Educación

Por qué hay que poner límites a los niños

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Hay que poner límites a los niños
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Hay padres permisivos que permiten que los niños hagan las cosas dependiendo de su propio criterio sin ponerle límites o sin decirles aquello que está bien de lo que está mal. Normalmente esta forma de actuación es debida a que los padres no quieren tener problemas o confrontaciones con los hijos, pero es necesario saber por qué es tan importante poner límites a los niños y qué es todo lo bueno que le aportará a su desarrollo.

Cuando se establecen los límites en los niños, significa establecer una pauta para el comportamiento, incluso cuando no hay unas reglas establecidas en casa. No se puede poner una regla sobre todo pero los límites ayudan a entender las situaciones y a cómo funcionar ante ellas. Aunque no hay una norma oficial que diga que no se golpea en la mesa, es posible que le puedas decir a tu hijo: «Para de dar golpes en la mesa, por favor» y podrá entender que ese comportamiento no es el adecuado.

En ocasiones, hay padres (aunque no sean permisivos) que pueden tener dificultades en establecer límites a sus hijos. Esto puede ocurrir por los sentimientos de culpa o el deseo de evitar una rabieta, algo que sin duda puede interponerse en el camino de la buena disciplina. Sin embargo, los límites son buenos para los niños. ¿Quieres conocer por qué el establecimiento de límites es una parte importante de ser padres?

Los beneficios de las normas y los límites educativos

Les proporcionan seguridad

Los límites ayudan a los niños a aprender acerca de la seguridad. Aunque podría ser seguro que tu hijo juegue al aire libre, necesita límites para aprender lo que se le permite hacer o dónde se le permite ir cuando está jugando fuera solo. También se necesita límites para proteger a los niños cuando usan Internet o cuando empiezan a hacer actividades de forma independiente (como por ejemplo, no hablar con extraños).

Permite que tengan nuevas oportunidades

Los límites también pueden ser vistos como oportunidades para mostrar a los hijos que pueden ser responsables de sí mismos aprendiendo las normas que se les han dado. Claro está, esto sólo es factible cuando los niños tienen cierta madurez y son capaces de entender las normas y llevarlas a cabo, porque saben que son por su bien. Si el niño o niña es capaz de manejar los límites que se le han establecido, se puede demostrar que está listo para manejar las responsabilidad.

Una técnica para que el niño pueda ser consciente de cómo es capaz de gestionar su comportamiento y de poder manejar los límites por su propio bien, es creando un contrato de comportamiento para que él demuestre cuando está listo para tener menos límites.

Poner límites a los niños

Los límites enseñan autodisciplina

Marcar límites a los niños es una gran manera de enseñar habilidades de auto-disciplina. Cuando le dices a un niño que apague el televisor y que haga sus deberes estarás enseñando autodisciplina, estarás mostrando a tu hijo que la vida no se trata únicamente de tener tiempo de ocio, también hay que tener actitudes y comportamientos responsables por el bien de uno mismo. El objetivo de que el niño aprenda disciplina y responsabilidades a través de los límites y las normas es que pueda establecer conductas sanas sin necesidad de recordatorios. El establecimiento de límites y normas consistentes ayuda a los niños a aprender a cómo empezar a ser auto disciplinado por su cuenta. Esto tendrá grandes beneficios para su desarrollo y su conducta futura.

Les ayuda a sobrellevar los sentimientos incómodos

A veces los padres odian establecer límites porque no quieren que sus hijos estén tristes o enfadados. Pero la realidad es que la vida tiene sentimientos incómodos que hay que aprender a controlar y también conocer. Prevenir que los hijos experimenten emociones normales puede ser perjudicial para ellos a largo plazo. Por ejemplo, que tu hijo esté triste porque no se ha comido una galleta en la hora de la cena no significa que debas ceder a dársela. En su lugar, dale una oportunidad para enseñar a tu hijo acerca de los sentimientos y de ayudar a encontrar las formas más saludables de lidiar con ellos. Esta es una gran habilidad que le ayudará a tener las habilidades necesarias para convertirse en un adulto responsable.

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