Educación

El viaje de la vida es corto…

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Vivimos en una sociedad acelerada donde las prisas y el ir corriendo a todas partes parece lo normal. El llegar sin aliento, el no tener tiempo casi ni de mirarse al espejo, parece que si no se vive de esa manera, no se está aprovechando el tiempo. El problema está, en que en realidad, el viaje de la vida es corto y nunca sabes lo que te depara la próxima parada de tren.

Sociedad malhumorada

A causa de estas prisas, las personas suelen ir siempre enfadadas, casi sin saber por qué. Este malhumor se transmite a los hijos sin darse cuenta, por lo que vivimos en una sociedad malhumorada todo el tiempo, tanto por parte de los niños como de los mayores. Solo algunas personas, ya de cierta edad, se dan cuenta de que las prisas y las discusiones no son necesarias.

Esta sabiduría es la que se debería transmitir a los niños desde una edad temprana para que pudiéramos vivir en una sociedad en calma. Porque la calma es la base de la paz, y la paz es fundamental para la felicidad.

El viaje es corto

Queremos compartir una historia contigo, cuyo autor desconocemos, pero que nos parece muy interesante no solo para mostrarte a ti, sino también para que se la enseñes a tus hijos, puesto que su moraleja da mucho que pensar. La breve historia dice así:

Una anciana se subió a un autobús y se sentó. En la siguiente parada, una joven mujer, fuerte y gruñona subió y se sentó bruscamente junto a la anciana, golpeándola con sus numerosas bolsas. Al ver que la anciana se mantenía en silencio la joven le preguntó por qué no se había quejado cuando la golpeó con sus bolsas.

La anciana respondió con una sonrisa:

“No es necesario ser mal educada o discutir sobre algo tan insignificante, porque mi viaje a tu lado es muy corto ya que me bajaré en la próxima parada.”

El tiempo en este mundo es limitado

La historia es así de corta pero lo que dice es muy profundo. Las personas, una y cada una de nosotras, tenemos que comprender que el tiempo que pasamos en el planeta es insignificante en comparación con la vida de otros seres vivos o del planeta mismo. El viaje de la vida es muy corto y no merece la pena perder el tiempo con banalidades, con discusiones con otras personas, con celos, con pensamientos oscuros, con tristeza, con cosas que te roben el tiempo o la energía inútilmente.

La vida está hecha para vivirla, y el tiempo que se nos ha regalado en este mundo es limitado, por lo que merece la pena aprovechar cada segundo en absoluta felicidad.

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Cada uno de nosotros debe comprender que nuestro tiempo en este mundo es tan corto, que oscurecerlo con peleas, argumentos inútiles, celos, rencores, el descontento y una actitud de víctima constante es una ridícula pérdida de tiempo y energía.

Si alguien ha roto tu corazón, no merece la pena que te enfades, el viaje de la vida es demasiado corto. Si alguien te traiciona o te humilla, sé agradecido porque te enseña que no te merece y busca la calma… dale el perdón. Te enseña que no merece la pena que esté en tu corto viaje de vida. Ignora todo aquello que te moleste pues no vale la pena.

Cualquiera que sean los problemas que tengas o que alguien traiga a tu vida, recuerda que el viaje es corto, tan corto que cuando la vida pasa, todo el mundo se arrepiente de aquello que no hizo y de aquello que no supo controlar. Nadie es inmortal y nadie sabe dónde estará su última parada, porque el viaje juntos es muy corto. En este sentido, es importante inculcar en los niños el respeto, la amabilidad, el perdón, la gratitud, la alegría… puesto que la vida, merece la pena vivirla.

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