mal a una mascota, es probable que no quiera acercarse a nosotros. Todo comportamiento tiene consecuencias y cuanto antes los niños lo aprendan, mejor. A diferencia de los castigos, que son un efecto impuesto, de carácter punitivo y a menudo desproporcionado, las consecuencias son un resultado natural de cualquier acto. Por tanto, cuando en lugar de castigar a los niños, resaltamos las consecuencias de sus actos, en realidad les estamos preparando para el futuro, haciéndoles conscientes de que todo lo que hagan tendrá un efecto directo en su entorno y las personas que les rodean.

Explicarles las consecuencias a los niños pueden convertirse en un excelente recurso educativo ya que, además de explicarles cómo funciona el ciclo natural de la vida, nos ayudan a corregir sus comportamientos inadecuados. También es una manera de estimular su sensibilidad emocional y desarrollar su empatía desde una edad temprana, a la vez que potencia su capacidad de análisis y reflexión. Además, al tratarse de una respuesta inmediata y proporcionada a la conducta que se quiere corregir, no afecta la autoestima o la estabilidad emocional de los pequeños.

Claves para explicar a los niños las consecuencias de sus actos

Todos nuestros actos tienen consecuencias, independientemente de nuestra voluntad. Es lo que se conoce como consecuencias naturales. Sin embargo, cuando esas consecuencias se utilizan con fines educativos para enseñar a los niños se convierten en lógicas. La diferencia radica en que las consecuencias lógicas cuentan con la intervención de un adulto, quien es el encargado de resaltar y explicarles a los niños los efectos que han tenido sus conductas.

Sin embargo, contrario a lo que piensan muchos padres, utilizar las consecuencias lógicas para educar a los niños no se reduce a destacar los efectos que tienen los comportamientos infantiles, también es importante tener en cuenta otros aspectos para que este recurso sea realmente efectivo. En este sentido, las consecuencias lógicas deben:

1. Estar relacionadas con la conducta que se quiere corregir

Cada acto tiene consecuencias, pero si nuestro objetivo es utilizar ese efecto para corregir un comportamiento inadecuado, debemos asegurarnos de que la consecuencia lógica esté directamente vinculada a esa conducta y no esté influida por otros factores. Una buena estrategia consiste en destacar las consecuencias de manera inmediata para evitar que pueda confundirse con otros comportamientos.

2. Abordar las causas del problema

La mayor parte de las veces, existe una causa detrás de los comportamientos inadecuados de los niños y, hasta que no la abordemos será difícil erradicar esa conducta. Por tanto, si utilizas las consecuencias lógicas para destacar una reacción negativa, asegúrate de que esté relacionada con los motivos que han generado esa conducta.

3. Conciliarse previamente con el niño

Explicarles a los niños qué son las consecuencias y qué pueden aprender de ellas es fundamental para que más adelante puedan asociarlas con su comportamiento. De esta manera, no les tomará por sorpresa cuando destaques los efectos que provoca su conducta, sino que serán más conscientes de los mismos.

4. Ser respetuosas con los más pequeños

Los niños deben aprender que sus actos tienen consecuencias, pero estas no deben traspasar nunca los límites del respeto mutuo. En ningún caso se debe recurrir a las humillaciones, ofensas o muestras de violencia para destacar los efectos de un comportamiento infantil.

5. Ser proporcionadas al comportamiento que se quiere corregir

Las consecuencias también deben ser proporcionales a la conducta que se quiere corregir. De esta manera, no solo tendrán un mayor efecto, sino que servirá a los niños como guía para regular su comportamiento teniendo en cuenta el efecto que tiene en su entorno.

Consecuencias niños

¿Cómo sustituir los castigos por consecuencias? 3 ejemplos prácticos

Sustituir los castigos desproporcionados por consecuencias lógicas no es difícil, pero requiere práctica, paciencia y esfuerzo por parte de los padres. Al inicio es normal tener dudas sobre cómo utilizar las consecuencias para educar a los peques, por lo que te dejamos algunos ejemplos prácticos en los que te explicamos cómo sustituir los castigos por consecuencias.

1. Ante una respuesta inadecuada o fuera de lugar

A veces los niños reaccionan de manera brusca, insultándote o respondiendo de forma inadecuada. En estos casos, puedes recurrir a las consecuencias para hacerle notar el efecto que ha tenido su comportamiento. Por ejemplo, en lugar de enviarlo a su habitación como castigo, puedes decirle, “ahora estoy enfadada/o contigo, tus palabras me han herido y necesito estar sola/o un rato para olvidar lo que ha sucedido. Por favor, déjame un rato a solas y cuando esté más calmada/o hablaremos”.

2. Ante los oídos sordos

Muchos niños hacen oídos sordos cuando les pedimos recoger su habitación, hacer los deberes o cualquier otra actividad que no les agrada. Es un comportamiento bastante común y que puede corregirse resaltando las consecuencias del mismo. Por ejemplo, en este caso puedes decirle a tu hijo: “te pedí varias veces que recogieras tu habitación, has perdido toda la mañana y no lo has hecho, por lo que ahora ya no podremos salir al parque porque tendrás que dedicar ese tiempo a organizar tus juguetes”.

3. Ante el uso excesivo de las pantallas

Hoy la mayoría de los niños disfrutan pasando el tiempo ante una pantalla, por lo que más de uno hace caso omiso a los límites que les ponen sus padres. Si te ha sucedido esto, en lugar de recurrir al castigo y retirarle el móvil o la tableta al niño puedes apostar por destacar las consecuencias de sus actos. Puedes decirle: “Has pasado más tiempo del que habíamos consensuado con el móvil. Has roto la confianza que tenía en ti, por lo que de ahora en adelante estaré más pendiente de tu actividad con el móvil. Y, como has superado el tiempo que habíamos establecido, mañana en lugar de pasar dos horas con el teléfono, le restaremos la media hora adicional que has utilizado hoy”.

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