Salud

Los disfraces de la depresión en los adolescentes

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Depresión adolescentes
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Una de las cosas más difíciles de la depresión es que sean los hijos quienes la padezcan y que los padres reconozcan en ellos los síntomas. Aunque es cierto que el reconocimiento de la depresión no es fácil porque los síntomas pueden ser aspectos que todos tenemos de vez en cuando, como la tristeza, la desesperanza, el letargo o la falta de compromiso. Son experiencias humanas y normales, pero cuando ocurren combinadas, duran más de la cuenta o la intensidad empieza a interferir con la vida cotidiana, entonces es probable que la depresión esté presente.

Durante la adolescencia, las tasas de depresión se disparan según lo afirma de OMS (Organización Mundial de la Salud). La depresión es un problema grave en los adolescentes. Pero hay datos alarmantes, existen investigaciones que demuestran que la mitad de los adultos que tienen problemas de salud mental, sus síntomas se presentaron antes de los 14 años y tres cuartas partes presentaron los síntomas antes de los 24 años. Estos datos permiten reflexionar sobre la importancia de darse cuenta de cuando los adolescentes están luchando contra la depresión y la necesidad de que reciban el apoyo adecuado.

La depresión en los adolescentes

Para el diagnóstico de la depresión en adolescentes, deberá haber un grupo determinado de síntomas que deberán haber estado presentes en la vida del chico o chica por lo menos durante dos semanas. Los síntomas deberán incluir al menos uno de ellos y un estado deprimido, una pérdida de interés o placer en hacer cosas que antes disfrutaba. Muchas veces, puede ocurrir que sean síntomas pasajeros normales de la edad y el cambio de hormonas y por tanto, que no haya que preocuparse, pero si la depresión está ocurriendo, habrá que estar atento a las señales. Algunas a tener en cuenta pueden ser todas las caras con las que se muestra la depresión.

La depresión no siempre se ve como tristeza o aislamiento, la depresión sabe disfrazarse en la vida y estar camuflada durante mucho tiempo.

Adolescente depresión

Los disfraces de la depresión

Algunos disfraces de la depresión son:

Ira e irritabilidad

La depresión a menudo viene con letargo, dolor o desesperanza. Esto puede hacer que las personas se sientan más enfadadas en ocasiones, que tu hijo adolescente esté más irritable de la cuenta, que todo le moleste. También es posible que se vuelva más impaciente, que lo quiera todo rápido y en el momento.

Parece feliz pero no quiere pasar tiempo con amigos o familiares

Los adolescentes pueden sentir gran desmotivación para moverse o hacer algo en su día a día. Podría tener fuerza suficiente para poner una cara contenta donde hay depresión, pero se sentirá mejor estando aislado. Es normal que de vez en cuando los adolescentes se retiren de las actividades de la familia, ya que a esta edad quieren experimentar su independencia. Pero hay que tener en cuenta si se aíslan de la familia, de los amigos y pasan demasiado tiempo solos… Más de lo habitual.

Muestran indiferencia ante las experiencias

Otra de las señales disfrazadas en los adolescentes y que puede parecer algo normal de la edad pero no lo es, es la indiferencia. La depresión no se limita a robar los sentimientos de felicidad, va mucho más allá. A veces puede robar todos los sentimientos que puede hacer que las personas parezcan indiferentes a las cosas que acontecen en su vida. En los adolescentes puede ser difícil determinar si su indiferencia es una parte normal de la adolescencia o si se trata de algo más.

Los adolescentes pueden parecer más indiferentes y hay una buena razón para ello. La dopamina es la sustancia química que crea la sensación de bienestar cuando tenemos algo que queremos, y en los adolescentes los niveles basales en el cerebro son más bajos que en los adultos o niños, creando una sensación de indiferencia. Pero para saber si la indiferencia es normal o depresión hay que fijarse en otros aspectos también. Habrá que fijarse cómo se siente un adolescente después de haber conseguido algo que quiere. Cuando los adolescentes hacen cosas con las que se sienten bien sus niveles de dopamina pueden ser más altos que en los adultos, por lo que su sensación de bienestar se notaría.

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