La ciencia revela a qué edad empezamos realmente a envejecer
A esta edad empiezas a envejecer…
Referencias científicas
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Llega un momento en la vida en el que el cuerpo se desarrolla más lentamente y muchas de sus funciones empiezan a deteriorarse de manera progresiva, es lo que se conoce como envejecimiento. Todos atravesamos este proceso a medida que se acerca el final de la vida, aunque no todas las personas lo experimentan de la misma forma ya que existen factores como el estilo de vida, los genes o la alimentación que pueden influir en la velocidad a la que envejecemos. Te explicamos qué es el envejecimiento, a qué edad empezamos a envejecer y qué puedes hacer para ralentizarlo.
¿En qué consiste el envejecimiento y qué factores influyen en este proceso?
El envejecimiento es un proceso biológico y natural en el que ocurren un conjunto de cambios estructurales y funcionales, los cuales suponen una disminución de la capacidad de adaptación de cada una de las partes y el cuerpo en general. A diferencia de una enfermedad o un accidente que también pueden afectar el proceso adaptativo del cuerpo, el envejecimiento ocurre como consecuencia de la acción del tiempo.
Vale aclarar que no todos los órganos de una persona envejecen al mismo tiempo. El proceso de envejecimiento empieza cuando se produce un declive funcional en los tejidos, en otras palabras, cuando las células del cuerpo empiezan a fallar. Entre las “fallas” más comunes los científicos reconocen la acumulación de defectos genéticos, el acortamiento de los telómeros, que no son más que los extremos de los cromosomas, y los errores en la eliminación de proteínas defectuosas.
También existen distintos factores que influyen en el proceso de envejecimiento, como la exposición a la contaminación y a los radicales libres que se encuentran en nuestro entorno. La herencia genética, la alimentación, la práctica de actividad física y el ciclo de sueño también desempeñan un rol determinante en la rapidez y la manera en que envejecemos. De la misma manera, se conoce que el estrés tiene un papel muy importante en el envejecimiento físico y cerebral.
La edad a la que empezamos a hacernos más viejos, según la ciencia
No existe un acuerdo en la comunidad científica sobre la edad exacta a la que empezamos a envejecer. Unos aseguran que este proceso se inicia a los 25 años mientras que otros afirman que es después de los 30 años cuando empieza a deteriorarse la información genética y se modifica el contenido hormonal.
Esta última hipótesis ha sido confirmada por un estudio realizado en la Universidad de Stanford. Estos investigadores encontraron que estas transformaciones experimentan tres puntos críticos a lo largo de la vida: a los 34 años, a los 60 y a los 78 años. Por tanto, empezaríamos a envejecer a partir de los 34 años. A partir de este momento el metabolismo se torna más lento, aparecen problemas de memoria como pequeños despistes, surgen cambios en los patrones de sueño y los huesos y la estructura ósea y muscular comienzan a debilitarse.
Para arribar a estos resultados, los investigadores analizaron la sangre de más de 4.000 personas de entre 18 y 95 años en busca de unas 373 proteínas. Los resultados mostraron que a las edades señaladas se producían cambios notables en el nivel de proteínas en sangre, lo que marca esos picos de envejecimiento. Según estos científicos, lo que sucede es que en vez de aumentar o disminuir de manera regular durante toda la vida, los niveles de muchas de esas proteínas permanecen constantes durante ciertos periodos de tiempo pero llegados a determinados momentos en la vida sufren cambios repentinos.
Edad biológica v/s Edad cronológica
En el estudio anteriormente mencionado, se relaciona la edad biológica con la cronológica, pero en realidad se trata de dos conceptos independientes. La edad biológica hace referencia al desarrollo y posterior deterioro de las células del cuerpo, haciendo especial hincapié en la capacidad del organismo para reparar los fallos en las células.
Por lo general, la edad biológica se determina por un análisis telomérico que permite determinar la longitud media de los telómeros y el porcentaje de telómeros cortos. Esto porque mientras más veces se divide una célula más se acortan los extremos de sus cromosomas hasta que terminan por desaparecer y la célula muere. Por tanto, al cuantificar la cantidad de telómeros cortos es posible determinar el avance del proceso de envejecimiento.
Sin embargo, la edad biológica no siempre coincide con la edad cronológica. Se debe a que la edad cronológica hace referencia a la cantidad de años que ha vivido una persona desde el nacimiento, independientemente de su estado de deterioro físico o psicológico. Por lo general, la edad cronológica suele asociarse más con la edad social y cultural, la cual está estrechamente relacionada con los rasgos de envejecimiento externos de una persona.
Esto significa que una persona puede tener 34 años cronológicos, pero una edad biológica de 30 o 36 años. No siempre coinciden, aunque en la mayoría de los casos existe una equivalencia bastante equilibrada que permite determinar la edad biológica de una persona por su edad cronológica y viceversa.
¿Cómo combatir el envejecimiento prematuro?
No existe una fórmula mágica para combatir el envejecimiento, pero sí algunas claves que permiten ralentizar el deterioro físico y mental. En este sentido, los expertos recomiendan llevar una dieta sana y equilibrada rica en frutas y verduras y baja en grasas y azúcares, así como evitar en la medida de lo posible las sustancias nocivas que se encuentran en las bebidas alcohólicas y el tabaco. En este sentido, el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, como los tomates o el té verde, contribuye a retrasar el proceso de envejecimiento celular, como reveló un estudio realizado en la Universidad de New Hampshire.
Otro “truco” para mantenerse joven durante más tiempo consiste en practicar actividad física de intensidad moderada entre 3 y 4 veces a la semana. Los ejercicios de relajación y las actividades de ocio también son un excelente recurso para mantener bajos los niveles de cortisol, la hormona del estrés que influye en el envejecimiento prematuro. Y para entrenar el cerebro y mantenerlo joven, nada mejor que apostar por ejercicios matemáticos, una buena lectura o juegos de agilidad mental que pongan a trabajar nuestras habilidades cognitivas.
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