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Primer trimestre del embarazo

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Primer trimestre del embarazo
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El primer trimestre del embarazo es una etapa crucial para el desarrollo del bebé ya que es cuando tiene lugar la concepción. Además, en esta etapa se producen muchos cambios en el cuerpo de la mujer, aunque la mayoría de ellos apenas se notan ya que el bebé aún es muy pequeño. No obstante, a partir de la tercera semana del embarazo la futura mamá ya comienza a experimentar las primeras molestias de la gestación, causadas por los cambios hormonales. A pesar de esto, se trata de unos meses cargados de ilusión y sensaciones nuevas, aunque no están exentos de inquietudes y preocupaciones, sobre todo cuando se trata del primer embarazo.

Los cambios que ocurren en la madre durante el primer trimestre del embarazo

Cuando la regla no llega muchas mujeres empiezan a sospechar que están embarazadas, algunas incluso desde mucho antes, aunque no tienen la certeza absoluta hasta hacer una prueba de embarazo casera. La mayoría de estas pruebas tienen una eficacia del 99% ya que están diseñadas para detectar mediante la orina la presencia de gonadotropina coriónica humana, una hormona que se empieza a producir cuando el óvulo fecundado se implanta en el útero.

A partir de la quinta o sexta semana de embarazo muchas mujeres comienzan a sentir los primeros síntomas: las náuseas, el cansancio y los cambios de humor hacen su aparición como consecuencia de los cambios hormonales que tienen lugar durante esta etapa. De hecho, se estima que alrededor del 75% de las mujeres sufren náuseas en este período.

A medida que las semanas avanzan, los síntomas del embarazo se irán haciendo más evidentes. Al cabo de la novena semana es probable que la madre empiece a experimentar aversión por algunos olores o alimentos ya que sus sentidos se agudizan. Asimismo, tendrán que ir con más frecuencia al baño pues el útero empieza a presionar la vejiga haciendo que aumenten las ganas de orinar.

Durante estas primeras semanas muchas mujeres también experimentan una ligera inflamación abdominal y tienen más gases, lo cual se debe al incremento de los niveles de progesterona, que relaja los músculos abdominales y afecta el funcionamiento del estómago y el intestino. Es probable que algunas madres también noten que producen más saliva de lo habitual. Asimismo, es normal que tengan una acidez constante debido a que la válvula que separa el esófago del estómago se relaja y deja pasar los ácidos estomacales.

En la undécima semana es probable que empiecen a aparecer dolores bajo vientre, una molestia muy similar a la que experimenta la mujer durante el período menstrual, lo cual también está relacionado con los elevados niveles de progesterona. En este primer trimestre los senos empiezan a crecer pues están preparándose para cuando llegue el momento de amamantar al bebé.

Los cambios que ocurren en el bebé durante el primer trimestre del embarazo

Cuando la madre descubre que está embarazada el bebé ya se ha comenzado a formar, de hecho, ya será un embrión y tendrá el tamaño de una semilla de amapola. En esas primeras semanas tanto el saco amniótico, donde el bebé crecerá protegido de las agresiones externas, como la placenta, a través de la cual el pequeño se nutrirá y recibirá el oxígeno, habrán empezado a desarrollarse.

A medida que las semanas avanzan será posible comenzar a distinguir las extremidades y la cabeza del bebé, que representará aproximadamente un 25% de su cuerpo. Por el momento su frente tendrá un aspecto ligeramente inflamado ya que el cerebro está en pleno desarrollo. A finales de esta etapa el contorno de la columna será perfectamente visible e incluso se podrá apreciar cómo comienzan a salir los nervios espinales.

En este primer trimestre sus órganos también se desarrollan a pasos agigantados, tanto es así que los riñones, el hígado y los intestinos comienzan a funcionar por sí solos. No obstante, aún tendrán que pasar varios meses antes de que puedan comenzar a funcionar como un sistema.

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Al cabo de la duodécima semana las piernas del bebé ya habrán crecido, los dedos de las manos se habrán separado y poco a poco comenzará a abrirlos y cerrarlos. Sus párpados y ojos estarán formados, aunque en la mayoría de los casos pasarán algunas semanas más antes de que los párpados se separen y pueda moverlos.

No obstante, uno de los cambios que se produce en este período y que más disfrutan las madres es que para la primera ecografía, que suele realizarse entre la novena y la duodécima semana, ya podrán escuchar cómo late el corazón de su pequeño.

¿Qué cuidados debe tener una embarazada durante el primer trimestre de la gestación?

Durante el primer trimestre de la gestación el riesgo de aborto y de malformaciones congénitas en el bebé es muy elevado ya que en este período es cuando se forma el tubo neural, que dará lugar a la columna vertebral y a la médula espinal. Por eso es tan importante que desde que la mujer sepa que está embarazada empiece a seguir una dieta saludable, con un alto contenido en ácido fólico, un nutriente que previene posibles defectos en la formación del sistema nervioso del bebé.

En esta etapa también es importante evitar los movimientos bruscos y los cambios de presión, como los que se experimentan en los viajes en avión o en las excursiones a montañas demasiado elevadas ya que estos aumentan el riesgo de que el embrión se desprenda y tenga lugar un aborto espontáneo. Si bien la embarazada no necesita implementar grandes cambios en su vida cotidiana, a no ser que tenga un alto riesgo de aborto, es preciso que se cuide más que antes.

Para aliviar las náuseas se recomienda que la gestante coma poco pero con más frecuencia y que evite las comidas demasiado frías o muy calientes. El consumo de vitamina B6 durante los primeros tres meses de la gestación puede ayudar en algunos casos a aliviar este problema, así como reducir la aversión por determinados alimentos.

Afortunadamente, a partir de las últimas semanas del primer trimestre el riesgo de aborto y de una malformación congénita disminuye considerablemente, aunque eso no significa que se pueda bajar la guardia. En ese momento se recomienda practicar actividad física con regularidad para estimular la resistencia, mejorar el tono muscular y mantener el peso bajo control.

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